El piso 3 y el área de sala de partos del Hospital Universitario Antonio Patricio de Alcalá (Huapa) de Cumaná permanece abarrotado de niñas embarazadas y recién paridas. Esa es una realidad que abruma a cualquiera en estos tiempos de crisis que atraviesa el país. En dos meses, octubre y noviembre, 15 recién nacidos fallecieron en este centro de salud.
Revisar las estadísticas oficiales para determinar las cifras del embarazo precoz en Venezuela, y en especial en el estado Sucre, es casi imposible. Las autoridades y los organismos competentes mantienen un fuerte hermetismo al respecto.
De acuerdo con las cifras que aportó el presidente del Colegio de Médicos del estado Sucre, Rafael Peroza, 82 % de las mujeres embarazadas que llegan al Huapa son menores de 25 años de edad, lo que le hace inferir que la cifra de adolescente es igual o mayor, dado el nivel de pobreza en esta entidad federal.
Aseguró el dirigente gremial que, aun cuando no maneja la data oficial de embarazo precoz en el rango de 11 a 18 años de edad, las condición de vulnerabilidad y pobreza en los últimos años no ha variado y estas mantienen al estado Sucre en el peldaño más alto de la tabla de fertilidad en adolescentes.
Esta referencia de Peroza coincide con las estadísticas del documento del Fondo para la Población de las Naciones Unidas (Unfpa) sobre el embarazo de adolescentes, en el que reportan que América Latina y el Caribe son las únicas regiones del mundo con una tendencia ascendente de embarazos en adolescentes menores de 15 años de edad. Bolivia y Venezuela puntean en el ranking de América del Sur.
En dos meses 15 muertes neonatales
Un embarazo sin control prenatal y los problemas de salud durante el embarazo, el parto y posparto inciden en las muertes maternas y de neonatos. Así lo revelan los datos de octubre y noviembre del Huapa, donde fallecieron en dos meses 15 recién nacidos. A ello se le suma el contagio de la madre y el contagio del bebé con enfermedades de transmisión sexual, como son sida, sífilis y gonorrea, diagnosticadas durante el parto. Contagios que se pueden evitar o prevenir con un control prenatal.
Este panorama pone en evidencia las condiciones del hospital en el que la terapia de neonatos y recién nacidos está contaminada y no hay suficientes incubadoras, lo cual limita la rápida y eficiente atención de los bebés con salud delicada por lo prematuro de su gestación.
Según los datos suministrados en el hospital, durante octubre 2019 se registraron 693 bebés nacidos vivos, tras 339 partos y 354 cesáreas. De estos, hubo seis neonatos fallecidos. Entre los recién nacidos vivos, cuatro ingresaron a cuidados especiales de neonatología; mientras cuatro madres resultaron con VDRL-sífilis-reactivo y dos con VIH.
En el rango de madres menores de 15 años de edad se atendieron tres partos y se realizaron dos cesáreas; entre las adolescente de 16 a 19 años de edad se registraron 101 partos y 47 cesáreas, mientras que entre las madres mayores de 35 años de edad, 17 parieron y a 37 le practicaron cesárea.
Mientras, en noviembre, las estadísticas que maneja el personal especializado en el área de sala de parto señalan que nacieron vivos 830 niños, 468 de ellos por parto natural y 362 por cesárea, nueve neonatos murieron.
Durante este mes no se reportó contagio de VIH, pero sí dieron positivo dos mamás al diagnóstico de VDRL, por lo cual los neonatos recibieron tratamiento por 10 días ante la transmisión de la infección.
Entretanto, en niñas menores de 15 años se practicaron solo cinco partos naturales y ninguna cesárea; mientras se realizaron 138 cesáreas y se atendieron 33 partos en adolescentes entre los 16 y 19 años de edad; en el rango de 20 a 34 años de edad, a 194 mujeres se les practicó una cesárea y 175 parieron de forma natural; y entre las pacientes de 25 años de edad en adelante a 31 se les hizo cesárea y a 54 de ellas se les indujo el parto.
Con información de Crónica Uno