Los casos de desnutrición infantil siguen en aumento en el estado Portuguesa, pese a ser el principal productor de alimentos de Venezuela. Nada más en seis parroquias eclesiásticas de cinco municipios de la entidad en este 2019 se contabilizaron 487 niños con deficiencia nutricional.

Las estadísticas corresponden a la data que maneja Carmina Lombano, directora de la Pastoral Social Cáritas de la Diócesis de Acarigua-Araure, y que fue obtenida a través del Sistema de Alerta y Monitoreo a la Desnutrición en los Niños (Saman), que se realiza en todo el territorio nacional a través de la Iglesia Católica para coordinar la acción caritativa y social de las comunidades, y que en esta región llanera ha abordado los municipios Páez, Araure, Turén, Agua Blanca y Santa Rosalía.

El incremento de niños con bajo peso ha sido preocupante para quienes se encargan de esta labor. De 961 pequeños entre cero y cinco años de edad que fueron tallados y pesados desde los meses de marzo a noviembre en los mencionados municipios, 487 presentaron deficiencia nutricional, lo que representa el 50,6% de los casos. El 9,24% de este registro presentó una condición severa, ya en peligro de muerte.

Los casos más alarmantes se encontraron en la parroquia San Francisco Javier —en el sector 15 de Marzo, zona sur de Acarigua—, en donde de 25 niños evaluados, 22 están fallos de peso; sin embargo, ya están en el programa y se comenzó el tratamiento nutricional; además se les dan pastillas para potabilizar el agua, que son sumamente necesarias porque estos casos de desnutrición casi siempre van acompañados de otras patologías, como diarrea”, expresó.

Según lo precisado por Lombano, a través de los suplementos que suministra el programa Saman, una vez que los pequeños son seleccionados y agrupados según el nivel de déficit nutricional que presentan, en su mayoría se ha logrado una recuperación. Los niños que están en el límite de riesgo nutricional también entran al “vivero”, como es llamado el grupo que conforma el programa, y se les hace un seguimiento que les permita recuperar su condición física.

“A todos los niños que resultan seleccionados para su atención en el programa, semanalmente se les mide y se les pesa para llevar una relación de su avance o retroceso, y para ir dándole el complejo nutricional que requieren, según sea la categoría de desnutrición que padecen —leve, moderada, aguda y crónica—. Asimismo, a los representantes se les dictan talleres sobre la alimentación, higiene y uso del agua segura, entre otros aspectos”, manifestó.

Con información de El Pitazo

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