La escasez de la carne de res ha lanzado los precios hacia arriba, en una tendencia ascendente en la cual no se han quedado rezagados muchos productos de la canasta básica. Mientras que el pollo superó la barrera de los 150 mil bolívares por kilo.
En una batalla donde el dólar, el peso y el petro van humillando a los papeles moneda en colores pasteles, el que lleva la peor parte es el ciudadano de a pie que, atónito, tiene que escuchar números que hieren sus oídos y su bolsillo, sin permitírsele la más mínima pregunta, ni queja.
Este lunes, en el mercado Los Pequeños Comerciantes, gran parte de los locales donde se expende carne de res permanecían bajo penumbras: un síntoma de una carestía cuyos resultados ya se ven en otros expendios, donde el rubro va tocando la barrera de los 200 mil bolívares.
Algunos vendedores se refirieron a un largo asueto navideño, que se extendió por más de una semana y ha paralizado la actividad en los mataderos. De ser este el factor preponderante, la situación se normalizaría este fin de semana. No obstante, otros factores más estructurales, que se relacionan con los aumentos, sí causan más preocupación, como la remontada del dólar, cercana a los 80 mil bolívares, prácticamente más del 30 % en lo que va corrido de este año. La implementación del petro se la ha querido asociar a los aumentos, en tanto se aumenta la capacidad adquisitiva de muchos venezolanos, y esto sería aprovechado por el aparato productivo nacional; sin embargo, con los problemas en la plataforma en la que funciona, todavía no se puede juzgar el impacto real de esa criptomoneda.
Pollo a 160 mil bolívares el kilo
Pero respecto a lo que será el comportamiento de la carne de res, de alguna manera nos lo puede anunciar el pollo, que pese a que bien surtía muchos puntos de venta, su precio no baja de los 160 mil bolívares el kilo. Y los huevos también se alejan del poder adquisitivo de quien gane en bolívares, pues están por el orden de los 130 mil bolívares.
El equivalente en pesos de estos precios también es algo que sufre modificaciones, al no haber un cambio fijo, pues mientras unos lo pueden estar recibiendo hasta 0.8 por bolívar, otros lo fijan en 0,5. A quienes les preocupa recibir más pesos, mirando una devaluación sin freno, no les importa ir con un peso, a como ese día se oferta en las casas de cambio de Cúcuta; pero otros, para no ganarle a la divisa extranjera, prefieren mantenerse en el precio prácticamente de finales del año pasado. En este sentido, el comprador debe ser muy prevenido y cotejar, con una calculadora, la diferencia.
Como era de suponer, este lunes el flujo de compradores por los alrededores de los principales mercados de San Cristóbal estaba reducido, en parte porque los gastos de diciembre “secaron” muchos presupuestos familiares o porque con un salario integral en 300 mil Bs no hay realmente nada que hacer por esos lares; de hecho, como las tendencias lo indican, a duras penas se podrá adquirir con eso kilo y medio de carne de res… y más nada.
Las verduras se pagan en pesos
Si hablamos de su precio en pesos, las verduras y frutas han mantenido una relativa estabilidad; no obstante, con el precio del dólar disparado, al traducirlo en bolívares, el feo rostro de la inflación no se oculta.
Tomates, papas, cebolla junca y demás verduras muestran precios que oscilan entre los mil y los dos mil pesos, siendo la zanahoria uno de los que más ha sufrido encarecimiento; mientras el tomate pareciera estar en buena temporada.
Estos precios se observan especialmente en los puntos de la calle, por los alrededores del centro de San Cristóbal, Terminal de Pasajeros y La Ermita, donde el efectivo prevalece. Al momento de la oferta, se prefiere hablar de pesos, antes que bolívares; sin embargo, todo efectivo en moneda local es bienvenido, teniendo en cuenta las cantidades irrisorias a las que se puede acceder en las entidades bancarias, que a duras penas cubren un kilo de cualquier tipo de verduras o frutas.
Por ejemplo, el plátano se estaba ofreciendo en mil quinientos pesos o 35 mil bolívares; la papa en mil pesos o 20 mil bolívares; mientras que el tomate perfectamente se puede obtener en 15 mil bolívares, al igual que la cebolla junca. Frutas como el melón o la lechosa se pueden conseguir en dos mil pesos el kilo.
Si bien buscando entre varios puestos de venta se puede negociar alguna rebajita, realmente la diferencia de precios no es muy acentuada. Incluso algunos consumidores aseguran que se asemejan a los del sector La Parada, después de pasar el puente internacional Simón Bolívar, en territorio colombiano. Quien cuente con pesos, realmente tiene garantizado que llevará a su hogar un mercado en verduras y frutas bien resuelto; pero ese ingreso hasta los momentos no corresponde a la gran mayoría de los trabajadores tachirenses.
Con información de La Nación.