«Desde el año 2017 y hasta enero de 2021 fallecieron en el país 1.730 reclusos, de los cuales 773 fueron por desnutrición, es decir, 43% de muertes, los demás pudo haber sido por riñas, por muertes naturales, por motivos de salud de otro tipo como cáncer o sida, porque también hay personas reclusas que tienen enfermedades preexistentes o las adquieren después, pero que de estas 1.730 muertes 773 hayan sido por falta de alimentación, esto es alarmante».
Anggy Murillo | La Prensa de Lara
Esta es la denuncia realizada por la abogada defensora de Derechos Humanos e integrante del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Raiza Ramírez, quien asegura que aunque la violación de estos derechos a la población penitenciaria no es nueva se ha ido agudizando en los últimos años.
Explica que la falta de una alimentación adecuada es una —entre muchas— de las peores situaciones a las que han estado sometidos los presos venezolanos, pues el Estado no les está otorgando este beneficio y si lo hace, es de una forma muy deplorable.
«Hay centros penitenciarios donde los presos han perdido más de 50 kilos de peso, la mayoría hombres que han perdido ese peso eso es brutal, es una gran cantidad en muy poco tiempo», explicó.
¿Cada cuánto comen los presos venezolanos?
En investigaciones sobre desnutrición que se han realizado en las cárceles, se determinó que el 40,1% de la población reclusa (67.200 personas en total) recibe alimentos una vez al día; el 38% dos veces al día y el 9,2% nunca recibe alimentos. Tan sólo el 12,7% manifestó recibir alimentos tres veces al día.
¿Es adecuada la alimentación que reciben dentro de las cárceles?
Si bien es cierto que en las cárceles les dan comida, hay comidas que pueden ir desde una arepa, una sopa o mejor dicho un agua con una papa y quizá le tiraron algún hueso y tiene cierto sabor, pero hay momentos que no tienen ni sal, sólo es agua con una papa que muchas veces está dañada.
La proteína animal desapareció, por ejemplo, en el año 2021 aquí en Táchira, en el Centro Penitenciario de Occidente (CPO) se consumió proteína una sola vez en el año y eso porque vino la ministra y para la foto y fue la única vez en el año que comieron proteína y sorprendentemente, pescado. Los centros policiales no tienen presupuesto para la alimentación de reclusos, por eso se ven colas de familiares en la mañana, al mediodía y en la tarde llevando desayunos, almuerzos y cenas.
¿Se les traspasó la responsabilidad a las familias la alimentación de los reclusos?
El estado le traspasa a la familia esa obligación, la de llevar la comida, pero no todos los reclusos son de este estado o no todos los familiares aun siendo de este estado pueden llevarle comida y ¿qué pasa con esos reclusos? no comen; comen lo que le da la cárcel o lo que les dan los demás compañeros. La comida que los familiares llevan es para comérsela el mismo día, alguno que otro se encarga que si le llevaron dos arepas esconde una para podérsela comer al otro día, pero esas cosas sin refrigeración de verdad que no van a durar mucho.
Durante la pandemia les permitían llevar estas arepas de trigo y ellos les donaban alguna a un compañero y las otras las guardaban para tener para comer varios días o por lo menos hasta la siguiente semana que podía haber visita o paquetería.
¿Cómo califica el estado actual del sistema carcelario en Venezuela?
Es un desastre, es una crisis completa. Si supieras que Táchira es uno de los estados que está menos grave y está muy grave. Lara es uno de los estados donde más muertes hay por desnutrición. Evidentemente, las causas de las muertes que indican en la necropsia aparecen como shock hipovolémico o cualquier otro tipo de causa de muerte, menos desnutrición. Algunos forenses se han atrevido a poner que es por desnutrición. La gente puede morir de un ataque cardíaco o un infarto, pero se lo causa la desnutrición, o a veces mueren por una de las enfermedades endémicas más comunes en las cárceles que es la tuberculosis, pero todo eso lo produce o lo agudiza el grave estado de desnutrición. En cuanto al hacinamiento.
¿Cómo está la situación?
En Venezuela hay 52 centros de reclusión, 35 son de hombres y uno sólo de mujeres que es el INOF que está en Miranda y hay 16 anexos femeninos, pero estos no los contamos como cárceles. La capacidad instalada de esos 52 centros de reclusión es de 20.438 reclusos, ese es el número de reclusos máximo que pudiera haber en esas 52 cárceles, pero la población reclusa actualmente es de 32.200 reclusos en cárcel, es decir, hay un hacinamiento crítico de 158%. Del total de centros penitenciarios y calabozos que hay en Venezuela.
¿En cuántos hay hacinamiento?
En todos hay hacinamiento. Estamos hablando de una población total de 67.200 reclusos entre centros policiales y cárceles. En los centros policiales puede haber entre 100 personas y 300 personas, cuando la capacidad en un centro policial es para 80 personas. Hay aproximadamente 35 mil personas detenidas en los centros policiales a nivel nacional. En estos centros el hacinamiento está cerca de 180%.
¿Qué situaciones ha generado este hacinamiento?
La alimentación y la salud es lo más grave de los hacinamientos. La enfermedad propia de la gente hacinada es la tuberculosis y es increíble que en Venezuela una enfermedad que estaba erradicada nuevamente esté saliendo a flote y sobre todo en las cárceles. Aquí el antituberculoso le da los medicamentos a los familiares de los privados de libertad que tienen tuberculosis y estas personas las pueden llevar al CPO y a veces no les dejan pasar los medicamentos, entonces el mismo estado les está dotando de algunos medicamentos y resulta que allá se los dejan pasar cuando está de buen humor el director.
¿Cuántos casos de tuberculosis se han contabilizado en las cárceles venezolanas?
Un total como tal no lo tengo. Desde 2017 en adelante se evidencia que han aumentado las muertes por tuberculosis y desnutrición, sólo el 10% de los presos con esta enfermedad cuenta con diagnóstico. En Táchira hubo un momento que tuve 17 reclusos con tuberculosis, pero ahorita no sé.
¿Hay médicos o personal de enfermería que pueda atender emergencias dentro de las cárceles?
No hay médicos. En todas las cárceles hay una enfermería y en épocas pasadas había médico y al menos una enfermera, pero a nivel nacional no hay médico y ya cuando trasladan a un recluso a los hospitales es porque ya de verdad se está muriendo. Yo estoy cansada de ver madres en los tribunales solicitando traslados médicos de los reclusos y los jueces los otorgan, pero el centro penitenciario no los traslada alegando que no tiene vehículo, que no tiene gasolina y de verdad cuando ya se está muriendo la persona es que son trasladados y si amerita hospitalización alegan que no tienen funcionarios para quedarse custodiando y así en niveles críticos de enfermedad son trasladados nuevamente al centro penitenciario.
¿Se están respetando los derechos humanos de los privados de libertad?
No, hace muchos años que no se respetan los derechos humanos. Hay un libro sobre las Reglas Mandela que se titula Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, son las últimas aceptadas por la ONU en 2015. Son 122 reglas que deben seguirse para la protección de los privados de libertad y estas reglas no se cumplen desde muchos puntos de vista y la alimentación es el caso más grave que tenemos ya varios años reportando desde el Observatorio Venezolano de Prisiones, porque tenemos un muy alto índice de muertos por desnutrición.
¿Cree que es necesaria la descentralización del sistema carcelario?
Totalmente. Uno debe copiarse las cosas buenas de otros países. Hay figuras en otros países donde los reclusos trabajan y les pagan por eso. ¿Qué se hace con ese sueldo? Una parte va a una caja de ahorro del recluso para cuando salga libre, otra parte iría a los hijos de ese recluso o a la madre o a la esposa que necesitan el sustento de un padre y otra parte iría a lo que se llama en otros países, caja de resarcimiento, que es lo que le pagaría esa persona privada de libertad a través del estado o a través del tribunal a las víctimas que ellos han dañado, ya sea por robo, por hurto o por homicidio.
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Con información de la Prensa de Lara