La escasez de gasolina en Venezuela no es algo nuevo. De hecho, es el pan de cada día en estados como Táchira y Zulia, que padecen esta situación desde hace años. La novedad es que ahora, y con un largo período de agudización, se ha extendido por todo el país, incluyendo Caracas, que venía siendo la ciudad protegida por las autoridades gubernamentales.
Ahora, en medio de la reestructuración que el chavismo intenta llevar a cabo, se anunció un nuevo precio de la gasolina con dos vertientes: un valor subsidiado a Bs. 5.000 (0.02 dólares) por litro, y otro valorado en 50 centavos de dólar por litro.
Alejandro Grisanti, economista, conoce como pocos la industria petrolera nacional. No solo viene de desempeñar cargos administrativos en la junta Ad Hoc de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) designada por el presidente encargado, Juan Guaidó, sino que tiene una larga trayectoria como consultor económico y financiero para América Latina en las firmas más reconocidas de la región: Banco Interamericano de Desarrollo, Barclays Capital y profesor en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), por mencionar algunos.
Hoy, dibuja un panorama del país lleno de distorsiones y falta de recursos para hacer frente a los ajustes que requieren con urgencia la industria petrolera venezolana.
¿Cuál es su opinión acerca del ajuste del precio de la gasolina en Venezuela?
–El Gobierno persiste en la idea de buscar precios diferenciados para un objeto, una cosa, en este caso la gasolina, como lo intentó sin éxitos por 17 años con el precio del dólar. Esto de tener precios diferenciados en la gasolina te trae exactamente los mismos problemas que ocurrieron en la época de Cadivi: es un incentivo para la corrupción, es un incentivo para la venta al mercado negro y, por supuesto, para el contrabando de extracción
Hay una diferencia con esos años que usted describe, y es que ahora las divisas en Venezuela son muy escasas en las arcas públicas. Sin embargo, parece que con los nuevos precios de la gasolina habrá una renta nueva de divisas que percibirá el Estado.
-Efectivamente el Estado venezolano no podía seguir regalando la gasolina. Creo que la principal causa su escasez en Venezuela es que el Estado se quedó sin plata. No tiene nada que ver con las sanciones ni con factores externos al Gobierno; sí tiene que ver, primero, con que destruyeron las refinerías con las que hasta se exportaba gasolina, y segundo, que se quedaron sin dinero para arreglarlas.
-Por supuesto, ahora que te quedaste (el Estado) sin plata, hubo que empezar a cobrar. Pero tienes que buscar maneras de subsidiar o amortiguar el costo del incremento del precio de la gasolina sobre las personas más necesitadas. Has podido cobrarla a precios internacionales, pero subsidiarla en los ingresos de esas personas más necesitadas, y no creando esta distorsión (de precios) en lo que vas a tener ventas de cupos y otra serie de distorsiones como la reventa de la gasolina.
Un factor importante, y que genera incertidumbre, es hasta cuándo alcanzará la gasolina iraní que llegó a Venezuela hace días. ¿Será posible mantener de forma constante el abastecimiento de combustible?
-No va a haber suficiente gasolina para el sistema subsidiado. Lo que va a terminar ocurriendo es que siempre vas a tener gasolina en las bombas que venden a precios internacionales y, para poder echar a precios subsidiados, en muchos casos no va a haber gasolina o, si la hay, se tendrá que hacer una cola parecida a la que ya hemos visto en los últimos meses.
-Pienso que al final la venta y distribución de gasolina se va a hacer a precio internacional y solo algunos enchufados van a tener acceso a la gasolina regulada, que después la revenderán a precios inferiores a los internacionales, pero que igual les dará ganancias.
Al menos 200 estaciones de servicios van a ser controladas por el sector privado, según anunció el Gobierno chavista. ¿Habrá empresas que se arriesgarán a operarlas sabiendo que pueden quedar expuestos a las sanciones financieras de Estados Unidos?
-Estamos muy lejos de que los privados importen y distribuyan la gasolina porque necesitas los puertos de Pdvsa para descargar la gasolina y distribuirla en los centros de llenado del país. Por ahora, lo único que puede hacer el sector privado es venderla, pero todo el resto del sistema nacional de compra, importación y distribución lo seguirá haciendo Pdvsa o al menos se tendrá que seguir usándola para poderlo hacer.
Hoy, por el tema de la COVID-19, hay exceso de gasolina (en el mundo) y vas a tener pequeños intermediarios que siempre van a poder asumir cualquier tipo de riesgo para vender gasolina en Venezuela. Creo que la pregunta allí debería ser si este nuevo esquema (de venta de combustible) le produce ingresos al Gobierno para poder contar con los recursos para seguir importando.
¿Se pueden cubrir los costos de producción o importación de la gasolina con los nuevos precios anunciados por el Gobierno?
-El precio de los 50 centavos de dólar por litro de gasolina es un precio internacional. Ese es el precio que se está pagando hoy en día en los Estados Unidos y muy cercano al europeo, que es un poco más caro debido a una serie de impuestos que se pagan en Europa. Pero este es un precio absolutamente internacional en el que, si Venezuela produjera petróleo y lo refinara, los costos de esa refinación y producción deberían estar muy por debajo de esos 50 centavos de dólar por litro.
Entonces, este es un precio relativamente alto para Venezuela. De nuevo, lo que es necesario comparar en el caso venezolano no es llenar el tanque con un toronto o una susy, al final es comparar el precio de la gasolina con el salario mínimo de un venezolano, que representa solo 4,50 dólares mensuales, por lo que un trabajador venezolano debe laborar todo un mes para poder costear nueve litros de gasolina.
Viendo este escenario, donde muchas personas no podrán costear el precio de la gasolina, ¿cómo cree que vaya a ser la demanda del combustible?
-Efectivamente mucha gente no va a tener la capacidad para pagarla, pero por ello tienes que buscar la manera de compensar sus ingresos. Lo que no puedes hacer es intentar poner un precio donde al final la gasolina vale dos centavos de dólar o 50 centavos de dólar. Esas discrepancias en precios no funciona porque lo que va a terminar pasando es que, si lograsen distribuir a dos centavos de dólar, la gente que de alguna manera use menos su carro va a buscar vender la gasolina inutilizada, y al final vas a tener todo un sistema de bachaqueo y contrabando que no es la solución para el país.
El contrabando de gasolina no es algo nuevo en Venezuela. Ha sido denunciado hasta por las mismas autoridades gubernamentales. ¿Manejan alguna estimación sobre cuánto dinero se pierde anualmente a través del contrabando de combustible?
-Depende de la oferta. Cuando tú vendías ilimitadamente gasolina, el cálculo que se tenía era de que alrededor de 50.000 barriles salían para Colombia y las islas del Caribe. Eran cincuenta mil barriles por día a un precio que podía estar a 60 dólares. Con eso estamos hablando de unos 3 millones de dólares al día o lo que representaría anualizado: poco más de $1.200 millones.
¿Cómo piensa que se moverá el mercado paralelo de la gasolina en los próximos meses con este nuevo sistema de precios?
-Hay dos alternativas: si el Gobierno decide mejorar la oferta o si realmente venderán gasolina subsidiada en los límites expuestos por Nicolás Maduro y Tareck El Aissami. Si es así, la escasez de gasolina va a persistir, se va a tener que hacer grandes colas para poder echar gasolina y no va a haber ningún cambio con respecto a la situación actual. Sería un ajuste de regalar la gasolina a casi regalar la gasolina.
Pero ahora, yo lo que creo que va a terminar pasando es que el Gobierno no va a vender gasolina a precios regulados, y que solo se va a encontrar en esas 200 bombas el precio internacional.
Con información de Efecto Cocuyo