La Asamblea Nacional (AN) rechazó la situación de “hiperinflación” que asegura ya alcanzó Venezuela, razón por la cual aprobó por unanimidad un Acuerdo que la rechaza, además de su incidencia social en la familia venezolana.

El diputado Ángel Alvarado fue el primero en la lista de oradores, e inició recordando que el Banco Central de Venezuela (BCV) tiene 24 meses sin publicar el índice de inflación, lo que llevó al Parlamento Nacional a crear y divulgar su propio marcador de ese tipo, “con la misma metodología que usa el BCV”, aseveró.

Rechazó lo que asegura es “una política de ocultamiento” del BCV, creyendo que ocultando el índice de inflación van a detener la escalada de los precios, y dejando a un lado el problema dramático del pueblo venezolano que se empobrece día a día”.

Al presentar los datos más recientes que arrojó el índice de inflación de la AN, Alvarado resaltó que Venezuela entró en “proceso de hiperinflación”.

Explicó que el índice del mes de octubre fue de 45,5%, y la acumulada durante los primeros diez meses del año es de 825,7%”.

Partiendo de ese hecho, calificó como “dramático” que “la inflación para el cierre del año 2017 será por encima del mil por ciento. Siendo conservadores, en la proyección del índice, estará por encima de 1.400 por ciento, ya que el crecimiento de la inflación es geométrico, exponencial, cada mes ese acumulado es mayor. Y, si se mantiene este ritmo, la inflación para el año que viene podría estar por encima del 12 mil por ciento”, alarmó.

“Esto es lo que está matando de hambre a nuestro pueblo, que los trabajadores no meten carne, ni pollo, ni proteína en sus neveras”, acusó el también economista.

Explicó que cuando hay hiperinflación “la gente rechaza tener dinero”, quiere deshacerse de este “lo más rápido posible”, “lo que aumenta la velocidad de circulación” del mismo, “lo que lleva a la población a buscar recursos en otros activos”.

Agregó que a ese proceso que ha conllevado a la hiperinflación venezolana se le debe sumar la excesiva impresión que hace el BCV de dinero para financiar déficit fiscal del Estado.

A continuación, el diputado Enrique Márquez puso el acento en que a pesar de que el Gobierno revolucionario ha tenido “los ingresos más grandes de la historia” se duplicó la deuda externa. “Viven y gastan mientras el pueblo pasa hambre”, afirmó.

Marco Aurelio Quiñonez dijo por su lado que “este año tenemos más de 14 puntos de caída del Producto Interno Bruto”, recordando el daño que le hizo al país las expropiaciones de empresas y otras propiedades privadas, decididas por el fallecido presidente de la República Hugo Chávez.

En tercer lugar el diputado Carlos Lozano Parra criticó que hace 19 años en Venezuela se podía dar leche en polvo a los becerros. “Hoy ni los niños tienen acceso a ella”, sostiene.

Sin embargo, fue más allá y propuso como soluciones que se creen “zonas francas, capaces de competir con la dicotomía de los precios, dólares y aprovechar la manufactura venezolana que hoy en día es altamente competitiva internacionalmente”.

Finalizó la exposición de argumentos, de este segundo punto en el Orden del Día, la diputada Mariela Magallanes, quien fustigó que parte del resultado de la “hiperinflación” es “hambre, pobreza, delincuencia, deserción escolar, angustia para la familia venezolana (…). La consecuencia, el impacto social es que es que la familia venezolana entera está huyendo del país, porque está buscando, con toda la razón, mejores condiciones de vida (…), que por primera vez vemos que aumenta que familias enteras están comiendo de la basura”.

Según ella “este es un plan del Gobierno para implementar un modelo político fracasado”, por el cual buscó primero la destrucción del aparato productivo para después “utilizar todas las herramientas para poder hambrear a un pueblo y así controlarlo políticamente”.

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