Este aumento que parecería importante al tratarse de 50%, representa nominalmente apenas Bs 13.536 al mes, cuando una familia promedio de cinco miembros necesitaba en noviembre Bs 15.350 diarios para poder comprar los alimentos básicos de la canasta medida por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas).

Pero esos Bs 13.536 adicionales que los venezolanos comenzarán a percibir este mes, son Bs 451 diarios (el salario fue llevado a Bs 40.638,15), es decir, no es siquiera el equivalente al billete de Bs 500, de menor denominación del nuevo cono monetario y que a pesar de que debió entrar en circulación el 15 de diciembre, los venezolanos todavía esperan porque el gobierno los distribuya.

El aumento del salario no mejora el poder de compra del bolívar ya que se va diluyendo en alzas de precios de bienes y servicios, en un contexto en el que el Ejecutivo nacional en lugar de frenar la inflación, la estimula.

Son los dos últimos aumentos de salario mínimo de 2016 y su incidencia en el pago de utilidades y aguinaldos, los que contribuyeron a disparar la liquidez monetaria que terminó el año por encima de los Bs 10,4 billones, una variación interanual de 163%.

El primer ajuste salarial de 2017, efectivo a partir del 15 de enero, supone que los billetes de Bs 100, desmonetizados el 15 de diciembre para devolverlos a la vida legal dos días después, rotarán más rápido de manos ante la ausencia de la nueva familia de especies monetarias.

De acuerdo con declaraciones de Maduro el 29 de diciembre, el papel marrón será reconocido en todo el territorio nacional hasta el 20 de enero, fecha para la cual deberían estar en circulación algunas de la notas que han llegado ya al país, para que sustituyan al billete de mayor denominación hasta ahora.

El ajuste de 50% denota que el gobierno no tiene previsto atacar la inflación. Y a medida que la inflación se acelera, los incrementos salariales diarios han dejado de comprar los productos de la cesta básica bajo control del gobierno.

El aumento de Bs 451 al día ni siquiera compra un kilo de harina de maíz precocida o de azúcar refinada, cuyos precios son de Bs 639 y Bs 460, de acuerdo con el precio de regulación autorizado por la Sundde en diciembre de 2016. Ambos productos están desaparecidos de los anaqueles de los comercios formales.

Tampoco el incremento, representando en cuatro billetes de Bs 100 y uno de Bs 50, alcanzan para la popular empanada y mucho menos para un café grande en barra, que se sirve desde Bs 700.

Si el gobierno no recula de nuevo -ya lo hizo el 6 de diciembre- debe anunciar este mes de enero incrementos en el precio de la gasolina y una devaluación del bolívar a través de un ajuste cambiario.

Con este tempranero incremento salarial, el gobierno se anticipa a la inflación que provocarán las medidas. Mientras tanto, los venezolanos deben seguir portando grandes cantidades de billetes de Bs 100 y Bs 50 para sus compras, a la espera de que entre en circulación el nuevo cono monetario.

FUENTE: EL ESTIMULO

09 DE ENERO DE 2017

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