Un total de 1109 detenidos enfermos registró Una Ventana a la Libertad en calabozos durante 2019. Aunque la mayoría padece tuberculosis y enfermedades en la piel, también hay parte de ellos con desnutrición, situación que los hace mucho más vulnerables a contraer otras enfermedades.
En una investigación que realizó la ONG en 239 centros de detención preventiva, ubicados en 15 estados de Venezuela, hallaron a 289 desnutridos. Apuntan que el Estado debe garantizar la alimentación a los detenidos, así como los medicamentos.
“En la investigación no logramos saber si esos presos con desnutrición son trasladados y están detenidos en otra región, y por eso la familia no les puede llevar comida”, explicó Magally Huggins, coordinadora de investigación de Una Ventana a la Libertad.
A comienzos de este 2020 se registró la muerte de un detenido en el estado Lara, en los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Fue identificado por la prensa local como Orlando José Rivas Castillo, de 26 años. Sus familiares declararon que aunque les llevaban diariamente comida, los funcionarios, presuntamente, no se la entregaron.
“Es decir, que aquella persona que no recibe comida va a morir de hambre porque no siempre va a encontrar en la basura cómo alimentarse o va a vivir de la solidaridad de los detenidos”, agregó Huggins.
Extorsión para el ingreso de comida
En 36 % de los calabozos monitoreados se detectó que los familiares deben pagarle a los custodios o a los pranes (líder del recinto) para poder ingresar comida a los detenidos y garantizar que les llegue. Lo mismo sucede para poder llevarles medicinas, la visita y por los traslados y agilización del debido proceso.
“En la emergencia humanitaria compleja que está el país, cómo la familia cubre los gastos de alimentación de la familia y además de los detenidos, y además las vacunas y el transporte”, dijo Huggins.
Crónica.Uno documentó que esto sucede en los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) ubicados en Boleíta, donde los familiares afirmaron que deben pagar hasta para hacer la cola el día de visita.
En los testimonios recogidos, los parientes aseguraron que todo tiene una tarifa en ese centro de detención preventiva y el precio varía según el funcionario de guardia.
Muertes dentro de los calabozos
Una Ventana a la Libertad registró la muerte de 192 presos en 2019. 46 casos fueron por enfermedades y 40 por violencia entre reclusos. 34 murieron en fugas y 16 por abuso policial.
En 12 meses se detectó la fuga de 358 reclusos y solo 109 fueron recapturados. También hubo 140 protestas, como huelgas de hambre.
A finales de año la población era de 19.268 detenidos cuando su capacidad de albergue es de 6448 reclusos —solo en los centros de detención preventiva monitoreados por la ONG.
Con información de Crónica Uno