A partir de hoy 7.195.335 estudiantes comienzan las clases correspondientes al período escolar 2017-2018 en todo el territorio nacional. Esto quiere decir que “251.180 niños no se inscribieron este año. Hubo una disminución de la inscripción escolar lo cual representa un desgaste matricular preocupante”, advirtió el investigador profesor de la UCV Luis Bravo Jáuregui, coordinador de la Memoria Educativa de Venezuela, al comparar el total de inscritos en el presente período con la cifra de 7.446.515 del año lectivo anterior.
La reducción de inscritos, particularmente en el sector oficial, es una tendencia desde 2005, cuando el número de 8.071.959 menores registrados en el sistema escolar (6.730.557 en el sector público y 1.341.402 en el privado), comenzó a reducirse progresivamente hasta 2017, evidenciándose el abandono escolar de casi 1 millón de menores en 12 años, de acuerdo con el más reciente informe de la Memoria Educativa Venezolana.
Según esos datos, solo en los últimos cuatro años lectivos, desde 2013-2014, la inscripción escolar se redujo en 708.349 niños.
“Esta contracción del sistema en apenas un año significa que el Estado no está cumpliendo su deber constitucional de asegurar que los niños vayan a la escuela. La educación es obligatoria desde el año 1870 y el Estado debe hacer que los padres, los niños y sus propios funcionarios cumplan con este mandato”, precisó Bravo Jáuregui, aun cuando el presidente Nicolás Maduro pidió recientemente a las autoridades de cada escuela y liceo “buscar al niño y al joven que no está escolarizado”.
Señaló que esta disminución del registro es diferente a la deserción escolar que ocurre cuando el estudiante abandona el sistema porque tiene necesidad de incorporarse al mercado laboral para ayudar a su familia debido a la crisis económica. El número de menores fuera de la escolaridad entonces podría ser mayor en 2017-2018.
Juan Maragall, director de Educación del estado Miranda, calculó que para este año escolar solamente en la entidad 10.000 niños desertaron de las escuelas y aproximadamente 500.000 lo habrían hecho en todo el país.
El presidente de la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Privada, Fausto Romeo, por su parte, señaló que 130.000 estudiantes de instituciones privadas solicitaron sus notas certificadas para irse al exterior. “Lo sabemos por los datos que se recogen en los planteles”, indicó.
Año incierto
Educadores expresan preocupación porque el ministerio no ha publicado en los últimos dos años el informe de gestión, una exigencia constitucional, y en consecuencia no se dispone de cifras oficiales sobre el tema. Ni siquiera el calendario escolar que precisa los días de clases, ante la posibilidad de elecciones en octubre. No obstante, coincidieron en que la necesidad del menor de trabajar y la falta de recursos para comprar la comida o para pagar el transporte público incidirán este año también en el abandono del sistema, lo que repercute negativamente en el futuro del país.
“Mientras más tiempo pase un niño lejos de la escuela, más difícil será captarlo luego. Eso vulnera el derecho a la educación”, señaló Luisa Pernalete, coordinadora de Fe y Alegría.
Otro fenómeno signaría el inicio del nuevo período escolar: la migración de 200.000 estudiantes de colegios privados a escuelas oficiales, según datos oficiales.
Olga Ramos, directiva de la Asamblea de Educación, desestimó las declaraciones del ministro de educación. Alegó que la calidad de la educación en escuelas públicas es muy baja y la migración es general. “No tiene sentido porque el ministerio, además, solo ha construido 10% de todas las escuelas que ha prometido y cuando inaugura alguna no especifica si es nueva o reacondicionada”.
El nuevo currículo provocará discriminación
Para esta vuelta a clases habrá un nuevo plan de estudio, en el cual se mantendrán las materias básicas para todos los niveles y “se incorporarán áreas como soberanía (antigua instrucción premilitar), orientación y convivencia”, dijo el ministro Jaua. Para ello se prevé de 44 a 46 horas semanales, lo cual implicará aumento de secciones y falta de aulas que funcionarán a tiempo completo, según Fausto Romeo. “¿Está el ministerio en capacidad de garantizarle el desayuno, almuerzo y merienda a 9.000 instituciones educativas oficiales? ¿Qué sucederá con los 70.000 docentes que trabajan medio turno en colegios diferentes?”. Acotó que la habilitación de espacios sería una solución para hacer viable este plan, que calificó de ambicioso y que celebró para la educación pública y privada.
Ramos consideró que el cambio de horario y el uso de los planteles a tiempo completo y compartido incidirá en la calidad de la educación. “Habrá dos secciones de la escuela o liceo funcionando a la misma hora, lo que generará un hacinamiento en las aulas”. Tildó de discriminación la disparidad en las horas de aprendizaje que tendrán colegios de medio turno que funcionan como instituciones de educación primaria y básica. “¿Por qué otros tienen el privilegio de contar con más horas de estudio? No podemos seguir expuestos a la mediocridad de la mala improvisación”.
Con información de: El Nacional
Fecha: 18 de septiembre de 2017