IVSS solo cubre la cuarta parte de lo que cuesta mantener a una persona con enfermedad mental en una casa de reposo. Desde junio están paralizados los nuevos ingresos.
Las 24 casas de reposo con las que tiene convenio el Instituto Venezolano de Seguros Sociales están a punto de quebrar y de dejar en la calle a 2.235 pacientes con enfermedades mentales.
Desde mayo el IVSS no ajusta las tarifas para atender a los pacientes psiquiátricos en estos centros. Una persona con enfermedades mentales necesita por lo menos 8.000 bolívares diarios para costear comida, medicinas, atención psiquiátrica, enfermera, terapia ocupacional y hospedaje, pero el Seguro Social solo aporta 2.099, 26 bolívares diarios.
La casa de reposo Carelco, ubicada en Bello Monte, es una de las 24 afectadas en el país por esta situación. Aunque tiene capacidad para 105 personas de ambos sexos solo están atendiendo a 89 porque el IVSS paralizó los nuevos ingresos y traslados a otros lugares de atención.
Ayer algunos hombres y mujeres atendidos allí veían una película, otros hablan entre sí en un patio, pero algunos simplemente estaban ausentes y dormidos en bancos. La casa de reposo procura mantenerlos en contacto con psiquiatras y enfermeros, activos en clases de manualidades, bailoterapia, teatro y canto, pero el dinero que percibe la institución no les alcanza.
Josefina Oliva tiene un hermano recluido en ese centro pues debido a una fármacodependencia comenzó a padecer esquizofrenia. Otra hermana, de 61 años de edad, tiene la misma enfermedad mental, pero no le ha conseguido cupo en ningún centro en convenio con el seguro social porque no está autorizando nuevos ingresos. Por ahora, lidia con episodios violentos producto de la descompensación que le produce la falta de medicamentos.
«Temo que mi hermano salga de acá porque terminará en la calle como cualquier indigente. Es imposible pagar 170.000 bolívares para llevarlo a un centro privado y tampoco es un paciente que se pueda tener en casa», precisa Oliva.
Zaida Carrillo, gerente de la Casa de Reposo Carelco, explicó que tienen un cierre técnico y no sabe hasta cuándo podrán seguir prestando el servicio. Desde mayo las 24 casas de reposo y otros 48 centros que atienden personas con discapacidad, de la tercera edad y farmacodependientes están pidiendo un ajuste al IVSS de acuerdo con la inflación, pero el ente no responde al requerimiento. El psiquiátrico tuvo que pedir un préstamo de 4 millones de bolívares para restituir colchones, sábanas y hacer arreglos a la sede. «Los pacientes psiquiátricos tienden a ser muy destructivos cuando tienen crisis y eso no se puede costear con lo que paga el Seguro Social», acota Carrillo.
El dinero debe garantizar tres comidas y merienda. Carrillo, quien también es nutricionista, asegura que hacen el esfuerzo para que los platos sigan siendo balanceados pese a la escasez y altos precios, pero el requerimiento calórico no es el mismo. «Garantizar los azúcares y grasas es lo más difícil porque no se encuentran y estos pacientes necesitan más de las 2.200 kilocalorías que requiere cualquier persona», explica Carrillo.
María Senior tiene a su hijo de 51 años edad en la misma institución con diagnóstico de esquizofrenia. En un año ha tenido tres crisis por escasez de antipsicóticos en el país. Aunque el centro abastecía de medicinas, ahora debido a la escasez los familiares deben buscarlas ellos mismos. En estos momentos no cuentan con anticonvulsivantes ni estabilizador del ánimo.
Hoy, los gerentes de estas casas tendrán una audiencia en el Ministerio para el Trabajo para tratar el tema.
FUENTE: EL NACIONAL
25 de agosto 2016