1.400 privados de libertad del Centro Penitenciario Rodeo III en Guatire, estado Miranda, iniciaron una huelga de hambre pacífica para rechazar que en los últimos 25 días sólo han recibido como único alimento un caldo de caraotas, presuntamente en fase de descomposición.

La huelga comenzó durante la noche del martes 10 de diciembre, cuando los reclusos decidieron encerrarse en sus celdas y declararse de brazos caídos, sin contribuir en la limpieza y preparación de la comida.

La medida, según denuncian los reclusos, generó agresiones por parte de los funcionarios del Grupo de Respuesta Inmediata de Custodia (Gric), lo que dejó como saldo un recluso herido en el rostro y la cabeza.

El equipo de El Pitazo conversó vía telefónica con un grupo de los privados de libertad, quienes desmintieron que reciban un menú balanceado y certificado por el Instituto Nacional de Nutrición (INN), como aseguró en días recientes la ministra para Asuntos Penitenciarios, Iris Varela.

Informaron que la comida, el caldo de caraotas envasado en tobos, permaneció durante la noche del martes a la intemperie y recibió el agua de la lluvia que cayó durante la madrugada de este miércoles 11 de diciembre en el eje Guarenas-Guatire.

«Aunque hayamos cometido errores, primero somos seres humanos, como para que nos den algo que no se pueden comer ni los perros de la calle. Lo único que pedimos es que se le permita a nuestros familiares que nos puedan traer algo de comida», manifestaron los reclusos.

Revelaron que desde hace dos meses, cuando fue cambiado el director del penal, han empeorado las condiciones en las que se encuentra este recinto carcelario.

Sin atención médica

Los reclusos aseguran que el lugar no dispone de atención médica para quienes presentan alguna enfermedad. Revelaron que han fallecido cerca de 15 reclusos por enfermedades desconocidas. El último deceso ocurrió el pasado sábado 7 de diciembre, un reo que estaba enfermo desde hace dos meses.

«Se puso flaquito y hacía pupú con sangre, cambió su semblante y aquí nunca lo vio un médico ni lo trasladaron a un hospital. Ya aquí no hay respuesta ni solución a nada», declararon.

En tal sentido, indicaron que hay un grupo considerable de privados de libertad que presentan los mismos síntomas y temen correr con la misma suerte.

Con información de El Pitazo

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