Los cargos presentados  por Estados Unidos contra el presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro y algunos de sus leales, por supuestos delitos de narcotráfico, afincan la presión de la Casa Blanca y profundizan el mensaje de Washington de poner fin a su mandato.

Así lo indicaron expertos consultados tras el anuncio del secretario de Justicia, William Bar, y de otros fiscales estadounidenses. La medida alcanza a sus más cercanos colaboradores, acusados también de vínculos con el narcotráfico.

“Tienen un impacto en la presión internacional en contra de Maduro. Se trata de seguir aislando al gobierno, ya no solo por violador de derechos humanos, sino vincularlo a actividades censurables por la comunidad internacional, como el narcotráfico”, dijo Luis Angarita, experto en relaciones exteriores y profesor de la Universidad Central de Venezuela.

Los cargos nombran al presidente en disputa como “líder” del llamado Cártel de los Soles y lo señalan a él, junto con Diosdado Cabello, Hugo Carvajal y Clíver Alcalá —exjefe militar— de orquestar una red que corrupción gubernamental que “facilitó la exportación de toneladas de cocaína a Estados Unidos”.

Angarita explicó que los procedimientos generarán consecuencias diplomáticas, si bien están enmarcados en el accionar del sistema de justicia estadounidense.

Además dijo que los anuncios del Departamento de Justicia significan un escalón aún más elevado en la presión internacional que las sanciones económicas de Estados Unidos o el desconocimiento de Maduro de parte de más de 60 gobiernos.

“Este anuncio busca darle un giro de tuerca a la presión”, afirma.

Angarita dijo que el anuncio llega en un contexto puntual, incluyendo la revelación del fiscal general estadounidense acerca de la investigación de “años” en curso contra Maduro y su entorno.

“Hay declaraciones tanto de las Naciones Unidas, de su Comisión de Derechos Humanos y de la Organización Mundial de la Salud haciendo votos por tratar de aliviar las sanciones para atender una crisis que afecta todo el mundo”, expresa.

Michele Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, pidió recientemente a la comunidad internacional atenuar o suspender las sanciones contra Cuba y Venezuela para que esas naciones puedan defender las vidas de millones de personas durante la pandemia del COVID-19.

Angarita observa que la respuesta de Estados Unidos a la petición de Bachelet es una rotunda negativa.

“La respuesta parece ser que Estados Unidos no va a descansar ni amilanar en la lucha diplomática contra el gobierno de Maduro”, indica.

Anticipa que el sistema financiero internacional se cuidará aún más que en el pasado reciente de hacer negocios con Maduro y sus delegados.

Advierte que la renovación de la licencia de Estados Unidos a empresas petroleras, como Chevron, para operar en Venezuela de manera excepcional queda pendiente de un delgadísimo hilo, advierte Angarita. La última, dispensada por el Departamento del Tesoro, vence el 20 de abril próximo.

“Con un mercado petrolero tan venido abajo, produciendo a niveles de costo de barril, muy probablemente sea un escenario para ya cancelar las operaciones”, acota.

Angarita estima que los cargos presentados en Estados Unidos se sumarán al expediente abierto en la Corte Penal Internacional contra el presidente en disputa venezolano.

Aislamiento y división

Fernando Gerbasi, diplomático y exviceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, remarca que los cargos por narcotráfico y terrorismo en contra de Maduro y otros funcionarios clave del país son “sumamente graves” para cualquier individuo.

Los crímenes investigados por el Departamento de Justicia y las Fiscalías de Nueva York y Miami contra miembros del madurismo suponen condenas de por vida, subraya.

“De ser capturados y llevados ante la justicia de los Estados Unidos, pudieran incurrir en penas de cadena perpetua”, declara Gerbasi.

Opina el diplomático que las medidas frenan los intentos de Maduro de recobrar sus relaciones con la comunidad internacional en medio de la pandemia del COVID-19.

Prevé, además, la intensificación de los conflictos políticos intestinos del gobierno en disputa de Venezuela.

“Aísla internacionalmente más a Maduro. Con seguridad el madurismo, al evaluar las consecuencias de estas decisiones, se dividirá aún más”, señala.

Gerbasi menciona la coincidencia de las “graves” acusaciones de Estados Unidos con los efectos en el pueblo, el sistema sanitario, el sistema económico local y la misma Fuerza Armada de la pandemia por COVID-19.

Con información de La voz de America

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