Con la recuperación del nivel del embalse de la central hidroeléctrica de Guri, las autoridades del sector han descuidado los programas de mantenimiento preventivo y correctivo a las plantas térmicas del país en perjuicio de la calidad del servicio, alertaron fuentes sindicales del sector que solicitaron no mencionar sus nombres. La razón es que 69% del parque termoeléctrico no está operativo.

“A la vuelta de la esquina tenemos la ocurrencia de megafallas con interrupciones generalizadas y prolongadas del servicio en el Sistema Interconectado Nacional”, dijo uno de los voceros consultados, ante la realidad de que 10.350 MW del parque térmico no están disponibles para suplir la energía que demande el SEN en los momentos pico, o cuando se presente alguna contingencia en Guri. La capacidad instalada total de las termoeléctricas es de 15.000 megavatios aproximadamente.

Caracas vulnerable. Las fuentes consultadas indican que las unidades de las principales plantas termogeneradoras más importantes del SEN presentan problemas o están paralizadas, con el consiguiente déficit de producción de energía generada a gas, gasoil y fuel oil.

Tacoa, la central más grande de Caracas ubicada en el estado Vargas, con una capacidad instalada de 2.000 MW, trabaja a 18,7% de su capacidad con 220 de 1.200 MW. Adicionalmente, y con disponibilidades que varían de 70% a 40%, la Gran Caracas cuenta con la planta Picure de 134 MW, y las barcazas Josefa Rufina y Margarita, aledañas a Tacoa, que suman 340 MW, además del complejo La Raisa, en Charallave, y OAM, en la Panamericana, Miranda.

“Esto coloca a la capital en una situación de vulnerabilidad, porque 70% (1.400 MW) de su demanda pico total de 2.000 MW proviene actualmente de Guri”, destacó uno de los voceros. Agregó que otras grandes ciudades del interior, como Maracaibo, presentan riesgos similares porque sus parques de generación termoeléctrica están a 30% y/o 40% de su capacidad.

Agregó que la situación es menos grave en algunas ciudades de los estados centrales del país como Valencia, pues Planta Centro aporta 400 MW de su capacidad original de 2.000 MW a lo que suman otros 600 MW, debido a la puesta en funcionamiento a finales de 2016 de la nueva unidad V.

“Es contraproducente que las autoridades eléctricas le apuesten tanto a la generación de Guri y abandonen los programas de mantenimiento que garantizan la normalidad operativa al sistema eléctrico”, afirmó otro de los informantes.

Explicó que en una situación normal, por lo menos 80% del parque de generación térmica debe estar en buenas condiciones para respaldar a la central Guri, localizada en el río Caroní, estado Bolívar.

En Venezuela se presentó el año pasado una fuerte sequía por el fenómeno climático El Niño, que mermó la capacidad de generación de la central hidroeléctrica, cuya cota tocó su nivel más crítico el 26 de abril con 241 metros de altura y a solo 1,60 metros para llegar al grado de colapso.

La sequía del año pasado llevó a Corpoelec a aplicar racionamientos hasta de 2.000 MW diarios en el interior del país, los cuales pudieron ser suplidos por las plantas térmicas que se encontraban entonces paralizadas en un 70% de su capacidad.

Con el repunte de las lluvias desde finales del año pasado, el embalse de Guri se ha recuperado hasta alcanzar su máxima cota de 171 metros. Sin embargo, expertos insisten en que no se puede seguir apostando a si llueve o no, ya que el deber ser es mantener a tono la generación térmica e hidráulica con sus respectivos planes de mantenimiento.

Guri puede generar entre 9.000 y 10.000 MW, de los cuales la red troncal de transmisión transporta un máximo de 7.000 a 8.000 MW. Sin embargo, la falta de mantenimiento abarca también a esa red que traslada la energía desde la hidroeléctrica.

“Como no puedes forzar la capacidad de transporte de la línea troncal de transmisión, y para no colapsarla y evitar una falla mayor, Corpoelec debe administrar la carga con racionamientos selectivos que aplica en el interior del país. Por instrucciones del Ejecutivo, Caracas no se debe tocar con la medida”, refirió un informante.

Destacó que muchas veces estos cortes de electricidad en la provincia son aplicados sin notificación previa a los usuarios para que tomen las previsiones pertinentes.

Precisó que la demanda eléctrica nacional ha disminuido 1.000 megavatios entre 2016 y 2017 para colocarse en 13.000 MW. “Esto no se debe a un ahorro del consumo de energía por parte de los usuarios, sino a la acentuada caída del aparato productivo del país por el cierre o el funcionamiento a media máquina de muchas fábricas y comercios”, dijo.

Con información de: El Nacional

Fecha: 17 de abril de 2017

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