Fuentes del sector afirman que la producción del gas en bombonas o GLP se encuentra en 20.000 barriles diarios (b/d), cuando la demanda es de 60.000 b/d.
Un video divulgado en redes sociales muestra la pelea a puños de tres hombres que intentan quedarse con una bombona de gas, mientras son observados por otras personas que permanecen en una fila con su cilindro a la espera de abastecerse del combustible. En la lucha se incorpora luego una mujer, pero el resto decide no intervenir para no perder su turno. Estas imágenes fueron captadas en Lara, uno de lo estados del país donde se ha incrementado la escasez de gas doméstico en las últimas semanas.
El desabastecimiento de gas es otro de los servicios públicos que han empeorado en Venezuela, dada la crisis económica y la debacle de la industria petrolera. Desde hace varios años, los venezolanos logran surtirse del combustible cada mes o dos meses, otros han tenido que pagar las bombonas en divisas en el mercado negro; pero muchos se han visto obligados a adquirir cocinillas eléctricas cuyo costo varía de 15 a 25 dólares o cocinar con leña.
Pero debido al recrudecimiento de la escasez en muchas ciudades del país, ya la espera por recargar el cilindro llega hasta tres meses. Mientras las protestas se avivan para exigir el gas doméstico
En lo que va de año, se han contabilizado 511 manifestaciones en todo el país por el desabastecimiento de gas, siendo los meses de mayo y junio los de mayores eventos de este tipo con 150 y 90 protestas, respectivamente, según datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
La caída de la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no solo afecta el suministro de gasolina sino que también agrava el servicio de gas licuado de petróleo (GLP). De acuerdo a las cifras suministradas por la OPEP, las exportaciones de crudo del país cerraron junio en 335.000 barriles diarios (b/d), lo que significa una caída de 2,5 millones de b/d en los dos últimos años.
Fuentes del sector indicaron que la producción de GLP se encuentra en 20.000 b/d, cuando la demanda es casi de 60.000 b/d, por lo que el déficit aumenta a 70%. Hace un año, la producción era de aproximadamente 39.000 b/d.
Pdvsa llegó a importar 6.000 b/d, para tratar de abastecer el mercado. Ahora, se enfrenta a varias dificultades debido a las sanciones de Estados Unidos contra la petrolera estatal.
En el interior del país ya es cotidiano ver a cualquier hora del día, a personas caminando con su bombona de gas al hombro o llevándolas en carretillas en busca de lugares adónde poder recargarla.
El desabastecimiento es tan crítico que las autoridades han recomendado racionar el servicio. Recientemente, el llamado «protector del estado Nueva Esparta» (una figura alterna al gobernador de la entidad impuesto por la administración de Nicolás Maduro), pidió a los ciudadanos usar madera para cocinar.
«Aquellos que tengan la bombonita, vamos a guardarla para hacer la pasta, el arroz, pero cuando vayan a montar caraotas vamos a hacerlo a leña, y así rendimos el gas, son medidas de resistencia muy buenas», propuso Rivas.
El declive
La industria muestra problemas de infraestructura para producir y distribuir el gas. La planta de fraccionamiento del Complejo Petroquímico de Jose (Anzoátegui), donde se produce actualmente todo el GLP del país, presenta problemas en sus turbinas y compresores. Las otras plantas de GLP en Zulia (Bajo Grande y Ulé-La Salina) se encuentran inoperativas desde 2007.
La estatización de las empresas propietarias de plantas de llenado, distribuidoras (camiones o gandolas, cilindros o bombonas) y comercializadoras, afectó el desarrollo del sector. Hoy, de acuerdo a fuentes consultadas, existe un déficit de 12 millones de bombonas, lo que genera la escasez en un país donde 90% de la población se abastece de combustible por esta vía, mientras que al 5% restante le llega gas directo a su cocina.
Por otra parte, la tercera parte de las plantas de llenado se encuentran fuera de servicio y 60% de los camiones y gandolas ya no transitan por falta de repuesto, además de contar con tan solo tres barcos para la distribución. Mientras, las gobernaciones crean empresas para distribuir y vender las bombonas de gas, desde que Pdvsa Gas les concedió esta potestad en 2019, pero aún sigue siendo insuficiente para abastecer el mercado.
De acuerdo a cálculos de expertos en el área, la inversión para masificar el gas directo a 65% de las viviendas del país en un período de 10 años, asciende a 1.000 millones de dólares, lo cual equivale a un año del gasto de importación de gas propano que ha hecho Pdvsa
Con información de Tal Cual