A dos meses de las protestas del gremio de Enfermería, el sector salud parece retornar a su punto de partida. Para quienes se ubican en las primeras líneas de reclamos contra la crisis sanitaria, el sistema implosiona y las condiciones no difieren de las del primer semestre del año. Es poco o casi nada lo que se ha adelantado. Incluso, hay quienes creen que más allá del escándalo que le estalló al Gobierno en la cara, la respuesta del Ministerio de Salud a todo el enojo que circula en los hospitales, no deja de ser “ridícula”. Al menos, esa es la lectura que se desprende desde la Maternidad Concepción Palacios (MCP), cuyos empleados llevaron a cabo este jueves una asamblea para declarar la vigencia del conflicto laboral y denunciar la precariedad del sector.
Nueve semanas después de aquel primer estruendo de un conflicto que aún arde en la calzada, los reclamos formulados por los médicos, enfermeras y bioanalistas no son palabra vencida. En los hospitales no solo escasean las gasas para limpiar las llagas de los enfermos, tampoco hay antibióticos, agua, y los sueldos desnutridos nada que sacan a los trabajadores del letargo que es la mayor consecuencia de una crisis que va en escalada y que se remonta a 2014.
La infectólogo Moraima Hernández, portavoz de la asamblea en la Maternidad, enumera los cabos sueltos de una crisis que el Gobierno dio por zanjada la primera semana de julio, tras oficializar un bono de alimentación de 20 millones de bolívares.
“La situación no deja de ser grave. No hay respuesta por parte de la dirección de Salud del Distrito Capital. No tenemos jabón para limpiar las áreas comunes y la fallas de medicamentos y antibióticos están presentes en todos los hospitales. Todo el mundo ha renunciado”, afirma la infectólogo”.
Con un aumento del salario mínimo que supera 300 0%, y del que el Gobierno alardea como si se tratase del remedio para la recesión económica, Hernández asegura que el gremio no sale de su desmayo. No se ha cumplido, advierte la especialista, ningún aspecto de los reclamos formulados en todo el territorio nacional, entre los que destacan exigencias como el diseño de una escala salarial para cada gremio, el restablecimiento de la seguridad en los hospitales y el suministro de insumos esenciales para reactivar los servicios clausurados.
Dicho en términos médicos, la situación no deja de ser anémica para quienes trabajan en un sistema de salud que no les permite procurarse los bienes y artículos esenciales. Para Yuraima Medina, enfermera de la Maternidad Concepción, es un dar sin recibir nada a cambio. “En ocasiones uno tiene que sacar dinero de su bolsillo para cubrir los gastos de los pacientes más pobres. Es algo muy dramático”, dice.
En ese centro de referencia nacional, ubicado en la parroquia San Juan de Caracas, el personal de salud desconoce en cuánto quedará su sueldo pese a los aumentos anunciados por el Ejecutivo. Allí, aseguran los trabajadores, las condiciones son aún más encarnizadas.
Sin médicos para operar
La ausencia de anestesiólogos para cubrir todos los turnos no deja de ser una dificultad. En algunas ocasiones es tal vez la principal piedra de tranca en un hospital donde falta de todo. Moraima Hernández, también vocera de la Sociedad de Médicos de la MCP, manifiesta que solo pueden atender eventos quirúrgicos de lunes a miércoles, puesto que la institución no dispone de anestesiólogos de jueves a domingo. Y en muchos casos, las parturientas que requieren cesáreas son referidas a otros centros o paren en las inmediaciones de la Maternidad, mientras esperan su turno. En el lugar los familiares aseguran que el colapso es evidente.
Pese al conflicto, en la Maternidad se mantienen las consultas prenatales y las emergencias. Pero un aspecto que ensombrece la atención de las parturientas es el cierre técnico del Laboratorio del hospital. Desde hace varios meses no disponen de gases arteriales para monitorear a los pacientes en cuidados intensivos, electrolitos ni hematología. “Solo tenemos hematología para casos puntuales de emergencia”, dice Hernández.
Con información de Crónica Uno