Deudas pendientes y promesas rotas están entorpeciendo las operaciones de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en varios países del Caribe, donde hasta hace poco había sido recibida como un huésped de honor.

Las dificultades financieras que enfrenta la petrolera vienen causando interrupciones en una de las regiones clave de su negocio, según documentos internos de la compañía, seis fuentes con conocimiento de los problemas y datos de Thomson Reuters.

Socios de PDVSA en Curazao, Bonaire, Jamaica y las Bahamas comienzan a distanciarse de la compañía en la medida en que acumula deudas con proveedores, intermediarios, agentes marítimos, navieras y terminales portuarios, dijeron las fuentes y mostraron documentos.

Por retrasos en el desembolso de alquileres e inversiones, la firma enfrentó el bloqueo de sus labores en Bahamas y ha recibido amenazas de Curazao y Jamaica de sustituirla como socia en refinerías en ambos países.

También se enfrenta frecuentemente fondeo en alta mar de buques que transportan su petróleo o que llegan con importaciones pendientes de pago.

Los problemas en el Caribe se suman a la difícil situación financiera de PDVSA por el desplome de los precios del crudo y vencimientos de pagos de deuda. La compañía reportó que su flujo de caja cayó un 63 por ciento en el primer trimestre del año a unos 2.100 millones de dólares.

En el Caribe se localiza la cuarta parte de la capacidad de refinación de PDVSA. La región además constituye el centro de carga para un tercio del petróleo y el fuel oil que exporta.

“Definitivamente, PDVSA ha perdido terreno en el Caribe,” dijo Lisa Viscidi, del centro Diálogo Interamericano, que tiene su sede en Washington.

PDVSA no respondió a repetidas solicitudes de información.

En uno de los más recientes percances, un cargamento de fuel oil de PDVSA a bordo del buque “Hero” quedó retenido durante más de un mes en el mar Caribe por orden de un tribunal de Curazao, según fuentes con conocimiento directo de la situación y datos de seguimiento de Thomson Reuters.

La autoridad portuaria de Curazao le prohibió al buque partir en septiembre luego de que una filial de Core Laboratories consiguiera una orden para detener su salida hasta que la petrolera cancelara una deuda pendiente.

Mark Elvig, asesor de Core Laboratories, no quiso comentar el asunto.

CAMBIO DE FORTUNA

Los problemas reflejan un claro retroceso para una empresa que ha sido un socio de confianza de muchos gobiernos caribeños.

Hace una década, esa relación era mucho más cordial gracias a los acuerdos de financiamiento para la venta de petróleo que firmaron en el marco del programa Petrocaribe.

La alianza funcionó bien durante años y logró atenuar el impacto del fuerte repunte de los precios mundiales del petróleo en las islas más pobres, al conseguir para ellas el intercambio de petróleo venezolano por servicios médicos o alimentos.

PDVSA comenzó incluso a ampliar el uso de instalaciones en el Caribe para compensar frecuentes interrupciones en sus puertos, centros de almacenamiento y refinación.

La región le ofrece a la estatal una gran capacidad para almacenar petróleo y formular mezclas de crudo que se exportan principalmente a Asia.

“Hemos llegado al punto en que los problemas de flujo de caja de PDVSA están afectando sus operaciones rutinarias”, dijo a Reuters un agente de una empresa que ha trabajado con PDVSA en el Caribe. “Sólo se acumula una deuda de varios millones por servicios portuarios no pagando durante meses o incluso años”.

La compañía decidió reducir este año su presupuesto para gastos operacionales un 69 por ciento a 45 millones de dólares al mes, informó una fuente del equipo comercial de la firma.

PDVSA usa esa partida para pagar por todas sus actividades comerciales en Venezuela y el extranjero, dijo la fuente, incluyendo servicios marítimos, inspecciones, fletes, almacenamiento e importaciones de petróleo.

REFINERÍAS EN RIESGO

La retención temporal de un tanquero de PDVSA se produjo días después que el gobierno de Curazao anunció la firma de un memorando de entendimiento con la empresa china Guangdong Zhenrong, que podría reemplazar a PDVSA como operador de la refinería Isla.

Ello, a pesar que PDVSA dijo después que la renovación del contrato de arrendamiento no había empezado aún.

Isla es de importancia estratégica para la petrolera venezolana pues cuenta con un terminal con capacidad para almacenar unos 17,75 millones de barriles que PDVSA usa para combinar su crudo extrapesado y conseguir mezclas exportables.

También en septiembre, Winston Watson, gerente de Petrojam, la petrolera estatal de Jamaica que posee la refinería de Kingston junto a PDVSA, dijo que su socia ha estado arrastrando los pies para desembolsar el dinero para un proyecto de renovación de la instalación.

“Si dicen que no, entonces supongo que tendríamos que ir al mercado y buscar otro inversor”, dijo Watson sobre PDVSA ante legisladores del parlamento de Jamaica. Petrojam y el Gobierno de Jamaica no respondieron a las solicitudes de comentarios.

DEUDAS Y BARCOS ATASCADOS

Otro revés para PDVSA se produjo en Bahamas. En septiembre, a la compañía se le impidió cargar el petróleo que tenía almacenado en el terminal BORCO por demoras en el pago de alquiler de tanques, de acuerdo con una fuente de la petrolera y un agente naviero.

El enfrentamiento en BORCO contribuyó a la reducción de las exportaciones de PDVSA y su habilidad para generar efectivo.

La empresa operadora del terminal, la estadounidense Buckeye Partners, no respondió a solicitudes de comentarios.

En otros puertos del Caribe y en Venezuela, alrededor de una docena de buques cargados con unos 2,5 millones de barriles de crudo y productos están detenidos desde hace semanas a la espera de pagos de PDVSA para descargar la mercancía, según operadores y datos de seguimiento de las embarcaciones.

FUENTE: LA PATILLA

29 DE OCTUBRE DE 2016

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