Los pacientes con leucemia aguda se están viendo afectados por el alto desabastecimiento de fármacos para tratar esta enfermedad. La escasez ya oscila entre 80 y 90%. Así lo confirma José Luis López, jefe de la Unidad de Clínicas Hematológicas del Banco Municipal de Sangre.

De acuerdo con López, entre los fármacos que no se consiguen están los siguientes:

Para la leucemia linflobastica aguda. Asparaginasa, daunoblastina, doxorubicina, leucovorina, ciclofosfamida

Para la mieloblastica aguda. Citarabina, etoposido, daunoblastina

Para el mieloma múltiple. Bortezomib, talidomida, doxorubicina liposomal, ciclofosfamida y melfalan.

“En el Hospital de Niños J.M de los Ríos se realizó un cálculo en donde se determinó que de siete medicamentos pediátricos para la leucemia linfoblástica faltan seis. En otros centros hospitalarios, para tratar la leucemia mieloblástica aguda en los adultos, de cinco medicinas solo hay una. También depende del tipo”, asevera el especialista.

A diferencia de la crónica, la leucemia aguda aparece súbitamente y, de no tratarse a tiempo, puede causar la muerte en menos de un mes. López afirma que si el paciente cumple el tratamiento desde el inicio y las condiciones hospitalarias son adecuadas, dos semanas después del diagnóstico el riesgo de muerte es de 17%. Por el contrario, si no se comienza el tratamiento una semana después, el riesgo es de 50% y entre las tres y cuatro semanas es de 90%.

En los dos últimos años la tasa de curación de la leucemia mieloblástica ha reducido. Hasta hace dos años era de 30 a 35% y durante el 2016 y 2017 se redujo a 5 y 7%”. José Luis López, jefe de la Unidad de Clínicas Hematológicas del Banco Municipal de Sangre

El tipo de leucemia más común en los adultos es la mieloblástica y le da al 80%, mientras que la linfoblástica le da al 80% de los pacientes pediátricos.

“Esta última, en un país con medicinas y con cuidados hospitalarios óptimos, la cura es de 70%”, indica el experto.

Aislamiento inverso

Sin importar la edad, al ser diagnosticado con leucemia aguda, la hospitalización inmediata es esencial. Una vez suministrado el tratamiento, el mismo tarda entre tres y cuatro semanas en hacer efecto.

Durante ese tiempo, es fácil contraer alguna infección pues el mismo organismo del paciente tiene gérmenes. Por eso, el centro hospitalario debe contar con los insumos necesarios para tratar con eficacia las posibles complicaciones.

La producción de glóbulos blancos disminuye con esta enfermedad. Por este motivo, el personal médico debe aplicar el aislamiento inverso. Es decir, aislar al paciente de las demás personas para evitar contraer bacterias. Sin embargo, destaca que en el país, aunque exista una habitación aislada, la carencia de material quirúrgico, de antibióticos, de insumos y el déficit de reactivos, no contribuye a que la quimioterapia tenga resultados positivos.

En la leucemia aguda las células destruyen la función normal de la médula ósea y bajan las plaquetas. Por eso, uno de los síntomas es sangrado en la nariz y la formación de morados. También, dependiendo del tipo de leucemia, se puede sentir cansancio, pérdida de apetito, fiebre o sudores nocturnos.

Alimentos cocinados

La alimentación también es un factor importante durante el tratamiento. Cualquier producto que ingiera el paciente debe ser esterilizado. De igual manera, deben estar cocinados. Los alimentos crudos como el tomate o la lechuga deben evitarse. Así mismo, los lácteos sin pasteurizar también están prohibidos.

“Los pacientes con leucemia que están en los hospitales están recibiendo comida deficiente y con escasas calorías. En muchas ocasiones la familia es la que debe llevarles la comida. Están pasando hambre”, dice López.

Fuente: El Universal

Fecha: 27 de junio

 

 

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