El bolívar en Venezuela es un paciente agónico que todos los días pierde valor frente al dólar que gana terreno en las transacciones comerciales en plena pandemia, aunque el gobierno se niegue a oficializar su uso. Tan débil está la moneda nacional, que si se compara con el billete que en agosto de 2018 cuando se decretó la reconversión monetaria era el de más alta denominación (el de 500 bolívares), se necesitarían 449 billetes para comprar un dólar, cuyo precio en el mercado paralelo cerró el viernes en 224.664 bolívares.

«Ya nadie quiere recibir bolívares porque no valen nada, se diluyen en las manos», soltó Abigaíl Mendoza, un buhonero del mercado El Manteco en Barquisimeto que vende detergentes. En su puesto exhibe un cartel promocionando cuatro litros de jabón líquido por un dólar. «el único efectivo que recibo son los verdes, de resto transferencias o pago móvil», acotó el comerciante.

«El venezolano, desde noviembre de 2017 cuando el país entró en hiperinflación, comenzó a despreciar al bolívar. Al cierre del año pasado la moneda local se había devaluado 90 %, eso hace que las personas no quieran tener dinero en efectivo», explicó el economista Gerardo Álvarez, incluso sostiene que los ciudadanos están adquiriendo una falsa creencia de que las cosas cuestan más baratas si sus precios están reflejados en dólares que en bolívares.

«Es una falsa ilusión monetaria, mientras los precios en el mercado se imponen en la divisa estadounidense, más del 70 % de los venezolanos siguen ganando en bolívares. Eso ha abierto una brecha enorme de desigualdad, sólo unos pocos ganan en dólares, pero una cantidad quizás hasta superior a los 11 millones de venezolanos, si se contabilizan a los trabajadores de la administración pública más los pensionados ganan en bolívares y además salario mínimo (800 mil bolívares con cestaticket); es decir, 3,5 dólares mensuales», argumentó.

Según la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi), que realiza la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el 79,3 % de los venezolanos vive en pobreza porque devenga un salario diario aproximado de 75 centavos de dólares con el que no puede comprar productos de la canasta de alimentos. Para el economista Henkel García de la firma Econométrica, esos datos lo que revelan es que en Venezuela «se está estabilizando la miseria».

«Ese salario evidencia la destrucción de la economía. Cuando tú destruyes tres cuartos de tu economía o cuatro quintos de tu economía, entonces terminas con ese tipo de salarios de miseria. Una economía que no produce no puede garantizar salarios medianamente decentes. El poder de compra de la gente va a depender de los niveles de productividad que tengamos como país», haciendo alusión a la caída del Producto Interno Bruto (PIB), que ha sido de 70 % desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013 hasta la actualidad.

Pocas cosas se pagan con $1

Tan sólo un producto es lo que pueden comprar las personas con un dólar, así lo confirmaron consultados por LA PRENSA de Lara al indicar que la mayoría de los artículos en el mercado que están marcados cuestan más de 224.664, que es su valor en el mercado negro. Jesús Requena, obrero, sólo pudo comprar una harina Pan. «Pero para comprar el relleno para esas arepas tengo que disponer de al menos cuatro dólares adicionales. Estoy gastando hasta cinco dólares para hacer una comida», comentó al precisar que vive con cinco personas.

Alexis Rivero, comerciante, gastó un dólar para pagar una crema dental. «Los precios en los productos han aumentado desproporcionadamente en cuarentena», expresó.

Según informó el pasado miércoles 8 de julio el diputado de la Asamblea Nacional, José Guerra, la inflación del mes de junio fue de 19,5 % y el índice inflacionario de enero a junio de 508,47 %.

Con información de La Prensa de Lara

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