El tiempo de espera que viven los pacientes para aplicarse la radioterapia que les da esperanza de ganarle la batalla al cáncer van de los 3 meses en Caracas a un año en el interior del país. De 16 aceleradores lineales que hay en Venezuela y 9 bombas de cobalto en hospitales para hacer la terapia a los pacientes, solo hay 3 operativos, se supo de manera extraoficial después de un censo realizado el lunes pasado.
La radioterapia se está aplicando en el Hospital Antonio María Pineda de Barquisimeto, mientras que en Caracas solo están operativas las máquinas de los hospitales Domingo Luciani y el Servicio Oncológico Hospitalario (antiguo Padre Machado), ambos pertenecientes a la administración del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Las de los hospitales Militar, Oncológico Luis Razetti, J. M. de los Ríos y Universitario de Caracas están dañadas.
Desde hace un año el Ministerio de Salud dejó de pagarle a la empresa argentina Invap por el mantenimiento y actualización tecnológica de los centros, que se realizaba a través del convenio Argentina-Venezuela. En febrero los técnicos dejaron de prestar el servicio porque la deuda asciende a 16 millones de dólares; en marzo comenzó el colapso.
Baja la probabilidad de curarse. Belkys Istúriz tiene tres meses operada de un cáncer de mama y aún no se ha podido aplicar el tratamiento de radiación para eliminar las células cancerígenas de su cuerpo. Lleva ese tiempo en una lista de espera sin fecha de atención en el Hospital Universitario de Caracas.
“Me tuve que reincorporar al trabajo porque no tengo ni un reposo médico que avale que estoy en tratamiento. Yo lo único que sé es que mientras espero mi pronóstico de cáncer, pese a estar operada, se puede revertir. Vivo con temor”, cuenta la mujer.
En el estado Nueva Esparta está Zoraida Melchor. Lleva dos meses sin poder comenzar la radioterapia porque en el Hospital Luis Ortega de Porlamar la máquina está dañada. Su hija Nacarí Romero, que también sufre de cáncer y no tiene tratamiento, asegura que a su madre la contactaron para que acudiera al centro de salud el lunes de la semana próxima, luego de haber esperado dos meses. Sin embargo, el lunes 14 de agosto se constató en el censo extraoficial que la máquina no funciona.
Optar por el tratamiento en privado no es opción para esta familia porque no hay el servicio en esa entidad y en otras cuesta desde 25 millones a 35 millones de bolívares.
En el estado Falcón solo está el acelerador lineal del Hospital Universitario Dr. Alfredo Van Grieken, pero tiene dos meses fuera de servicio. Tampoco hay la opción en clínicas porque no tienen los aparatos.
La activista Olga Olivo, presidente de la Fundación contra el Cáncer que trabaja en la entidad, contó 100 pacientes que no han podido terminar su tratamiento y tienen hasta un año en la lista de espera. “Es más el tiempo que la máquina está dañada que en condiciones operativas. Además, por los problemas de luz tampoco es continua la prestación del servicio. Estos pacientes no tienen esperanza de vida. Solo si poseen recursos acuden a Maracaibo, Caracas o Valencia, pero la mayoría solo espera”, denuncia.
En el Instituto Oncológico Dr. Miguel Pérez Carreño de Valencia no han podido hacer más radioterapias desde el 9 de marzo. De 120 pacientes que atendían mensualmente, la mitad dejó sus ciclos incompletos y tuvieron que referirlos a San Juan de los Morros y Maracay. “Lo grave es que seguimos operando y hacemos hasta 460 quimioterapias al mes, pero no se puede seguir el protocolo médico”, dice un médico.
“El paciente que debe recibir la radioterapia tiene un esquema de tratamiento que debe comenzar al mes y medio y no debería prolongarse más de eso porque recae”, indica Cono Gumina, presidente de la Sociedad Anticancerosa.
Los estados Barinas, Apure, Guárico y Cojedes ameritan un servicio de radioterapia y no lo tienen. Sin embargo, Gumina considera que no hay déficit en el número de máquinas en el país. El problema es que no funcionan.
El privado. La médico radioterapeuta Elizabeth González señala que cada máquina debe recibir un mantenimiento mensual que asciende a 1 millón de bolívares y si hay que hacer el cambio del isótopo radioactivo de las bombas de cobalto (máquina para radioterapia) este cuesta entre 20.000 y 30.000 dólares. Por esta razón, aplicar el tratamiento en privado cuesta hasta 22 millones de bolívares.
“Hay indicaciones de tratamiento inmediato o máximo un mes para aplicarlo. Si esperas 3 meses o 4 meses se le resta 50% de éxito y la persona puede reincidir en el cáncer”, añade la especialista.
Fuente: El Nacional
Fecha: 21 de agosto de 2017