FAVENPA, la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotrices, convocó el pasado miércoles en sus oficinas en Caracas a una rueda de prensa, en la cual sus directivos ofrecieron los resultados de gestión de la industria nacional de autopartes y repuestos para el año 2017, anticipando además las perspectivas para 2018.
José Luis Hernández y Omar Bautista, respectivamente el Presidente y el Presidente Ejecutivo de la Cámara, recibieron a los asistentes anticipando que “las noticias no son las mejores”
Hernández ofreció una completa presentación que expuso la situación actual, con sus causas y con lo que a entender de FAVENPA deberían ser las medidas a tomar para revertir la situación “de una industria que desde hace diez años se mantiene en descenso sostenido”.
El directivo ofreció una comparación de cifras de producción y venta de vehículos automotores e insumos para producción de vehículos y materia prima entre el momento actual y el de hace diez años, afirmando que “en los últimos diez años la producción de vehículos en Venezuela ha descendido un 98,9” y añadiendo que sobre las cifras residuales de 2017, estimadas en unas 2800 unidades, esperan una caída en 2018 que, en el mejor caso, sería del 40%.
Datos ofrecidos por la Cámara establecieron que “la operatividad del conjunto de empresas del sector promedia el 18% en lo que va de año” y reportan la inactividad de varias empresas debido a la carencia de materias primas y divisas para importarlas.
Según Hernández “los proveedores de la industria ensambladora nacional están operando al 5% de su capacidad operativa y los suplidores del mercado de reposición están operando al 25%”.
En paralelo a la caída de las cifras de ensamble local, los voceros reportaron “la importación indiscriminada de vehículos” por parte de empresas del estado y particulares, añadiendo que “nuestra industria tiene capacidad para producir al menos 250.000 vehículos anuales, por lo cual no se justifica la importación de vehículos de ningún tipo y en ningún caso”.
La operatividad del actual parque automotor -estimado por FAVENPA en 4.2 millones de unidades a la fecha- también corre riesgo de erosionarse “debido a la imposibilidad de producir o importar repuestos para ellos”.
En su exposición, los voceros de FAVENPA hicieron notar la situación de empresas automotrices gubernamentales que ensamblan vehículos de marca Chery o Venirauto. “En teoría podrían incorporarse a la Cámara de Fabricantes de Vehículos, pero no lo han hecho. No tenemos cifras exactas, pero entendemos que desde 2011 han totalizado ventas de unos 90.000 vehículos que han sido importados al país, o han sido ensamblados con un 100% de partes importadas”.
Al analizar el tema de las materias primas, FAVENPA expuso que “la industria local solo ha recibido el 4.6% de sus necesidades en el área de acero y el 14% de lo requerido en materia de aluminio”.
“Al no contar con un suministro confiable de materia prima, no nos ha sido posible compensar la caída del mercado local con un aumento de las exportaciones, pues no sabemos si vamos a poder cumplir” expuso Hernández.
Como aspecto positivo, FAVENPA reportó el repunte de las actividades de exportación en un 50% en relación con el año pasado. “Hemos logrado aumentar hasta 2.5 millones de dólares el total de exportaciones en elementos como radiadores, perfiles de gomas, partes de ejes, filtros de aire y similares”. Los voceros expusieron que es un gran avance, pero también recordaron que tradicionalmente “la industria local de autopartes manejó como promedio exportaciones en el orden de US$ 260 millones anuales”.
Entre las recomendaciones que FAVENPA hizo en el marco de un plan a inmediato plazo para impedir el colapso definitivo del sector se encuentran propuestas como “levantar el control de cambios de divisas, limitar por al menos tres años el ingreso de vehículos importados al país, propiciar el reemplazo de flotas automotrices en las empresas estatales con flotas de vehículos hechas en el país y activar planes de recuperación de la fuerza laboral” entre otras.
FAVENPA hizo hincapié en que, pese al descenso sostenido en las cifras de producción y rentabilidad, las empresas del sector siguen generando unos 38.000 empleos directos en todo el país. “El problema es que no sabemos cuánto tiempo más podrá sostenerse esta situación y además estamos verificando con preocupación que gran cantidad de fuerza laboral joven, profesional y preparada que hemos formado con mucho esfuerzo en los últimos años ha abandonado el país y ahora los frutos de ese trabajo de formación están germinando en otros países y beneficiando la economía de esos países. Hemos perdido mucha mano de obra especializada, muchos talentos bien formados y será difícil recuperar esa fuerza laboral cuando toque recuperar nuestra actividad industrial”.
Publicada en La Patilla
03/11/2017