Las políticas económicas del gobierno de Nicolás Maduro truncan cualquier posibilidad de incrementar la producción de forma sostenida, ya que debido al encaje legal establecido en un 73% es prácticamente imposible recibir un crédito bancario, y sin financiamiento no pueden renovar o sustituir maquinarias necesarias para mejorar los procesos productivos.
Los productores agrícolas del país finalmente cuentan con un entorno favorecedor para aumentar una producción que se ha menguado en los últimos 10 años. Con mayores libertades comerciales y más disponibilidad de insumos, la ventana se abre para incrementar la oferta de productos. Sin embargo, quedan barreras por superar.
El financiamiento se presenta como un factor indispensable para aumentar la producción. Sin este elemento, los empresarios del campo pueden mantener sus niveles actuales, pero no ampliar significativamente sus actividades.
En palabras del presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos de Venezuela (Sviaa), Saúl Elías López, recalcó que la recuperación prevista por el sector tiene un techo establecido por las limitaciones de financiamiento que impone una banca al no otorgar ningún tipo de crédito.
«Vamos a tener un techo en esta recuperación. Para volver a hablar de 68.000 toneladas de producción de maíz, debemos hablar de reposición de maquinaria. Sin financiamiento, esto no es posible», sostuvo en una rueda de prensa.
El ingeniero destacó que el sector necesita tener acceso a una cartera líquida con una disponibilidad en torno a los 500 millones de dólares, en aras de que los productores del campo puedan solicitar préstamos y reinvertir para mejorar sus procesos productivos.
La promesa del gobierno de Nicolás Maduro para este año fue abrir esta ventana de posibilidades. Por este motivo se autorizó una reducción de la tasa de encaje legal a 73%, medida acompañada por la autorización a la banca para utilizar un 10% de los depósitos de las cuentas en divisas para otorgar créditos.
Pese a que la medida fue anunciada como una solución para «expandir la base crediticia» del país y resolver progresivamente los problemas de crédito con la garantía de que beneficiaría a la producción, a la fecha los productores agrícolas privados no han recibido ni un solo crédito bancario.
En este sentido, el presidente de la Asociación Venezolana de Agricultura Familiar (AVAF), Juan Carlos Montesinos, acotó que desde el sector se ha solicitado que se reduzca el encaje legal al menos en el sector primario o que permitan la financiación extranjera.
«Entregamos una solicitud para que el encaje legal, al menos en el sector primario, tenga un porcentaje más bajo, ya que ninguno de nuestros productores ha recibido ningún tipo de financiamiento. También pedimos que se permitiera la financiación extranjera. Se está planificando, trabajando en eso, pero no hay resultados positivos hasta ahora», resaltó.
El representante de los productores familiares destacó que para producir se necesita planificación y seguridad, conocer las reglas del juego para operar a largo plazo. Por lo tanto, deben conocer cuál será el ámbito crediticio no solo para pensar en aumentar la producción, sino también para establecer unos precios rentables para el consumidor.
La guerra entre Rusia y Ucrania agrega un peso importante a la industria agrícola, ya que ambos países exportan una cantidad enorme de insumos y materias primas, por lo que el mercado internacional tendrá una menor oferta y los precios se dispararán en un entorno de escasez.
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Con información de Tal Cual