“El poder más peligroso es el del que manda pero no gobierna”, así lo afirmaba un reconocido escritor español y cuánta razón tenía. Nuestra Venezuela hoy padece las consecuencias de ese peligro.
Después de anunciar y suspender varias veces el anuncio de las “medidas económicas”, Nicolás Maduro lo que hizo con su cadena del día miércoles fue acostar a los venezolanos más devaluados de lo que ya estábamos. En esa cadena no se anunció ni una sola medida para sacar a nuestra Venezuela de la crisis que estamos viviendo, la peor que hemos atravesado en toda nuestra historia.
Casualmente, esta semana se cumplieron 33 años del famoso viernes negro. Aquel viernes se estableció el dólar preferencial a 4,30 bolívares -de los de antes- solo para importación de productos básicos y el pago de deudas públicas y privadas; el resto de los venezolanos tenían acceso libre al dólar, que no llegó a duplicar la tasa preferencial. En ese momento los venezolanos sentían una enorme preocupación por la economía de nuestro país.
Hasta el miércoles, esa tasa preferencial estaba ubicada en 6,30 bolívares -de los actuales, después de la reconversión- y el dólar que fluctúa en mercados paralelos está por encima de los 1000 bolívares. Eso significa un valor 159 veces por encima del dólar preferencial, al que solo tiene acceso el gobierno y sus “amigos”.
Y es que, nuestra moneda, el bolívar, ha perdido 140.000 veces su valor desde aquel famoso viernes negro de 1983. Con el agravante de que hoy a esto se suman los altos niveles de escasez e inflación, los más elevados del planeta, nunca antes vistos en nuestro país, y que hoy nos ponen como la economía más gris de toda América Latina.
Frente a este escenario, lo más sensato sería que el gobierno cambiara su manera de hacer las cosas, porque no están funcionando, pero contrario a ello, las señales que da el gobierno con sus acciones, y cada vez que abren la boca, es que no va a cambiar.
Al gobierno lo único que le interesa es tiempo, más del que ya se le ha dado, tienen 17 años mandando en el país mas no gobernando en beneficio de los venezolanos. De los 17 años que llevan en el poder, 15 años han sido con habilitantes. Han tenido todo el poder y sin embargo hoy nuestra Venezuela está destruida.
¿Qué más tiempo quieren? Si cada día que pasa con Nicolás Maduro en el poder, en nuestro país la inflación crece casi 2%, pues se estima que en 2016 la inflación cierre en 700%.
En estos días César Miguel Rondón me preguntaba en su programa de radio que quién creía yo que gobernada el país. Sin duda alguna es Nicolás Maduro quien está al mando, dictando órdenes, mas no gobernando. Lo que nos ha demostrado, en estos larguísimos tres años, es su incapacidad y su poco interés en hacer frente a los problemas. Maduro no ha resuelto ni un solo problema de los venezolanos durante su cuestionado mandato.
No es el Bicentenario el que está podrido como quieren hacer ver, aquí el que se pudrió es el gobierno, es una cúpula corrupta a la que solo le interesa mantenerse en el poder. ¡Pero su tiempo se agotó!
Muchos me preguntan por qué digo esto ahora, y les aclaro, porque es ahora que se cumplió el tiempo constitucional para activar los caminos constitucionales, porque solo por medio de ellos podremos tener un cambio estable. No he cambiado de opinión ni me he desviado del camino. Nosotros hemos dicho desde el principio que esto es un maratón y, al igual que cuando corres en uno, debes saber administrarte y mantener tus pasos firmes para llegar a la meta.
Siempre dijimos lo importante que era ganar una elección con un amplio margen de votos, como lo hicimos el 6D, en la elección de la nueva Asamblea Nacional. Esa victoria no solo nos dio 112 diputados en el parlamento para legislar a favor de los venezolanos, sino que además nos permitió consolidar la fuerza que hemos estado construyendo todos estos años, con paciencia, porque a veces el orden de los factores si afecta el resultado.
Y esperar no es un acto de cobardía, todo lo contrario, al país hay que saberlo conducir. Hoy estamos en un escenario distinto al que estuvimos hace unos años, no solo porque tenemos una fuerza mayor, sino porque, finalmente, queridos venezolanos, ha llegado el tiempo constitucional para revocar el mandato de Nicolás Maduro.
Esta semana presentamos al país una ruta para el cambio. Es una propuesta que le hacemos a la Unidad para que la evalúen y pueda tomarse una decisión junto a las otras propuestas que están en la mesa. Estamos seguros que de las discusiones que se generen en la Unidad saldrá la mejor vía para lograr el cambio de nuestra Venezuela.
Nuestra propuesta tiene dos vertientes que pueden desarrollarse en paralelo, cada una se activa en forma distinta, pero ambas pueden consultarse en la misma elección.
La Enmienda es una iniciativa que pueden empezar a discutir los diputados de la Unidad en la Asamblea Nacional. Con la Enmienda podemos lograr cambios en la Constitución que garanticen estabilidad política en el país, como lo es el recorte del período presidencial, para que no sea de 6 años, o la doble vuelta, para que los mismos venezolanos elijan entre opciones distintas, para fortalecer la participación, y que haya más democracia.
Pero la Enmienda puede no cambiar al gobierno. Ya el TSJ y voceros del gobierno, “es lo mismo”, se han pronunciado y han dejado ver que dirán que el recorte del período presidencial no podrá hacerse a través de la misma. En fin, que la Enmienda será aplicable para el próximo período y no para este en curso.
Por eso, además de la Enmienda, debemos activar el Revocatorio, para con esta figura cambiar de gobierno. El Revocatorio está en la Constitución, es una iniciativa que activan los venezolanos, y no hay que interpretarlo. Con ese Referendo se decide si los venezolanos quieren o no revocar el mandato de Nicolás Maduro, y esa decisión no hay manera de no acatarla, tendrán que contarse.
¿Cuáles son las dudas que tienen muchos sobre el Revocatorio? Primero el reglamento actual fue establecido por el CNE. Bueno, necesitamos una Ley de Referendo y allí están los diputados de la nueva Asamblea Nacional para aprobar una que sea transparente para todos los venezolanos. Segundo, las firmas que debemos recoger, ya que se activa con el 20% de los electores. Yo estoy seguro que hay más de cuatro millones de venezolanos (se necesitan 3.899.273 firmas) que están dispuestos a poner su firma y su foto, si fuera necesario; para cambiar a Nicolás Maduro, la gente pondría hasta el dedo gordo del pie. Tercero, los votos que deben obtenerse, ya que debe votar a favor del revocatorio un número igual o mayor de los electores que eligieron al mandatario, es decir 7,5 millones de votos. Bueno, en las elecciones del 6D para la Asamblea Nacional, la Unidad logró más de 200.000 votos por encima de lo que el CNE le dijo a Maduro que obtuvo el 14 de abril de 2013.
La fuerza para poner en marcha el Revocatorio y para cambiar de gobierno está en nosotros los venezolanos, que hemos demostrado que si nos unimos y nos organizamos somos capaces de vencer cualquier obstáculo.
Los venezolanos están que explotan ante tanta desidia del gobierno, no es justo que los venezolanos tengamos que vivir haciendo cola para comprar los alimentos y productos básicos, no es justo que se muera la gente por falta de medicina e insumos en los hospitales. Pero nadie quiere que haya una explosión social, eso no beneficiaría a nadie. Tampoco queremos un golpe de Estado, los civiles no damos golpes de Estado. Nosotros lo que tenemos es Constitución, voluntad y votos.
Tracemos entonces la ruta constitucional para que el pueblo se exprese. Vamos a demostrar quién puede más, si puede más Nicolás Maduro que ha llevado a Venezuela por el camino de la destrucción, o puede más el valiente pueblo de Venezuela que quiere paz y progreso. Cuando un gobernante no funciona el pueblo puede revocarlo, y Nicolás Maduro será el primer revocado en la historia de Venezuela.
Con la Constitución en la mano salimos a recorrer el país, la gente en la calle clama cambio. El tiempo constitucional llegó. Juntos podemos lograrlo. ¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!
21-02-16