“Antes no había médicos presos por dar datos de salud, o eran la excepción, ahora son los sujetos normales de la represión, y no solo médicos, también enfermeros e incluso técnicos de laboratorio. Para confirmar que la persecución es política y no porque estas personas violaron normas de hecho común, está el que se les persigue a través de la Ley contra el Odio, el mecanismo represivo por antonomasia que se utiliza para los perseguidos políticos”.

Así lo aseguró el director de la ONG Acceso a la Justicia, Alí Daniels, quien detalló que se hace uso del instrumento legal contra el odio, impuesto por la asamblea constituyente convocada por Nicolás Maduro y no por el pueblo, debido a que establece penas hasta de 20 años, mientras el Código Penal, que es el que rige la materia, contempla sanciones menores.

Alí Daniels hizo énfasis en que las detenciones arbitrarias ejecutadas por los organismos del Estado a lo largo de estas semanas en que se ha establecido el Estado de Alarma por la llegada del nuevo coronavirus confirma dos cosas: “Primero, que en Venezuela se aplica la política que las dictaduras del Cono Sur llamaron ‘del enemigo interno’, (según la cual) aquellas personas que tuviesen una opinión diferente (a la oficial) se le negaba cualquier tipo de derechos y podía ser sujeto de cualquier tipo arbitrariedad por parte de la autoridad porque se trata de “enemigos” y no se le reconoce ningún derecho.

Para Alí Daniels, se ha radicalizado la represión

El director de Acceso a la Justicia sostiene que, en Venezuela, se ha implantado un Estado de hecho dentro del ya existente Estado de hecho. Explicó que, previo a la pandemia, ya no había control normativo alguno, ni la acción del Gobierno se regía por ningún principio de DDHH, pero que ahora, dentro de las acciones relacionadas con el coronavirus, se ha establecido una realidad aparte dentro de la anterior, “radicalizando la represión y ampliando el marco de las personas que son sujetas a la misma”.

Aseguró que el gobierno de Nicolás Maduro responde a esta situación de la pandemia “con la única manera que sabe responder ante cualquier cosa”, como es la militarización del país.

“Por eso llamamos la atención de la comunidad, tanto nacional como internacional, en el sentido de que las medidas que se están tomando aquí no se están aplicando en ningún país democrático. Hay médicos presos solo en Venezuela y en China porque precisamente, se ve al que da una opinión diferente como un enemigo».

El abogado refirió que en España (desde diversos sectores, incluido el de salud) “se la pasan criticando al gobierno” y no hay ningún médico detenido por eso y por ello destacó que el Ejecutivo chavista, en vez de utilizar la pandemia para unir al país, “lo que se hace otra vez es utilizarla para radicalizarlo y buscar la polarización”. Desde su perspectiva, las herramientas que tiene el Gobierno para enfrentar la propagación de la pandemia en el país son muy pocas, siendo la única la cuarentena, algo se dificulta porque, como advirtió, “la gente no puede guardar cuarentena con hambre”.

Considera que en estas situaciones extremas donde hay una verdadera necesidad pública de que a la gente sea restringidos sus derechos, como es el caso de una pandemia, lo menos que se tiene que hacer es informar con tiempo y con los medios eficaces esas limitaciones. “Es nuestra gran preocupación, porque el ciudadano se encuentra en una gran indefensión, debido a que el Sistema Judicial está cerrado, no hay ante quién introducir un recurso de amparo, y además no tienes la información para saber hasta qué hora se puede circular porque no tiene acceso a redes sociales; entonces la situación puede ser más caótica».

Las medidas tienen que ser de educación cívica, no de represión. No digo que no haya policías patrullando para ver si la gente cumple o no, pero el hecho de exponer a las personas, como se ha hecho, al escarnio público, grabándoles videos haciendo ejercicios, sentadillas, etc. No es la manera, porque es una manera de burla, no es a través de la educación sino del escarnio. Efectivamente hay que decir que hay que cumplir las normas, pero a través del convencimiento, no a través de la fuerza. Volvemos a lo mismo, es que el Gobierno no sabe responder de otra manera. Pedirle ahorita que haga educación cívica cuando lo que está acostumbrado a hacer es reprimir, está teniendo los resultados que está teniendo.

Con información de Tal Cuál

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