La historia se repite. Sin acceso a materia prima no hay manera de cambiarla. Al menos el 70% de las líneas de producción de útiles escolares en el país está detenido. El panorama es adverso en medio de un sistema de asignación de divisas prácticamente paralizado, que desde hace más de dos años no liquida al sector los dólares necesarios para mantener su producción y abastecer el mercado.
En el país hay capacidad para la manufactura de diferentes rubros de la temporada escolar. Se pueden hacer goma de borrar, lápices, reglas y juegos geométricos, papel crepé y lustrillo, cartulinas, cuadernos y libretas y carpetas. Pero la producción cada vez es menor.
Menos del 15% de las empresas afiliadas a la Asociación Venezolana de Papeleros y Afines (Avepa) ha logrado acceder al sistema complementario de divisas (Dicom), para la compra de los componentes importados que se requieren, alertó el presidente de esa institución, Juan Carlos Viñals.
El resultado es que muchas compañías se dediquen a la importación y distribución de productos ya terminados. Se adquieren de diferentes países. Pero ante la poca oportunidad que existe para participar en Dicom, se usan otras alternativas que han causado una gran distorsión en el mercado.
Brecha de precios
Los anaqueles están abastecidos. “Hay para completar 80% de la lista de útiles en un solo lugar”. Haciendo un recorrido se puede comprar el 100%. Lo que no hay es la acostumbrada variedad de marcas y opciones a elegir en medio de brechas de precios de hasta 525%.
Una caja de 12 colores de madera se puede encontrar en una librería en 800 bolívares y en otra en cinco mil. Se trata del mismo producto y marca. “La diferencia está determinada por el costo. Hay comerciantes que lo pueden importar directamente pero a tasa no oficial, unos pocos que lo hacen a Dicom, y otros que pagan en bolívares a terceros”.
Aumento de 200%
En promedio el incremento ha sido de 200%. Una resma de papel tamaño carta pasó en menos de un año de dos mil 800 bolívares a cinco mil 600. Un cuaderno que costaba 400 bolívares subió a 900, y un libro de texto de primaria pasó de mil 800 a cinco mil bolívares.
El aumento fue hasta de 1000% con respecto a 2014 cuando las hojas costaban 500 bolívares, los cuadernos 80 y un libro 500 bolívares.
Como cada año, las ferias escolares son una alternativa. Por ahora, en Carabobo solo ha sido abierta la del sector La Granja de Naguanagua, donde los inventarios están en 50% con respecto a épocas anteriores.
Las fallas más acentuadas se reflejan en los libros de textos. Solo una editorial nacional ha cumplido con 80% de los despachos mientras que otras dos este año no pudieron editar ni publicar y solo distribuyen el remanente de 2015.
FUENTE: EL CARABOBEÑO