David es dueño de una zapatería que es víctima de la segunda versión del Dakazo, el nombre como se conoce popularmente a las rebajas forzadas que ha implementado el gobierno de Nicolás Maduro y que, en esta ocasión, obliga a las tiendas a rebajar entre 30% y 50% sus productos a dos semanas de Navidad. Sin derecho a protesta. “Es un saqueo premeditado”, asegura.

Estas ofertas se traducen en gangas para los compradores, pero en desgracia para David, que asegura que el Dakazo lo obligará a cerrar la zapatería luego de operar por 60 años en el corazón de Caracas, cerca de la mítica esquina de Gradillas. El comercio lo fundó su tío y luego él asumió sus riendas hasta esta semana cuando estima se le agote el inventario, dominado por zapatos y bolsos para damas.

“Lo perdí todo. Me obligan a cerrar porque estoy ofreciendo la mercancía con pérdidas”, explica este inmigrante italiano, que se resignó a retornar a Napoli, desde donde vino hace cuatro décadas a Venezuela, atraído por una bonanza que parece haber quedado anclada en el pasado.

David, cuyo nombre fue cambiado intencionalmente para evitar nuevas represalias en su contra, cuenta la manera cómo fue sometido a caer en la quiebra. Este lunes llegaron funcionarios de la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) acusándolo de especulador.

Sin revisar las facturas para constatar un remarcaje de precios y bajo la amenaza de ser penado, David fue obligado a rebajar la mercancía. “Si no te gusta, ahí están los militares. Mejor no digas nada y no protestes”, le dijeron los fiscales de la Sundde a este hombre -de más de 70 años. El mismo operativo alcanzó a otras 14 zapaterías que se encuentran entre las esquinas de Gradillas y Catedral.

El comerciante recuerda que por “orden presidencial” debió aceptar esta advertencia, la cual junto a la sequía de dólares y los controles de precios sellan el destino de un negocio que sirvió para alimentar a su familia por décadas.

Un video divulgado en redes sociales muestra la forma altanera y amenazante cómo William Contreras, un militar que es el jefe de la Sundde, ejecutó las inspecciones en varios comercios del bulevar de Sabana Grande de Caracas.

-“Qué estás haciendo tú?”, preguntó el militar a una trabajadora de una tienda.

-“Revisando la factura”, le respondió la chica.

Contreras no le permitió terminar la frase para ordenarle inmediatamente a sus colaboradores: “No, no, me bajan los precios, no saquen cuenta, no pidan factura porque me van a caer a coba”. En otra parte del video, el funcionario ordena a un subalterno con tono altanero: “¨¡Llévatelo preso!”, al referirse a lo que se supone el encargado de un establecimiento.

Las fiscalizaciones en el centro de Caracas generaron largas colas entre los consumidores que se agolparon bajo el sol a las puertas de las tiendas para cazar productos a precios de ganga.

La pesadilla se repite

El sector comercial, que arrastraba problemas por la menor asignación de dólares para la importación de materia prima y productos, quedó en jaque desde el 8 de noviembre de 2013 cuando Maduro arrancó con la denominada “ofensiva económica”, bajo el argumento de la especulación en los costos de los productos.

Dos años después esta pesadilla se reedita. El vicepresidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Alfonso Riera, calificó este martes como un nuevo “Dakazo” la fiscalización a los establecimientos comerciales que ejecuta la Sundde en varias partes de Caracas a dos semanas de Navidad.

Advirtió que estos operativos se traducirán en más establecimientos comerciales cerrados y que es poco probable que luego puedan volver a abrir.

Riera también denunció que hubo “maltrato, humillación y vejamen” contra los comerciantes durante estos procesos. Así lo manifestó durante una entrevista al Circuito Éxitos.

FUENTE: EL ESTÍMULO
FECHA: 7 DE DICIEMBRE DE 2016

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