En Venezuela al menos 60% de los pacientes epilépticos recayeron debido a la falta de medicinas. El costo de los anticonvulsivos, cuando se consiguen, es de aproximadamente Bs 320.000

Sergio Castañeda es un joven de 18 años. Cuando era un bebé su madre fue informada de que su hijo padecía epilepsia. A pesar de los esfuerzos de su familia para que él no se percatara de lo que sufría, a los 10 años sospechó que algo ocurría por la cantidad de medicamentos que le suministraban y así fue como descubrió que la epilepsia formaba parte de su vida.

“La sensación cuando me van a dar los ataques es algo horrible, no se puede controlar. Es muy difícil, uno no sabe cómo va a reaccionar”, expresa a El Nacional Web.

En el hogar solo son Sergio y su mamá. Hace poco quedó desempleado, por lo que tuvieron que pasar de comer tres veces a dos veces por día. Hacen sus esfuerzos con el único ingreso de dinero a la casa, pero cada vez es más complicado.

Con un nudo en la garganta explica que siente temor cada vez que se acaban los anticonvulsivos, porque una crisis epiléptica puede llegar de nuevo.

Sergio ha pasado hasta cinco días sin tomar su medicación por la escasez y aunque el médico le pide que mantenga la calma, confiesa que la rabia y la tristeza son inevitables. Está consciente de que esa terrible sensación puede volver a su cuerpo si no se trata correctamente.

La epilepsia es catalogada por José Gregorio Ballesteros, miembro directivo de la Liga Venezolana Contra la Epilepsia (Livece), como un desorden eléctrico a nivel emocional.

De acuerdo con esta organización, 1,7% de la población venezolana presenta epilepsia y al menos 60% de los pacientes recayeron debido a la falta de medicinas.

María Elena López, integrante de la Sociedad Venezolana de Neurología (SVN), indica que actualmente existe un déficit de 90% de medicamentos para personas con condiciones neurológicas, entre ellas la epilepsia.

En las farmacias surtidas por el gobierno nacional entregan los fármacos, pero puede ocurrir que después de varias horas de estar parados en una fila, les digan a las personas que se agotó. La falta de cifras oficiales y la desinformación son otros dos problemas que afectan la atención médica.

Beatriz González del Castillo, presidenta de Livece, sostiene que la escasez de medicinas se registra en cualquier centro de salud. Resalta que ha existido una agudización en las crisis en pacientes epilépticos.

“La escasez de medicamentos es dantesca. Más de la mitad de los pacientes con epilepsia que hemos contabilizado han empeorado por no conseguir nada con que tratarse. Hay personas que pasaron de muchos años sin sufrir un ataque y ahora llegan a la última fase que es el status convulsivo”, detalla a El Nacional Web.

Los que padecen esta condición también deben tener una dieta equilibrada porque deben consumir las proteínas suficientes para no verse afectados debido a la cantidad de medicamentos que consumen, pero en Venezuela eso supone un gran reto debido a que el país atraviesa momentos económicos difíciles.

Medicinas, un tesoro inalcanzable

José Gregorio Ballesteros, vocero de Livece, explica que las organizaciones que asisten a los epilépticos se han visto afectadas en los últimos seis meses, en los que el desabastecimiento de las medicinas se agravó.

“Muchas personas han estado recayendo. Yo soy uno de los casos. Tenía hasta 10 años sin convulsionar y últimamente he sufrido varias crisis”, indica Ballesteros.

Con preocupación menciona que ha tenido que recorrer más de 7 farmacias en un día para hallar los medicamentos. Hace poco se alteró al conocer que el presupuesto semanal de sus medicinas aumentó de Bs 24.000 a Bs 240.000.

Para uno de los 4 anticonvulsivos que debe consumir, necesita alrededor de Bs. 80.000.

Consultas caras

Ballesteros explica que en el transcurso de 2017 también han aumentado las consultas de los neurólogos. Una visita al especialista en una clínica sencilla está en aproximadamente Bs 70.000 y Bs 90.000. Por otra parte, las consultas psiquiátricas pueden estar aún más caras, con un costo de alrededor de Bs 120.000.

Para quienes no pueden costear estos precios los hospitales serían la opción más apropiada. Sin embargo, las áreas de neurología han dejado de prestar su servicio correctamente por la situación en el sector. Una de las principales razones de esto, de acuerdo con Livece, es la emigración de profesionales de la medicina a otras naciones.

Personas como Sergio y José Gregorio deben enfrentarse a esta realidad cada día sin poder verse con un neurólogo, tratarse con un psiquiatra o tampoco tomar las medicinas que necesitan. Sobrellevan la frustración de que, a pesar de sus esfuerzos, los movimientos involuntarios de sus crisis podrían volver en cualquier instante, causarse daño a ellos mismos y también a los que los rodean.

Publicado por El Nacional
05/12/2017

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