El 21 de enero de 2017, la lonchería ubicada frente a Santa Capilla, en el centro de Caracas, recibió la notificación de la Alcaldía de Libertador. En el documento, la alcaldía capitalina fijaba como horario para sacar la basura entre las 6:00 pm y las 8:00 pm. Desde entonces, los trabajadores han visto pasar supervisores e inspectores para asegurar que se cumpla la norma; pero escasas veces ven al camión de desechos cumplir con la hora acordada.

La indigencia y la mendicidad también desfilan diariamente frente a las ventanas del local, pese a que la medida de la Alcaldía fue tomada para que las calles se vieran más limpias. Quienes entran al cafetín ya no lo hacen solo para pedir “una ayuda” o algo de comer para el día. También para exigir las bolsas de desechos.

“Una vez llegó un grupo gritando que quería la basura. Nosotros fuimos atrás a buscarla. No pudimos hacer otra cosa que dársela”, recordó el cajero del sitio. El episodio que ocurrió el año pasado no estuvo exento de amenazas. “Tenían cuchillos. Uno incluso le pegó un golpe a aquel vidrio de allá, menos mal tiene una reja”, contó.

Aunque las bolsas ya no permanecen tanto tiempo en la calle, quienes se alimentan de su contenido saben buscarlas. Uno de los encargados de la pastelería Pallá, ubicada frente a la plaza Juan Pedro López, indicó que quienes comen de la basura ya tienen “fichada” la hora a la que los trabajadores sacan los desechos de comida.

“Siguen a los empleados que llevan los carritos de basura para botarla en los containers frente al Ministerio de Educación. No han llegado todavía y ya están sacando lo que hay adentro”, contó el encargado del local.

Perseguir a los empleados para quedarse con “lo mejor” de los desechos no es la única fórmula que aplican quienes comen de la basura. Algunos se sientan a esperar al cruzar la calle, en uno de los bancos de cemento de la plaza. Desde ahí, monitorean el movimiento dentro de la pastelería y aguardan a que salgan las bolsas.

“Una vez, uno entró hasta aquí y llegó al mostrador de la heladería para preguntar ¿a qué hora sacan la basura?“, contó sobre quienes buscan sacar mayor ventaja a otros que también buscan algo para calmar el hambre dentro de las bolsas negras.

El dueño de un restaurante frente a Casa Amarilla no ha tenido que lidiar con amenazas ni disputas en torno a la basura, pero sí con quienes a diario piden que se les regale algo para comer. Sin importar que la Alcaldía de Libertador haya emitido una comunicación que replica el Decreto 133, firmado en 2011, todos los días ve la calle paralela a la avenida Baralt, llena de gente comiendo directamente de las bolsas negras.

El decreto establece que todos los negocios deben sacar la basura entre las 6:00 pm y las 8:00 pm diariamente; de lo contrario, los locales recibirán multas entre 300 y mil unidades tributarias (entre Bs. 90 mil y Bs. 300 mil).

Sin embargo, mientras los locales deben ser puntuales, denuncian que el servicio de recolección de basura no lo es. “Hay veces que tienes que salir como loco a buscar las bolsas porque el camión está pasando ya a las 4:00 pm”, dijo el cajero de la lunchería en Santa Capilla.

El horario establecido por la alcaldía está lejos de ser funcional para su negocio, pues ya a las 5:00 pm la mayoría de los locales de la zona bajan la santamaría, bien sea por la inseguridad o porque los bancos y ministerios cierran temprano y ya no hay más clientes.

De los tres sitios visitados por Efecto Cocuyo el viernes 24 de marzo, los trabajadores aseguraron haber tenido que guardar la basura en el local en algún momento para evitar ser multados. Solo al día siguiente, en contenedores de basura o en el horario fijado, los empleados han podido deshacerse de los desechos.

Aún sin bolsas negras en la calle, los restaurantes son visitados a menudo por quienes viven de lo que consiguen en el basurero para comer. Mientras tanto, los negocios siguen esperando una verdadera solución al problema de la mendicidad y la indigencia. “Aquí pasan muchos carros escoltados; muchos ministros, diplomáticos, empresarios, presidentes, muchos de ellos mismos. Entonces no quieren ver eso, no quieren ver a la gente en la calle comiendo de la basura cuando ellos salen de las oficinas”, sentenció.

Fuente: Efecto Cocuyo
Fecha: 26 de marzo de 2017

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