Henrique Capriles es un hombre paciente, pero obstinado. Quería una mayoría social opositora y se ha conseguido. Ahora se enfrenta al reto más importante de su carrera política, convertirse en presidente de Venezuela, algo que intentó en dos ocasiones de manera infructuosa. Primero perdió ante Hugo Chávez y después con Nicolás Maduro por un margen estrecho y en medio de acusaciones de fraude. Ese Maduro que tantas veces le ha despreciado e insultado públicamente quiere ahora clavarle la puntilla al inhabilitarle por 15 años para cargos públicos. Pero el actual gobernador del estado de Miranda afirma sentirse confiado y seguro en la nueva etapa en la que ha entrado él mismo, tras la inhabilitación, y su querida Venezuela ante el estallido de una nueva oleada que clama en las calles del país contra su Gobierno.

–El chavismo está devorando Venezuela. ¿Le queda alguna fuerza entre los votantes chavistas?

–El chavismo ya es una fuerza política en minoría. La cúpula que hoy lo dirige agarró un camino completamente equivocado, que es el camino de la dictadura y de la deslegitimación. Todo lo que hemos visto termina por sepultar lo que siempre fue su narrativa. Siempre decían que la razón de su lucha eran los pobres. Pero Venezuela tiene ahora más pobres que nunca en su historia. Su razón también era el respeto a los derechos humanos, pero hoy tenemos un gobierno fascista. Todas sus actuaciones son contrarias a los derechos humanos. En las últimas horas han sido asesinados varios jóvenes por los cuerpos de seguridad. Chávez se jactaba de decir que para protestar no se necesitaba permiso, que la Constitución defendía el ejercicio de todos los derechos, como la libertad de expresión, el derecho a la sanidad y a la alimentación. Pero hoy tenemos un Gobierno que viola los derechos. Expulsa a periodistas, los detiene y les imputa cargos de terrorismo. Ha permitido que en el país haya los aquí llamados «colectivos», que en realidad son grupos paramilitares. Y la última de sus razones era la defensa de las elecciones. Todos los años había comicios, decían que se habían sometido a más de 20 procesos electorales. Pero ahora ya no quieren elecciones. Hablarle a Maduro de elecciones es como mostrarle al diablo un crucifijo.

–¿Cree que las elecciones presidenciales de 2018 también serán suspendidas, como ha pasado con el referéndum revocatorio y las regionales?

–Ellos no quieren elecciones este año. Robaron el revocatorio. Las elecciones de gobernadores no tienen fecha. Las municipales tampoco. Y la elección presidencial tampoco. No hay ninguna fecha electoral en Venezuela. De puertas afuera ellos dicen que sí, pero para adentro reconocen que no se pueden someter a elecciones porque las van a perder.

–Le han inhabilitado por 15 años para cargos públicos y usted ha anunciado que recurrirá. ¿Cree de verdad que van a dejarle que se presente a candidato?

–Si mañana o la próxima semana hubiese elecciones en Venezuela, para nadie es un secreto que el presidente sería yo. Después de una multa de 10 dólares contra mí, procedieron a aplicarme de forma inconstitucional y arbitrariamente la pena máxima, 15 años sin poder tener cargos en la administración pública. Voy a luchar para que sea revocada. Ejerceré todos los recursos internos e internacionalmente. Los venezolanos estamos en pie de lucha para que haya elecciones, porque la solución pasa por el voto. Tenemos cuatro demandas muy concretas, y una de ellas es la que al final va a permitir resolver la crisis política, que es la celebración de elecciones libres y democráticas.

–¿Cree que seguirá habiendo muertos en las calles si Maduro sigue en la presidencia?

–Maduro es igual a muerte. Mientras esté en el poder no tengo ninguna duda que va a seguir habiendo muertes en mi país, por eso tenemos que estar firmes en defender la Constitución y alcanzar una solución lo más pronto posible. Maduro es caos, pobreza, muerte, la negación al futuro. Teniendo en cuenta los recursos que tiene el país, no hay ninguna excusa para que Venezuela esté en esta situación. Cuando uno ve gente que trata de defender el Gobierno de Maduro, o porque le pagan para defender eso o porque simplemente es alguien que ha tenido tantos beneficios que entendemos que quiera que siga la corrupción en Venezuela porque se sigue beneficiando de esa corrupción.

–¿Se refiere a la llamada «boliburguesía», la clase que se ha beneficiado durante los gobiernos chavistas?

–Así es. Por España también hay algunos. Algunos políticos que chuparon de la llamada revolución.

–Habla de Podemos.

–A los líderes de ese partido les he escuchado algunas declaraciones que resultan vergonzosas, una ofensa al pueblo venezolano. Me refiero a declaraciones en las que se referían a esto como si fuera un régimen democrático, como si en Venezuela se hubiesen reducido las desigualdades. No señor, el país se vino abajo. Somos el país con la inflación más alta del mundo, la escasez más alta del mundo. Faltan artículos de primera necesidad.

–Si el Gobierno no cede y los venezolanos siguen en la calle, ¿la única salida es la confrontación?

–El camino que eligió Maduro va a terminar potenciando sus contradicciones internas. No todos dentro del chavismo quieren atar su futuro al camino que escogió Maduro. Hay una comunidad internacional con una sola voz, los gobiernos democráticos del mundo tienen claro lo que está pasando en Venezuela, y tienen una posición pública y notoria ante Venezuela pidiendo que se respete la Constitución y que se celebren elecciones. Nos toca presionar dentro de la Constitución. Los opositores no tenemos armas ni tanques ni ejércitos, somos demócratas. No le quedará más remedio a Maduro que tener que someterse a la Constitución.

–¿Ve posible un golpe interno dentro del Gobierno para apartar a Maduro de la presidencia?

–No queremos golpes. Ahora bien, el camino que eligió Maduro va seguir provocando divisiones internas porque hay mucha gente dentro del chavismo que no quiere ese futuro. No creo que se fuerce la salida de Maduro desde dentro, pero sí que éste tenga que aceptar las elecciones.

–¿En cuánto tiempo se logrará eso?

–Creo que estamos muy cerca de lograrlo. No creo que Maduro pueda sostener mucho tiempo esa posición dictatorial y radical estando como está, aislado del panorama internacional y jugando a ser un dictador que se lleva todo por delante, en medio de una crisis económica que ha dejado a Venezuela en una situación muy comprometida.

–¿Llegará a 2018?

–No tengo una bola de cristal, pero yo que conozco muy bien mi país y que lo he recorrido de punta a punta, creo que vamos caminando hacia un desenlace, hacia una decisión que permita a los venezolanos tomar una decisión.

–¿Sigue creyendo que las elecciones son la única vía para lograr ese cambio o cree que la presión en la calle va a propiciar ese desenlace?

–No. La presión en la calle más la comunidad internacional más la firmeza de los venezolanos va a permitirnos tener elecciones. Sigo creyendo que el voto es el arma más poderosa para un pueblo. Nosotros creemos en el voto y en unas elecciones libres y democráticas.

-El Gobierno ha decapitado a la oposición. Leopoldo López está en la cárcel y usted ha sido inhabilitado. ¿Será un gran impedimento ante un escenario electoral?

–Yo sé que el régimen, la dictadura, ha golpeado con fuerza nuestro liderazgo, lo sé y lo estoy viviendo. Pero en esta etapa en la que estamos, no individualizaría el tema. Durante las últimas horas han amenazado con llevarme preso, y probablemente me lleven preso en algún momento durante estos días. Son capaces de lo que sea. Pero con mi cárcel no van a evitar el cambio político en el país, más bien van a potenciarlo. Todas estas decapitaciones están acelerando el desenlace.

–¿Serán capaces de detenerlo?

–Yo ya estuve preso. Yo los creo a ellos, en su locura, capaces de cualquier cosa. El sábado estuve en mi oficina de la gobernación en Caracas y fuimos atacados con bombas, sufrimos un incendio en la planta baja del edificio. Nosotros estábamos en las plantas de arriba. Gracias a la respuesta rápida del cuerpo de bomberos, que extinguieron el fuego, logramos salir del edificio. Fuimos atacados con premeditación. Sabían que estábamos allí, querían que evacuáramos el edificio por el gas, pero al final tuvimos que evacuarlo por el incendio. Ese día entraron en la locura y ahora les veo capaces de lo que sea, hasta de ir a los asesinatos y las muertes selectivas. Pero lejos de significar que la gente se paralice y pierda el ánimo por esta situación, esto nos hace tener una posición de más firmeza, porque tenemos la razón, ellos dieron un golpe y estamos luchando contra el golpe y para que haya unas elecciones que ya tenían que haberse celebrado.

–¿Ha llegado a temer por su vida?

–No es por dármelas de valiente, pero no soy una persona que se asuste por las amenazas del Gobierno. El que tiene la razón y tiene a Dios adentro no tiene que tenerle miedo a nada. Yo estoy luchando por una causa justa y por eso no tengo miedo. No llevo dos días en eso. Ha sido una larga carrera, hemos tenido que sortear muchos obstáculos, hemos logrado llegar donde queríamos llegar, que era tener una mayoría clara y contundente. He dedicado los últimos años a construir esa mayoría, que ya es una realidad. La mayoría del pueblo venezolano quiere un cambio, aborrece a Maduro. Ahí está lo que le pasó hace unos días en el estado de Bolívar. Lo sacaron a punta de huevo de un desfile.

–¿Cree que Venezuela puede suspender pagos en los próximos meses?

–Yo creo que hay dos razones por las cuales no creo que vaya a suspender pagos. La primera es por las consecuencias que tendría. La mayor parte de los pagos son por títulos de PDVSA (la petrolera estatal). Si PDVSA cae en bancarrota, se bloquea la industria petrolera, que en este momento es la única fuente de ingresos que tiene el Gobierno. El segundo motivo es que la mayor parte de los enchufados de la «boliburguesía» son los tenedores de esos títulos. Entonces ellos son los primeros interesados en que se les pague, ellos tienen muchísimo dinero metido en los títulos de la petrolera y están en juego sus propios intereses, no los intereses del país. No va a haber en este momento un «default» porque sería una catástrofe para el Gobierno.

–¿Puede contribuir el Gobierno español a calmar la tensión política?

–Lo primero que tiene que saber el Gobierno español es que el ex presidente Zapatero no es para nada un mediador. Ha habido en las últimas horas varios jóvenes asesinados en Venezuela, ¿dónde está la declaración del señor Zapatero, alguien que durante más de un año nos ha estado hablando de las bondades y del trabajo que ha hecho, según él? El Gobierno español tiene que saber que los venezolanos quieren un diálogo, pero con resultados, no un diálogo hipócrita, sino un diálogo que nos permita tener claramente un compromiso de solución de la crisis. Queremos elecciones, la liberación de los presos políticos y las inhabilitaciones, y el respeto a los derechos humanos. Digo esto porque el Gobierno español en días pasados ha dicho que le da respaldo al ex presidente Zapatero. Zapatero juega a la división de la oposición. Lo que yo represento, mi fuerza política, que es además mayoritaria, no le reconoce como mediador. Está descalificado completamente. Si quiere seguir viniendo a Venezuela, que sepa que para nosotros es solamente un portavoz de Maduro.

–¿El Gobierno de Trump va a ser más duro que el de Obama con respecto a Venezuela?

–Nosotros no le pedimos al Gobierno de Estados Unidos nada distinto a lo que podemos pedir a cualquier gobierno en la región. Pero sí creo que Trump ha sido mucho más activo fijando posición respecto a lo que pasa en nuestro país. En todas las conversaciones que ha sostenido Trump con presidentes latinoamericanos, en todas, se ha hablado sobre Venezuela.

Fuente: La Razón

Fecha: 20 de abril de 2017

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