La hiperinflación sigue vigente mientras el Banco Central de Venezuela (BCV) amplía las denominaciones del cono monetario en el país. Y, sin ajustes, los economistas advierten que las piezas de 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares solo tendrán validez por “algunos meses”.

La incorporación de la nueva familia monetaria, asegura el BCV, tiene el objetivo de “hacer más eficiente” el sistema de pagos. Ello considerando que las anteriores piezas, cuya mayor denominación era de Bs. 500, quedaron rezagadas ante el constante ascenso de los precios de los bienes y servicios en Venezuela.

Francisco Ibarra, economista y director de la consultora Econométrica, explicó que es “sencillamente actualizar un poco el cono monetario al nivel de los precios que hay en Venezuela”.

A pesar de que la inflación desaceleró en los últimos meses, de acuerdo con los reportes de la Asamblea Nacional, comerciantes han dejado de recibir los billetes de bajas denominaciones (inferiores a Bs. 50) y la escasez de dinero en efectivo se acentuó. Incluso, el billete de Bs. 500 solo alcanza para pagar un pasaje en transporte público, y solo en trayectos específicos.

Desde septiembre de 2018 el BCV mantiene un alto porcentaje de encaje legal que restringe la liquidez de la banca nacional. De esa manera, a juicio del economista, “han logrado contener las operaciones y controlar el tipo de cambio paralelo”.

Ibarra añade que la ampliación del cono monetario también pudiera tener un impacto inflacionario. “Por ejemplo, si hay un producto que actualmente cuesta 14.900 o 14.700 bolívares sencillamente haces el redondeo para llevarlo a la denominación de un billete con el que sea más fácil realizar la operación”, dijo.

¿Los nuevos billetes resolverán los problemas económicos?

Para Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, la respuesta es negativa. “El problema de fondo sigue siendo la hiperinflación. Si bien el régimen de Maduro aplica un ajuste altamente costoso a la economía, para contenerla, está lejos de resolverse. Por lo que esto no es más que un control de daños”, escribió en su cuenta en la red social Twitter.

Además, asegura que no descarta la posibilidad de que el BCV esté intentando reducir los costos de elaboración, ampliando las brechas entre las piezas monetarias. No obstante, advierte que esta decisión puede generar nuevos inconvenientes como la no facilitación de transacciones con montos pequeños.

Esa situación lo hace coincidir con Ibarra. “Puede generar un redondeo hacia arriba, algo común en procesos como este, y momentáneamente presionar la inflación“.

En este nuevo escenario con denominaciones superiores, Oliveros afirma que se le da “un respiro” al problema del efectivo. Pero solo por algunos meses.

Con información de Efecto Cocuyo

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