En la Asamblea Nacional se escuchó la voz de los torturados. Zaida Angarita se apoyaba en la tribuna de oradores temblorosa. Junta a ella, una foto de su hijo, el teniente de fragata Gustavo Enrique Carrero Angarita, preso en Ramo Verde.

Su familia asegura que al teniente lo obligaron a firmar “con los ojos vendados, con las manos esposadas y las uñas ensangrentadas por las heridas” pruebas incriminatorias.

“En la Dgcim (Dirección Nacional de Contrainteligencia Militar) estuvo en una celda de 2 metros por 2 metros junto a varios detenidos. Ahí era expuesto a hacer sus necesidades en bolsas plásticas y en el mismo espacio comía y dormía”, recordó Zaida con gestos de dolor.

Pero Zaida relató su historia y la de su hijo. La madre del militar leyó extractos de un poema que dedicó al capitán Rafael Acosta Arévalo asesinado bajo custodia de la Dgcim.

“En Venezuela hoy nos toca honrar a un joven Capitán de Corbeta, la familia militar guarda silencio y llora. Todos los buques enarbolan en el tope del mástil un crespón negro en señal de duelo. Su muerte no fue justa”.

“¡Los queremos con vida a todos!”, clamó Keila Flores, esposa del teniente coronel de la Aviación Ruperto Molina, comando de las fuerzas especiales, detenido en la Dgcim desde el 18 de mayo de 2018.

Al teniente coronel le afectaron la columna y los riñones a punta de palizas y, aunque el tribunal dio una orden de traslado para un centro de salud, sus custodios se niegan a llevarlo, dijo Flores.

Las torturas van desde asfixia mecánica con bolsos, ahorcamiento, golpes con objetos contundentes, descargas eléctricas, colgamientos y cortes en las plantas de los pies.

“Cada vez son más crueles y despiadadas”, expresó pidiendo justicia.

Las víctimas exigieron la intervención de los centros de tortura, el cierre de la Dgcim, el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) y el cese de las torturas y los tratos crueles, inhumanos y degradantes.

El presidente (E) de Venezuela y de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, exigió una fe de vida de los seis funcionarios que fueron detenidos el mismo día que el capitán Acosta acusados de un supuesto plan de magnicidio para eliminar a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Cilia Flores.

“Exigimos verlos de inmediato, constatar su estado de salud, ¿o también los van a torturar hasta la muerte, Maduro?. ¿Quién dio la orden de asesinar torturado al capitán de Corbeta, señor subdirector del Dgcim, general Blanco Marrero?, quién dio la orden de torturar y asesinar o es que instauraron ya la tortura?”, preguntó desde la tribuna.

Los diputados y diputadas se levantaron de sus sillas y aplaudieron el decreto de Guaidó en el que se asciende a Capitán de Fragata a Rafael Acosta Arévalo.

Guaidó pidió a los venezolanos salir a las calles nuevamente el próximo 5 de julio para repudiar las torturas y la represión.

“No nos pidan que nos rindamos. Levantémonos con fuerza una y otra vez hasta lograr la libertad de este país”, convocó.

Con información de Efecto Cocuyo

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