Fefarven vaticina cierre de farmacias independientes. En el año 2010 la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) decretó y celebró por primera vez el 25 de septiembre como el Día Mundial del Farmacéutico; una fecha que sirve para honrar lo que a juicio de la Ley del Ejercicio de la Farmacia y la Ley de Colegiación Farmacéutica en Venezuela, comprende “la elaboración, tenencia, importación, exportación y expendio de drogas, preparaciones galénicas, productos químicos, productos biológicos, especialidades farmacéuticas y, en general, toda sustancia medicamentosa”.
Este año, con el propósito de conmemorar la festividad y reforzar la confianza que debe imperar entre el boticario (como también se le conoce al profesional de la farmacia) y el ciudadano, la FIP dispuso como lema para el mismo “Farmacéutico: cuidando de ti”. Una divisa que vista desde la actual realidad como venezolanos se ajusta perfectamente a sus necesidades y obliga a pensar no solo en su importancia, sino también en los medios para resguardarlos y mantenerlos firmes, del lado del ciudadano, en la tarea de preservar la salud y el bienestar biopsicosocial de la nación.
A punto de la quiebra
Ahora bien, para contextualizar un poco la realidad que vive actualmente Venezuela (un país cuya dinámica farmacéutica se había caracterizado por estar entre las mejores de Latinoamérica y el mundo) Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), destaca que el país vive “un 85% de fallas en medicamentos, distribución intermitente, y condiciones para la fijación de precios que podrían augurarle a las farmacias independientes su pronta desaparición. Esto es, el posible cierre de 4.700 farmacias que componen la cobertura a nivel nacional”.
Lo que representa un incremento en las preocupaciones que viven actualmente los venezolanos, y su génesis está fundada, principalmente, en que “el Gobierno nacional no ha cancelado la deuda multimillonaria que tiene con la industria farmacéutica y en el cierre o baja de producción que están sufriendo los laboratorios del país por falta de materia prima”; así lo expresó el director regional de Salud en el estado Lara, Ruy Medina, quien coincidió con Ceballos al asegurar que “la situación es sumamente crítica y es obligación del Estado proponer convenios realistas y sinceros que permitan el restablecimiento de las estructuras de costo y las cadenas de producción dentro del sector”.
Otro problema que afrontan las farmacias venezolanas en la actualidad es que “hay droguerías como Cobeca que, después del permiso que le otorgó la Superintendencia de Precios Justos (Sundde), quieren vendernos los medicamentos de contado, del modo y en las cantidades que ellos desean, y eso a nosotros nos ahoga, nos debilita como farmacias independientes y nos puede obligar a cerrar, a que quebremos” así lo reiteró el presidente de Fefarven en diálogo con la sala de redacción del diario EL IMPULSO.
Voces de la crisis
Ante esto, algunos boticarios de la ciudad (que solicitaron el resguardo de su identidad por miedo a represalias) también expresaron sus posiciones e informaron que los cambios que ha sufrido la economía del país durante los últimos ocho meses del año también les han cambiado las condiciones en el manejo de sus negocios.
“Ya los grandes distribuidores nos han bajado los días de crédito, los descuentos comerciales, los descuentos de pronto pago, y eso nos hace ver ahorcados porque son menos utilidades para una mayor inversión”, así puntualizó uno de los entrevistados con 20 años de experiencia en el ramo. Mientras tanto, otro de los farmacéuticos, quien se mostró inquieto por el futuro de su empresa y el de sus trabajadores, reiteró que “las farmacias pequeñas, en su mayoría, van a tender a desaparecer y van a quedar muchos trabajadores desempleados, muchos puestos vacantes y muchos locales vacíos. Todo esto, gracias a un déficit en la producción de medicamentos y a la mala distribución de los mismos”.
Un regalo propicio
Por esta razón, aprovecharon la oportunidad para indicar, en conjunto con el presidente de Fefarven, que “el mejor regalo” que podrían recibir por parte del Gobierno nacional en el marco del día del farmacéutico es que “los dejen trabajar” que las principales droguerías del país “piensen, analicen y modifiquen la conducta que están asumiendo con las farmacias pequeñas para evitar la desigualdad y la muerte anunciada de las mismas”.
Es importante que los entes competentes, ministros y el propio, Nicolás Maduro, “los escuchen y los dejen sincerarse con ellos, presentarles las verdades que afectan al sector y proponer medidas eficientes para mejorar la dispensación, la disponibilidad y el acceso a los medicamentos”.
Se espera entonces que este sector, tan importante para el bienestar del tejido social, sea atendido con prontitud por el Presidente de la República ya que recientemente les admitieron la primera carta de solicitud de audiencia ante este despacho y anhelan que se concrete en la brevedad posible.
En peligro de extinción
La actual realidad refractaria, donde el devenir constante exige a los farmacéuticos “dejar un hueco en su inventario y privar a los pacientes de un buen servicio”, existe una gama de productos o medicamentos “casi extintos” que denotan “una grave escasez”, así lo apuntan los propietarios de distintas farmacias ubicadas a lo largo y ancho del territorio regional, y lo ratifica el presidente de Fefarven, Freddy Ceballos.
La lista de estos medicamentos “casi extintos” se encuentra liderada por los tratamientos para pacientes hipertensos como: Olmesartán, Telmisartán y Valsartán; medicamentos para pacientes diabéticos, productos para pacientes con patologías psiquiátricas, moléculas para el tratamiento del Parkinson, productos para la próstata como: Tamsulosina y Tamsulon; medicamentos que sirven para regenerar la flora bacteriana en adultos y niños como: el Liolactil y Enterogermina; antibióticos como la Amoxicilina, Ertapenem, Meropenem e Imipenem; anticonceptivos, productos para el asma como: Ventide, Venticort, Salbután, entre otros.
Enemigos en potencia
La venta ilegal de productos (conocida coloquialmente por los venezolanos como “bachaqueo”) también se ha convertido en un enemigo en potencia para los farmacéuticos y ciudadanos que sufren la escasez.
“Anticonceptivos, antihipertensivos que valen Bs 5, anticonvulsionantes de Bs 10 o Bs 20 los ves publicados por los pin, en facebook o en cuentas de twitter como @trafficLara en Bs 5.000 o Bs 10.000” son las declaraciones de un boticario de la ciudad quien solicitó no revelar su identidad por miedo a represalias.
El problema, aseguró, es que “los productos solo le llegan a las grandes cadenas y ahí es donde va el bachaquero, hace la cola de madrugada, compra una cajita y luego la revende”.
Por esta razón, y a los fines de evitar el “bachaqueo”, es que “hacemos un llamado al Gobierno central para que tome medidas y permita que los productos lleguen a todas las farmacias. Si eso pasa, los clientes encontrarán los medicamentos al precio justo y se acabará el bachaqueo”.
FUENTE: EL IMPULSO
26/09/16