A pesar de las grandes colas que se aprecian en muchos supermercados en busca de los tan apreciados productos regulados, otra realidad se ve en los populares mercados capitalinos donde la ausencia de consumidores, la escasez de bienes y los cierres abruptos de los establecimientos tienen a estos pequeños comerciantes casi en la bancarrota. Revelaron que en muchos casos los cuerpos de seguridad del Estado trancan hasta por tres días los mercados para que solo se vendan los productos de la cesta básica, asegura Gustavo Blanco, vocero del Frente de Trabajadores No Dependientes.
Afirmó que la grave crisis económica del país está llevando casi a la extinción a los llamados cuenta propia, una razón es el caos que se forma por la venta de los pocos productos regulados que llegan a los mercados ocasionando el cierre de los mismos por varios días. «La Guardia Nacional, por ejemplo, cierra las entradas y solo permite el expendio de las mercancías de la cesta básica, dejando sin posibilidad de venta a los comercios. Este escenario ocurre en Catia, Quinta Crespo y Guaicaipuro», acotó.
Blanco señaló que la fuerte inflación ha traído como consecuencia una reducción drástica en las ventas, ya que los precios de los productos se colocan casi inalcanzables para los consumidores. «Nosotros decimos que casi que la crisis nos quiere desaparecer, porque en realidad la mercancía ha subido mucho y nuestro margen de ganancia no nos alcanza. Uno va al almacén a comprar un producto al mayor hoy y mañana ya está en otro costo disparado».
Comentó que el Ejecutivo, con sus malas políticas económicas y falta de diálogo, ha provocado la quiebra de los concesionarios de los mercados, «Queremos conversación y no imposición para sacar al país adelante, con esta terrible realidad sufrimos los miembros de la economía informal al igual que el pueblo».
Mercado Los 70 tiene dos meses cerrados por Casa Militar
Aura Olarte, trabajadora del mercado de Los 70, denunció que este sitio se encuentra cerrado por más de dos meses por efectivos de Casa Militar, teniendo retenidos sus productos y por lo consiguiente no han podido laborar desde esas fecha. «Somos 300 personas quienes nos quitaron nuestro sustento para mantener a nuestras familias, nosotros vendíamos zapatos y ropa prestando un servicio a la comunidad. Reprimen a las personas que trabajamos», culminó.
FUENTE: EL UNIVERSAL