Luchan por ser profesionales. Ahorrando hasta el último bolívar y haciendo de tripas corazón para cumplir con las asignaciones se encuentran los estudiantes foráneos de las diferentes casas de estudio universitarias, quienes aseguran que se les ha hecho muy cuesta arriba poder avanzar en sus carreras debido a todas las dificultades que han atravesado con la pandemia.

Lorena Rojas | La Prensa de Lara

Y es que la falta de internet y el transporte han sido uno de los obstáculos más grandes con los que han tenido que lidiar, debido a que no pueden enviar las asignaciones y no pueden llegar a las casas de estudio.

Carlos Rodríguez, quien es estudiante de medicina en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), contó que en medio de la pandemia el estudiar ha sido muy complicado por lo que ha tenido que redoblar los esfuerzos, pues al vivir en Duaca, municipio Crespo, ha tenido que buscar residencia en Barquisimeto.

«En la UCLA tenemos clases virtuales todos los días, pero por lo menos dos o tres veces a la semana tenemos las prácticas presenciales, para el estudiante que es foráneo se le hace difícil porque no contamos con transporte, por lo que se debe salir más temprano para poder llegar a tiempo», dijo Rodríguez, detallando que si fuese todos los días a la universidad necesitaría al menos 40 dólares al mes para cubrir sólo el transporte.

Y es que gastar 40 dólares para un estudiante no es rentable por no tener un trabajo a tiempo completo y además que por ser estudiante a veces las pagas son inferiores, pero un estudiante foráneo no sólo necesita trasladarse hasta la universidad, hay algunos que les toca pagar residencia y eso conlleva un gasto adicional en la alimentación, un monto que puede llegar a los 100 dólares mensuales si la universidad es pública.

Tal es el caso de Yusnelvi Azuaje, quien es de Guanare, pero estudia Comunicación Social en la Universidad Yacambú, la estudiante asegura que a pesar de que tienen todos los servicios en la casa de estudio para pagar la cuota del trimestre, la residencia y la comida necesita de al menos 200 dólares mensuales.

«He tenido que ahorrar cada bolívar porque cada vez se hace más difícil, sobre todo en enero se hace por los gastos de diciembre, ya que debemos reinscribirnos y pagar la primera cuota, con la pandemia ha sido muy duro el continuar con los estudios, pese a que en mi caso la página de la universidad para la entrega de los trabajos sí ha recibido mejoras», aseguró Azuaje.

La grave crisis económica no sólo afecta a los estudiantes que viven en otros municipios o estados, sino también a los que viven en Iribarren, pero en zonas alejadas de las universidades, como es el caso de la zona norte, donde la mayoría de los estudiantes deben caminar largos tramos para poder llegar a la parada desde tempranas horas de la madrugada, exponiéndose al peligro y a los robos porque no tienen el beneficio de transporte en las casas de estudio y porque las rutas urbanas no cubren estos sectores, asimismo, las fallas constantes del internet, por lo que hay ocasiones en los que no les da chance de entregar sus trabajos.

Con información de La Prensa de Lara

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