La mayoría (47%) de los venezolanos menciona al alto costo de la vida, cuando se le pregunta por el primer problema de Venezuela. El estudio realizado por la firma Datos Group encontró que esto aparecía en menciones libres entre las 2.100 personas encuestadas y se repetía sin importar si son empleados de la empresa privada o la pública, si se dedican al trabajo independiente e incluso, si se manejan con dólares o bolívares.

“Es la consecuencia del abastecimiento. El Gobierno tuvo que permitirle a las empresas que coloquen el precio justo en los anaqueles y eso está muy lejos del poder adquisitivo de las personas. Al comparar lo que alguien gana y el precio de un producto a nivel internacional, la gente no tiene acceso” explicó Luis Maturen, gerente general de Datos Group, en entrevista para Efecto Cocuyo.

Maturen detalló, además, que el alto costo de la vida no punteaba como primer problema en estos niveles desde enero del año 1998, cuando Venezuela atravesaba otra crisis económica aunque su profundidad y dimensión no se parezca al escenario actual. No en vano, se trata de un hecho inédito que la economía venezolana ya acumule más de dos años en hiperinflación.

Dólares como diferencial

El estudio Pulso fue realizado entre el 9 y el 27 de enero pasado e incluyó una muestra de venezolanos tanto en las ciudades urbanas más grandes como en pequeños poblados con apenas 50.000 habitantes. Esta fotografía también encontró que 27% de los venezolanos reciben dólares en su día a día y que este acceso a la moneda extranjera se convirtió en un diferencial en la percepción que tienen sobre el país.

Este grupo de personas que se manejan en dólares, bien sea porque las consiguen producto de su trabajo o por medio de las remesas, son más optimistas sobre la realidad económica de Venezuela. Por ejemplo, 17% de ellos responden que este es un buen momento para comprar un vehículo, mientras que esto cae a 6% entre los encuestados que no cuentan con ingresos en dólares.

“Quien recibe dólares tiene una mayor flexibilidad a la hora de comprar productos, porque tiene algo de poder adquisitivo. Eso dista mucho del grupo que recibe las cajas del Clap, que es alguien que recibe un bien del Gobierno y no lo puede transar tan fácilmente. Aunque haya algunos que vendan algunos productos de la caja en bolívares, para luego comprar otro artículo” apuntó Maturen, en la entrevista al finalizar su presentación.

De hecho, el otro grupo con una percepción diferenciada sobre la realidad tanto política como económica de Venezuela son aquellos que reciben la caja de alimentos Clap de forma mensual.

Para ellos, este beneficio directo de alimentos es mucho más importante que las bonificaciones en bolívares entregadas a través del Carnet de la Patria. Esto porque los 20 bonos entregados durante el año pasado, por ejemplo, solo equivalen a 87 dólares al cambio oficial. Los bonos son una ayuda cuyo valor es mucho más bajo que la inversión que les hubiese costado adquirir directamente todos los alimentos que recibieron a través de la caja Clap.

Esto es lo que explica que el gasto social del gobernante Nicolás Maduro y su equipo se concentre ahora solo en los sueldos de los empleados públicos, las pensiones para los pensionados y los bonos del Carnet de la Patria. “El Gobierno aprendió a manejarse con lo que gana. El déficit fiscal se redujo a la mitad durante el año pasado” aseguró Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, durante su presentación en el evento de Venamcham.

¿Cómo se ganan los dólares?

El manojo de dólares que se ven en los supermercados y las tiendas de ropa y calzado llegan a las manos de los venezolanos por diversas vías. El estudio más reciente de Datos Group identificó a los empleos y las remesas como las fuentes principales.

Un 15% de los encuestados reportó que obtienen dólares de su empleo formal, mientras que otro 10% de los venezolanos los recoge como parte de una actividad laboral extra. Mientras que el tercer grupo está conformado por un 12% de personas a quienes les envían una remesa desde el extranjero, en muchas casos directamente en efectivo de la moneda estadounidense.

Otro de los datos claves es que un tercio (33%) de los encuestados reveló que tienen un trabajo adicional para sumar más ingresos a su familia y que la mayoría (57%) de quienes cuentan con este trabajo adicional perciben dólares como parte de su remuneración. Esto frente apenas a 30% de los trabajadores formales que sí reciben pagos en moneda extranjera, al menos, en una porción.

Contar con una remuneración en dólares o pesos colombianos es parte de los diferenciales que los venezolanos persiguen para sumar más ingresos a sus casas y ayudarse para enfrentar el alto costo de la vida. Esta presión laboral aparece, entonces, como otro de los impulsos que juega a favor de un mayor uso de las divisas en la actividad económica.

Con información de Efecto Cocuyo

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