«Con las uñas y sin guantes». Así encaran los médicos del Hospital Vargas la crisis de salud, que obliga al personal a practicar una medicina artesanal, cuyo atributo principal es la improvisación en medio de situaciones de extrema urgencia que demandan soluciones inmediatas.

A propósito de ello, ayer los galenos del recinto de San José sostuvieron una asamblea extraordinaria para fijar posición frente a la coyuntura. Exigen al director, Tirso Silva, un pronunciamiento oficial por el desabastecimiento de antibióticos, el suministro de soluciones contaminadas y la inoperatividad de los 8 quirófanos que se mantienen en cierre técnico desde abril.

Miembros de la Sociedad de Médicos Residentes aseguran que, a estas alturas, su función se ha reducido a una mera intención altruista sin poder aportar soluciones concretas. Mayerlín Soto, quien intervino en la reunión, es testigo de ello. Tiene al menos tres meses esperando por una cirugía. Sabe que tiene pequeños tumores en la cabeza y espera ser operada. «Quiero extender mi calidad de vida», dijo con voz quebrada ante el auditorio.

Ismary Bolívar, estudiante del posgrado de Anestesiología, relató que tuvieron que improvisar un quirófano en la sala 19, un espacio que funcionaba como un área de cura. Denuncia que las tomas de oxígeno de los quirófanos están dañadas, hay filtraciones y no pueden usar técnicas vanguardistas de anestesiología porque no funcionan los equipos.

Sobre ello, Ángel Cabrera, adjunto de Cirugía I, explica que los pabellones reinaugurados en 2013, están sin servicios. «El quirófano inteligente, que tenía integrada la iluminación y los servicios a través de una tablet perdió parte de su capacidad. La torre integrada para hacer cirugía laparoscópica no funciona».

Escasez recrudece en la noche

Mariela Núñez, residente de Cirugía I, advirtió que no disponen de tomografía ni otros estudios de imagenología. En la institución la mayoría de los servicios carece de aires acondicionados. Y la falla de insumos recrudece en la noche cuando la Central de Suministros cierra y no hay quien responda por un requerimiento.

La demanda de guantes, gasas, algodón y otros insumos básicos es una constante en un centro donde los médicos han tenido que usar propofol vencido, un anestésico intravenoso. Los equipos desechables de pleurovac, empleados en Neumonología para extraer líquidos de los pulmones son lavados y reutilizados. Y en otros casos los médicos deben usar envases de vidrio para improvisar un dispositivo.

Danny Golindano, portavoz de la Sociedad de Médicos Residentes y estudiante de Hematología, indicó que en los pasillos del hospital pululan los gatos y perros, lo cual eleva los riesgos por infecciones. «Recibir a un enfermos es darle el acta de defunción sin la firma del paciente», dijo.

Carlos Navas, jefe de Neurología, pidió a cada servicio presentar su análisis situacional. La enfermera Mariam Mejía reiteró que no tienen jeringas ni medicamentos qué cumplir. Y enfatizó que su gremio tiene miedo de denunciar la situación por posibles represalias.

Se movilizarán hasta el Ministerio de Salud

Daniel Sánchez, portavoz del Comité de Conflicto Intergremial, que se constituyó por la crisis, informó que mañana los médicos de Caracas tienen previsto movilizarse hasta el Ministerio de Salud, desde el Hospital J.M. de los Ríos, en San Bernardino. Señaló que hoy los galenos llevarán a cabo acciones de protestas en sus respectivos hospitales. Sánchez descartó un paro de actividades. Y en lugar de ello, aclaró que el personal se encuentra en asamblea permanente.

Fuente: El Impulso  

Fecha: 16 de mayo de 2017

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