Tener un vehículo propio hoy día en Venezuela se ha convertido en un verdadero lujo. El elevado costo que el propietario debe pagar por hacerle el respectivo mantenimiento supera su capacidad adquisitiva.

Muchos han optado por dejar sus autos varados en el estacionamiento por no poder pagar las reparaciones que necesita para mantenerlo en funcionamiento, mientras que otros simplemente los usan para lo estrictamente necesario y toman como medida alternativa el transporte público.

“Mantener un carro es demasiado costoso. Entonces, hay que usarlo solo para emergencias. Si uno puede usar transporte público o ir a pie a los lugares a donde tengas que ir, es mucho más económico”, explicó una ciudadana que no quiso revelar su nombre.

Precio de las reparaciones pica y se extiende

Al elevado costo de los repuestos se le suma el precio de la mano de obra que, dependiendo del trabajo, puede llegar a los 900.000 bolívares.

De igual forma, la escasez se hace notar: varias caucheras en el Distrito Capital aún no cuentan con mercancía para comercializar. “En la situación país que vivimos ya es normal que no haya insumos en estas fechas. No hay cauchos, no hay nada de producción nacional ahora”, aseguró un comerciante que se mantuvo en el anonimato.

Las tiendas que sí tienen mercancía la ofrecen a un elevado precio.

Comprar un caucho puede costar Bs 17.500.000, mientras que el precio del balanceo ronda los Bs 100.000 por cada neumático. Por su parte, la alineación de cada tren -delantero y trasero- alcanza los Bs 225.000. La revisión de los frenos alcanza los Bs 250.000.

El costo del litro de aceite depende del producto: el mineral alcanza casi los Bs 2.000.000, el sintético Bs 1.500.000 y el semi-sintético puede llegar a Bs 2.400.000. Un vehículo usa en promedio cuatro litros.

A esto se le suman Bs 620.000 por el precio de los filtros, más Bs 500.000 por la mano de obra.

El precio de la limpieza de los inyectores depende del trabajo: si el mecánico tiene que desarmar el vehículo el propietario puede llegar a pagar Bs 1.300.000, mientras que si solo lleva los inyectores el costo se reduce a Bs 100.000 por cada uno.

Por otro lado, el valor de los amortiguadores delanteros está en Bs 9.500.000, mientras que el trasero cuesta Bs 8.900.000. Hacer el montaje puede alcanzar los Bs 300.000 y revisarlos unos Bs 60.000.

Las baterías también suponen un dolor de cabeza para los propietarios: para vender las nuevas, los comerciantes exigen que la batería vieja se quede en el local como parte de un intercambio; de lo contrario, el dueño del vehículo tiene que pagar un cargo adicional por llevársela.

“Nos dijeron que nos podían vender la nueva pero debíamos pagar un millón más sobre el precio que marcaba la batería, no nos quiso explicar por qué”, aseguró Lorena Jaimes, quien explicó que le habían robado la batería, por lo que dejarla era imposible. El comerciante le quería cobrar Bs 5.500.000, un millón más sobre el precio base.

Agregó que también le rompieron el vidrio de su carro para robarse el tablero que permite subir y bajar las ventanas. Al preguntar por el presupuesto de ambos objetos le dijeron que el cristal estaba en Bs 4.500.000, incluida la instalación, mientras que el tablero valía Bs 11.000.000.

“Me dijeron que el vidrio estaba en Bs 4.500.000 pero no sabían si cambiaría el precio por el dólar. El tablero no lo conseguíamos en ningún lado, preguntamos en una chivera y ese tablerito sin instalarlo ni nada estaba en Bs 11.000.000, entonces el carro se va a quedar sin tablerito”, explicó.

Reparaciones que eran normales hace unos años se han convertido en una tarea difícil de cumplir para los venezolanos, cuyo país está sumido en una fuerte crisis económica que merma sus posibilidades. Ante esta situación, algunos propietarios se resignan a dar por perdido el vehículo mientras este es olvidado en un estacionamiento para cubrirse de polvo y telarañas.

Publicado por El Nacional
29/01/2018

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