De 100 alumnos que ingresan a la primaria, solo 37 terminan el sexto grado y de estos el 90% se inscribe en el primer año de media. De los 34 que inician séptimo año, apenas 17% (es decir 6) lo culmina y solo 10% egresa de bachillerato. Las cifras -aportadas por la Fundación Redes son alarmantes, debido al “descalabro social” que representa el abandono de las aulas en Venezuela.

“Ahí, en educación media, está el mayor índice de deserción y significa la evidencia más grande de la crisis que estamos viviendo. Las consecuencias que va a traer son inimaginables para la sociedad”, manifestó el director de la Fundación Redes, Javier Tarazona, quien además es presidente del Colegio de Profesores de Venezuela, seccional Táchira.

En efecto, la deserción escolar es considerada como un fenómeno sicosocial y, como tal, es complejo. Según los expertos en el tema, se conjugan aspectos estructurales, sociales, comunitarios, familiares e individuales, y más que todo tiene relación con la estructura social, política e ideológica del Estado. De allí que no puede ser vista aisladamente.

“Según nuestros estudios, la deserción responde a la crisis económica, en especial a la escasez de alimentos, porque los niños y jóvenes no encuentran siquiera cómo saciar el hambre. El tema de la hiperinflación se come toda posibilidad digna de tener un plato de comida. Aunado al alto costo de útiles y uniformes, que este año sobrepasó el millón de bolívares; así como la constante denuncia que hemos hecho sobre el deterioro de más del 90% de los planteles educativosç2.

El cálculo de la deserción escolar este año 2017 es superior a los 560 mil niños, según la proyección realizada por la Fundación Redes, en ocho estados del país.

No obstante, las cifras oficiales dan cuenta que el año escolar 2017-2018 comenzó con 251.180 alumnos de inicial, primaria y secundaria menos, de acuerdo con el número ofrecido por el ministro de Educación, Elías Jaua, que ubicó en 7.195.335 la cantidad de inscritos; en contraste con los 7.446.515 reportados en enero por su antecesor, Rodulfo Pérez.

“Este año hay un gran hueco de 251 mil 180 niños que no se inscribieron, según las cifras oficiales. En 12 años, la cifra que nosotros manejamos es 999.180 niños que han abandonado la escuela primaria, es decir, casi un millón. Y esta situación también se refleja en la inscripción escolar que, durante los últimos cuatro años, se redujo en 708.349 niños”, afirmó.

43% de inasistencias

Para la Fundación Redes, la inasistencia es otro fenómeno que agrupa el tema de la desincorporación de estudiantes en el sistema educativo. En el estado Táchira, el promedio de niños que no asisten a clases es de 43%, en Zulia 40%, Apure 52% y Caracas 38%. Según el estudio, la asistencia está vinculada a los días que sirven comida en el Sistema de Alimentación Escolar.

“Si se habla de uno o dos días de alimentación, esos días la asistencia mejora. En el sector público, las inasistencias son mayores. Y esto refiere a la calidad que ofrece el sistema público, a diferencia de la educación privada, que garantiza mejores condiciones de infraestructura, mayor permanencia del profesor, entre otros”.

Agregó Tarazona que en los porcentajes de inasistencia también incide la ubicación de la escuela, por ejemplo, son superiores en las zonas rurales, y tiene una particularidad en los últimos días, debido al sistema de transporte en esas zonas, que presenta problemas por combustible o repuestos. “Es un entramado de causas”.

“Retiros por cambio de país o incapacidad de pago”

En el caso del sistema de la educación privada, el fenómeno de la deserción se da pero en cifras no tan alarmantes, así lo confirmó el presidente de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep), seccional Táchira, Guerrino Guariento, al precisar que el retiro de estudiantes obedece solo a dos razones: Cambio de país o incapacidad de pago; la primera en su mayoría.

“En el estado no son altas las cifras de retiros por cambio de país, a diferencia de colegios en otros estados, donde los números ascienden a 300 estudiantes, solo en una institución. Aquí estamos buscando la forma de ayudar al máximo a los representantes para que no retiren a sus hijos por incapacidad de pago, con acuerdo y diálogos para facilitar el proceso y no perjudicar a los niños”.

Añadió que la Andiep no maneja cifras exactas sobre deserción debido a que todavía no se ha terminado el proceso de inscripción, aunque está consciente que hay colegios que han perdido mucha matrícula y otros que aún mantienen mucha demanda. “Sabemos de algunos colegios pequeños que han cerrado por falta de alumnos, pero no en el Táchira”, dijo Guariento.

150.000 docentes han emigrado

A todo este panorama se suma además el abandono de las aulas por parte de los propios académicos, y que la carrera docente ha perdido su atractivo en la misma medida en que los profesionales han visto mermar su poder adquisitivo.
“El personal docente se está yendo a través de permisos académicos, años sabáticos, permisos no remunerados o simplemente prueban fuera del país en el tiempo de vacaciones académicas y no regresan. Los concursos para nuevas vacantes han quedado desérticos y hay una oleada de jubilaciones”.

Y es que en países como Ecuador o Perú, los docentes pueden ejercer sin revalidar y les pagan 1.200 o 1.400 dólares mensuales, a diferencia de Venezuela, donde devengan 54 dólares al mes, incluyendo el bono de alimentación.

Resaltó el director de la Fundación Redes que la deserción de docentes durante el año 2016-2017, según el Ministerio de Educación, estaba en 30%. “Nosotros consideramos que esa cifra ha aumentado exponencialmente, con un número importante de docentes que no se hicieron presentes en las escuelas para el inicio del nuevo año. El abandono del sistema es impresionante y en las universidades es escalofriante”.

Deserción estudiantil en universidades alcanza 50%

El panorama en las casas de estudios superiores es similar y es algo que no se había considerado hace algunos años. De acuerdo con la Fundación Redes, la deserción estudiantil en las universidades está en 50%, al menos, en las carreras de mayor demanda.

En la Universidad de los Andes-Táchira, la deserción es un fenómeno nuevo que está afectando la matrícula, debido a que hay un abandono de las aulas, mas no un retiro formal. Omar Pérez Díaz, coordinador Académico de la ULA-Táchira, señaló que manejan un estimado aproximado de 45 % de alumnos que abandonaron las aulas de la institución, lo que equivale a 3.500 estudiantes.

“Es una cifra alarmante, en virtud de que esto se refleja en las aulas, donde estaban completamente full y ahora solo tienen 12 e incluso algunas solo tres alumnos. Es una situación difícil, que incomoda, porque la generación del futuro, que debe consolidarse académicamente, se está retirando para incorporarse a la economía informal o buscar alternativas laborales fuera del país”.

Aseveró que la cifra oficial la tendrán al culminar el semestre, donde se va a establecer la relación formal y precisa de este fenómeno, que ya tiene dos años, pero se ha acentuado más en este y se evidencia en los salones de clase, donde reina la ausencia de estudiantes.

Otra irregularidad que han observado en esta casa de estudios es que han aumentado las solicitudes de certificación de los programas y notas certificadas para ser utilizadas fuera del país. “Es reiterativa la solicitud, en Mérida se limitó la entrega de notas dada la cantidad de personas que todos los días hacen cola en el rectorado”.

Para Pérez Díaz, lo más triste es que muchos profesionales, formados en calidad, se van del país a ejercer otras actividades. “Entendemos la necesidad de cada estudiante, muchos se retiran para ayudar a sostener su hogar, porque el dinero no alcanza para la comida y mucho menos para pagar una residencia o el transporte”.

Unet: Mil estudiantes menos

En la Universidad Nacional Experimental del Táchira (Unet) comenzaron las clases con una población inicial de 7.300 estudiantes, de los cuales se han retirado formalmente 595 y están en tránsito 339 solicitudes de retiro. Así lo dio a conocer el vicerrector Académico, Alexander Contreras, al asegurar que comenzaron el semestre en febrero y lo terminan el 24 de noviembre.

“Estamos sorprendidos con la cifra, entendemos que hay muchos estudiantes que se han puesto a trabajar para ayudar a sus familias. Pero ese retiro no es normal y tampoco es beneficioso, porque la universidad contrata profesores porque hay una demanda estudiantil y algunas secciones van a quedar más vacías. Se está invirtiendo en recursos que ya no se van a tener”.

Destacó que una situación parecida se presentó en el año 2014, cuando hubo 2.000 retiros. No obstante, aspira a que este año no sea igual y muestra de ello es que las inscripciones se han mantenido, aunque en algunas carreras del agro ha bajado la demanda, como es normal.

Están a la espera de culminar el semestre para sacar las cifras bien detalladas y elevar el tema al Consejo Académico y luego al Consejo Universitario.

Valga apuntar que en otras instituciones, como la Upel y la Ucat, la situación es similar, hay una evidente ausencia estudiantil marcada por la situación país.

Publicada por Diario La Nación

21/10/2017

Ir a la barra de herramientas