A las puertas de una emergencia alimentaria. En su último monitoreo de la situación nutricional en niños de menos de cinco años, la fundación Cáritas Venezuela advierte que el hambre y la desnutrición han dado pasos agigantados entre mayo y agosto de este año. Durante esos cuatro meses se determinó que 68% de los niños evaluados tenían ya algún grado de déficit nutricional o estaban en riesgo de tenerlo, lo que representa un aumento de 14 puntos porcentuales en comparación con el mes de abril.

Los números de la desnutrición aguda (la forma más severa) en las parroquias de Zulia y Vargas poco a poco se alejan de los estándares de crisis alimentaria establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se acercan a los de una emergencia. Este punto alarma es alcanzado cuando la proporción de niños desnutridos llega al 15%, porcentaje que arrojó el monitoreo en la entidad zuliana.

La desnutrición en Zulia pasó de 13% a 16% para ubicarse un punto porcentual por encima del umbral de emergencia fijado por la OMS. En apenas cuatro meses, el deterioro nutricional de los menores de cinco años creció tres puntos porcentuales, así lo refleja el último monitoreo de la fundación, difundido este miércoles, 20 de septiembre.

En menor grado, pero no menos alarmante, la malnutrición por déficit también se agudizó en Vargas y Miranda, los otros dos estados en donde Cáritas realizó su monitoreo más reciente. En el primero la desnutrición pasó de 12% a 14,3% durante el último cuatrimestre; mientras que en el segundo aumentó de 11% a 12,7%.

En el Distrito Capital, entidad que ha figurado en los boletines de Cáritas desde los primeros monitoreos (iniciados en octubre del año pasado), no se pudo hacer seguimiento a los casos de desnutrición debido a las protestas que tuvieron lugar entre abril y julio de este año.

Cáritas reporta en su informe que la proporción de niños con déficit nutricional aumentó en promedio 3,5 puntos porcentuales por mes, lo que alerta que se ha triplicado la tendencia que había registrado la fundación hasta ahora. También se señala que los meses de mayor deterioro fueron junio y julio y que la situación tuvo una mejoría a partir de agosto.

Mientras el hambre avanza, la alimentación de los hogares se sigue deteriorando. En su boletín Cáritas advierte que la proporción de familias con una alimentación deficiente pasó de 66% a 85% de febrero a agosto de este año. Las carnes, los huevos, los lácteos y las grasas —fuentes de hierro, proteínas, calcio y vitaminas— cada vez son menos frecuentes en las mesas familiares por sus altos costos.

Los números de una emergencia

Para paliar la crisis actual, los hogares han recurrido a distintas estrategias. De acuerdo con un sondeo realizado por Cáritas a las familias de los mismos niños que asistían a los monitoreos de la fundación en las parroquias, 69% de los hogares han tenido que cambiar sus formas habituales de adquirir los alimentos.

Pero eso no es todo, hay otros números que reflejan la emergencia alimentaria a la que se aproximan las parroquias más pobres.

71% de los hogares reportaron haber tenido que deteriorar su alimentación producto de la crisis alimentaria.
El hambre ha separado a más de una familia. 38% de los hogares ha tenido que desincorporar a algún miembro familiar para bajar la presión de consumo de alimentos y paliar la inseguridad alimentaria.
41% dijo haber tenido que pedir o “mendigar” por alimentos.
63% dijo tener que recurrir al mercado negro de alimentos o a los “bachaqueros” para poder comprar comida, un incremento de dos puntos porcentuales en comparación con la respuesta dada en el boletín anterior.
69% reportó no haber tenido acceso a las cajas entregadas por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) nunca o casi nunca.
64% de los hogares han incurrido en alguna forma de privación alimentaria, es decir, han dejado de alimentarse o han reducido su grupo de alimentos.

Cáritas urge al Estado venezolano a disponer de recursos extraordinarios para atender la desnutrición o a permitir a los productores de alimentos y de medicamentos movilizar los insumos necesarios para garantizar la disponibilidad de estos en el país. De lo contrario, la fundación advierte: “de no revertirse las causas de la desnutrición y los factores agravantes, las parroquias más pobres podrían estar en emergencia nutricional al cierre del año”.

Fuente: Efecto Cocuyo
Fecha: 21 de septiembre de 2017

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