Abandonada, desmantelada e invadida. Así luce la sede de Ferresidor, una extensión de la Siderúrgica del Orinoco, ubicada en la vía a Upata, fundada con el propósito de “ofrecer a los venezolanos materiales para la construcción sin intermediarios, y con precios de hasta 45 por ciento menos, productos como: cabillas, tubos, mallas, vigas y marcos”, reseña la página web de la estatal sidor.com.

Las cabillas siguen escasas en el mercado venezolano, ante la poca producción de Sidor. Los operativos de venta comunal de cabillas tienen, al menos, tres años desaparecidos de las zonas populares. Las ventas en la sucursal de Ferresidor, también.

Fue ideada en el año 2009, producto de la reestatización de Sidor, anteriormente ocupada por la trasnacional argentina Ternium. Ya desde 2013, Ferresidor presentaba un precario abastecimiento de cabillas, y las protestas de las comunidades por falta de respuesta se volvían rutinarias.

Para octubre de 2016, el legado del presidente Hugo Chávez, artífice de Ferresidor, luce raído en la sede principal que era administrada por la gerencia de Promoacero.

La sede de Ferresidor fue despojada de las láminas de zinc que conformaban el techo y otros materiales que estaban en su interior. Vecinos aseguran que la estructura pretende ser invadida por personas que reclaman no tener lugar donde vivir.

Mientras tanto Sidor, ahora bajo el mando de Justo Noguera Pietri, resalta su arranque de productividad -que está muy lejos de alcanzar los niveles óptimos-, al tiempo que carteles de Sidor trabaja por la patria aparecen en la ciudad, cuando realizan mantenimientos menores como rayado o desmalezamiento de la vialidad.

Lo mismo ha ocurrido con sedes del Estado abandonadas por el Gobierno, como el Banco del Libro, ubicado en el sector La Unidad, de San Félix, tomado por 70 familias sin hogar, en 2014.

Abandono de la venta

Las cabillas siguen escasas en el mercado venezolano, ante la poca producción de Sidor. Los operativos de venta comunal de cabillas tienen, al menos, tres años desaparecidos de las zonas populares. Las ventas en la sucursal de Ferresidor, también.

La publicación Ferresidor: Viviendas dignas para el pueblo, en el portal web de la estatal, detalla que este brazo de la acería “comercializa productos de la siderúrgica y sus clientes, siguiendo las líneas estratégicas trazadas en el Proyecto Nacional Simón Bolívar al contribuir con la suprema Felicidad Social promoviendo un nuevo modelo social productivo, humanista y endógeno”.

El mismo artículo, publicado en la página web de Sidor, explica que se conformaría una mesa técnica de Promoacero, conformada por cuatro trabajadores de Sidor y uno de Ferresidor, para garantizar la transparencia de venta de cabillas.

Además, refieren la existencia de otras mesas técnicas integradas por tres trabajadores, un administrador y dos voceros de consejos comunales cercanos a la sede (en este caso, la vía a Upata), quienes revisarían los expedientes que entregarían los clientes para solicitar cabillas.

Solo a los trabajadores

En marzo de 2015, consejos comunales de Vista al Sol protestaron a las afueras de Ferresidor para denunciar dos años de nula respuesta en la solicitud de cabillas, rechazando que la excusa fuera que la estatal priorizara el despacho a la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).

En la página web de Sidor, los últimos comunicados de prensa de la acería refieren operativos de ventas de cabillas y cemento en abril de 2014 solo a sus propios trabajadores.

El 7 de abril de 2014, una nota refleja que 286 sidoristas fueron beneficiados con la venta de 2.860 sacos de cemento a precio regulado. Es decir, 10 por persona. En jornadas de venta comunal, son máximo dos por familia que construya por autogestión.

Lo mismo con las cabillas. La nota de prensa del 8 de abril de 2014, Sidor refleja la venta de 30 toneladas de cabillas a 46 trabajadores de la acería en una jornada realizada en el polideportivo Mapanare.

Otras 30 toneladas serían vendidas a consejos comunales de Puerto Ayacucho, estado Amazonas, grupo que probablemente sobrepasaría a 46 personas, pues los consejos comunales agrupan gran cantidad de familias de un sector urbano. Es decir, menos cabillas por usuario.

En 2015, Correo del Caroní publicó un trabajo que relataba el abandono de esta sede de Ferresidor hasta nuevo aviso, momento en el que dirigentes sindicales afectos al oficialismo garantizaban que, en la reestructuración de Sidor, la ferretería socialista arrancaría. Hoy está desmantelada.

FUENTE: CORREO DEL CARONÍ
FECHA: 31 DE OCTUBRE, 2016

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