En 2016 se contabilizaron 171 delitos en los que estuvieron involucradas niñas. Fernando Pereira, de Cecodap, considera que pueden estar utilizando la violencia como un mecanismo de sobrevivencia ante la situación social y económica
El 2 de febrero en la avenida Francisco de Miranda una comisión de Polichacao sorprendió a 3 adolescentes —dos varones de 16 y 17 años, y una niña de 12 años— cuando a mano armada intentaban robar en una unidad de transporte público. La menor fue entregada a su madre, mientras que los dos varones fueron presentados ante el Ministerio Público.
La conducta delictiva en adolescentes del sexo femenino registró un aumento de 12,5% en 2016 con respecto a 2015, cuando se contabilizaron 152 casos, según el análisis en publicaciones en prensa que realizó la ONG Cecodap. En total, el año pasado ellas participaron en 171 delitos. “Las muchachas están haciendo uso de la violencia como mecanismo de sobrevivencia. La situación social y económica está incidiendo en que tengan que recurrir a asociarse con grupos que las puedan introducir en el delito. Las niñas están dejando sus casas presionadas por la crisis o porque en sus hogares se encuentran resquebrajados los vínculos internos, esto ocasiona que estén más expuestas a la violencia”, explica Fernando Pereira, de Cecodap.
Las estadísticas señalan que los varones son responsables de 78% de 2.692 delitos cometidos por la población menor de 18 años en 2016. Los delitos en los que suelen estar involucrados los adolescentes son robo (37%), homicidio (9%), porte de armas de fuego (8%), saqueo (6%) y narcotráfico (5%), apunta Cecodap.
En las policías municipales reportan un incremento del delito cometido por adolescentes. En Sucre, durante el mes de enero, se registraron 11 casos entre robos de celulares, hurtos y motos solicitadas. 2016 cerró con 89.
Adolescentes son penalizados. Tras la reforma del 8 de junio de 2015 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes se estableció la edad de imputabilidad en 14 años. “Elevar la edad de imputabilidad es un estándar internacional, pero no tiene sentido si no va a acompañada de programas de atención, protección y servicios. No se ponderó si estábamos preparados para eso”, dice Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap.
La ruta institucional cuando un adolescente es detenido en flagrancia es presentarlo ante el fiscal del Ministerio Público quien, dentro de las 24 horas siguientes, lo llevará al juez de control de responsabilidad penal de adolescentes y expondrá cómo se produjo la aprehensión. Cuando se trata de un menor de 14 años, se debe aplicar una medida de protección y remitir el caso ante el consejo de protección.
Trapani asegura que no hay cifras de cuántas unidades de atención especializadas para la retención de adolescentes existen, tampoco las condiciones en que se encuentran. “Estas leyes son muy bonitas. Pero hay debilidades estructurales por parte del Estado. Aquí dice que hay que tener unidades de atención, pero en la práctica resulta que esas unidades no existen. O al menos no las necesarias”, dice José Rangel, jefe de la oficina especializada en niños y adolescentes de la Policía Municipal de Sucre.
Migración. Tanto los consejeros de protección de Chacao y Sucre, como Leonardo Rodríguez, director de la Red de Casas Don Bosco, coinciden que muchos de los niños y adolescentes vienen a mendigar en Caracas viven en los Valles del Tuy, Ciudad Betania, Guarenas, Guatire. Pero también de los nuevos urbanismos que ha construido el gobierno. Un comerciante en Sabana Grande aseguró que los jóvenes que suelen transitar el lugar pidiendo dinero, viven en los apartamentos de la Misión Vivienda que está cerca de la zona.
Rodríguez agrega hay otros de las llamadas zonas de paz. “En el paneo que hemos hecho, nos damos cuenta de que son muchachos que llegaron recientemente con sus familias a esos sitios. Anteriormente estaban en refugios o barrios y ahora regresan a Caracas porque es el lugar que conocen. No hay nada que los contenga dentro del urbanismo por temas de precariedad en los servicios básicos, falta de escuelas o comedores populares y la ubicación es muy distante”.
Fuente: El Nacional
Fecha: 13 de febrero de 2017