En agosto de 2018, el billete de dos bolívares soberanos fue una de las primeras piezas del nuevo cono monetario en aparecer en los cajeros automáticos de Caracas. Cuatro meses después, comerciantes y transportistas de distintos estados del país se rehúsan a aceptarlo como forma de pago.

“No lo estamos recibiendo” o “eso ya no vale nada” son algunas de las respuestas que dan los negocios o prestadores de servicio a los clientes que desembolsillan el papel moneda.

Así le pasó a María Núñez la tarde del 24 de diciembre en pleno bulevar de Sabana Grande. “En el Banco de Venezuela me dieron una paca de billetes de dos bolívares soberanos. Yo reclamé, pero me dijeron que era la única denominación que tenían”.

“Fui a comprar un dulce a uno de los buhoneros que están en el bulevar y me dijo que ese billete ya no lo están aceptando. Era lo único que tenía en efectivo“, continuó.

Los transportistas tampoco quieren recibir esta denominación. “Cuando me toca tomar el transporte superficial para regresar a mi casa, en La California, varios de los conductores de las camioneticas también se rehúsan a aceptarlo”, afirmó Núñez.

Vía Twitter, usuarios denunciaron que en Vargas y Sucre los transportistas se niegan a recibir el papel moneda.

Incluso antes de finalizar el 2018, el economista Luis Oliveros ya advertía que “nadie quiere” al billete de dos bolívares por la rápida pérdida de su valor.

Advirtió que el mismo futuro depara a los billetes de cinco, diez y veinte bolívares soberanos y alertó que el país podría vivir un “problema de efectivo” similar al del año pasado si el Gobierno no toma las medidas correctivas para detener la hiperinflación.

En su mensaje de año nuevo, el presidente Nicolás Maduro prometió combatir la “inflación criminal” para el primer semestre de 2019 y auguró que el segundo semestre del año sería de crecimiento económico, abastecimiento y control de precios.

No obstante, en octubre del año pasado el Fondo Monetario Internacional presentó su informe de perspectivas económicas globales para 2019, en el que prevé que Venezuela cerrará el nuevo año con una inflación de 10.000.000% y una reducción del producto interno bruto de 15%.

Con información de Efecto Cocuyo.

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