Pasillos llenos de visitantes, tiendas ofreciendo las últimas tendencias, personas cargadas de bolsas y paquetes; así era la postal típica de un fin de semana en el centro comercial Plaza Mayor de Lechería, reseña El Tiempo.

Recorrer hoy en día el mall da una sensación distinta. El panorama es desalentador, es poca la afluencia de compradores, negocios cerrados, tiendas con poca mercancía y apenas uno o dos empleados.

El escenario se repite en el CC Libertad de Puerto La Cruz, e, incluso, en establecimientos de poca data como Camino Real y Puente Real, en Nueva Barcelona. En este último, alrededor de 30 locales están desocupados, pues “han quebrado”, según lo señalado por un trabajador que no quiso identificarse.

La crisis

En las calles Sucre y Juncal y en la avenida Bolívar de la ciudad porteña es una constante ver negocios y empresas con la santamaría abajo.

“Hay locales que tienen meses cerrados y otros en los que le han quitado hasta la denominación comercial. También hay unos que están puestos en venta o alquiler”, cuenta Rafael Gutiérrez, encargado desde hace siete años de una venta de ropa.

El concejal del municipio Sotillo, Luis Barrios, apunta que de los 5.000 comercios registrados en la ciudad, alrededor de 30% cesaron sus actividades.

Incrementos de salarios, bajas ventas, pocos ingresos, imposibilidad de reponer inventarios y tasas elevadas de impuestos serían las principales causas de que los negocios cierren definitivamente, coinciden varios empresarios consultados.

Desde 2013, la economía del país ha estado envuelta en una espiral de crecimiento débil, controles, inseguridad jurídica y alta inflación, lo que ha incidido directamente en el deterioro del sector, explicó Héctor Luna, presidente regional de Federación de Cámaras (Fedecámaras).

En los últimos cuatro años, las condiciones adversas han obligado al cierre de al menos 400 comercios en la zona norte del estado, según datos de Tito Barrero, presidente de la Federación de Trabajadores de Anzoátegui (Fetranzoátegui).

Bachar Kobrosly, segundo vicepresidente de la Cámara de Comerciantes e Industriales de Barcelona, asegura que el sector ha disminuido en 70% la solicitud de nuevos empleados desde diciembre de 2016.

“Aquellas tiendas que en temporada contrataban hasta cinco nuevos trabajadores, ahora no están en capacidad de hacerlo”, señaló.

Explicó que de los 6 mil comercios registrados en el municipio Simón Bolívar, 80% mantienen aunque sea a uno de sus empleados de siempre.

“El comerciante considera que pese a las bajas ventas, es antiético despedir a su personal con la situación que vive el país”, dijo.

No obstante, algunos empresarios que luchan por permanecer sus tiendas abiertas han ejercido acciones como despedir a su personal y encargar el negocio a sus familiares, todo ello para reducir gastos de nómina.

Cuesta arriba

A juicio del representante de Fetranzoátegui, actualmente en el país las condiciones no están dadas para abrir nuevos negocios.

“No hay seguridad jurídica ni confianza en el sistema. Por un lado, el Gobierno llama a confiar en ellos y establece unas condiciones para que se invierta, y por otra parte, el presidente (Nicolás Maduro), cuando quiere, amenaza al sector con expropiaciones lo hace”, manifestó.

Barrero sostiene que si no hay formas de generar nuevos empleos ni de mantener los existentes, lo que se produce es el aumento de la tasa de la economía informal, la cual se ha disparado 70% en el estado Anzoátegui.

Fuente: La Patilla

Fecha: 18 de septiembre de 2017

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