Razones para no retomar clases presenciales, según la analista Olga Ramos

Tras dos semanas de un debate dirigido por el Ministerio de Educación, la mayoría de los participantes se inclinaba por mantener las clases a distancia debido a la pandemia del COVID-19, y evaluar la posibilidad de ensayar con clases presenciales solo a partir de enero del 2021.

Aún con esa tendencia clara, el ministro Aristóbulo Istúriz indicó que el 4 de septiembre se realizaría una última videoconferencia con distintos actores del sector para sistematizar las propuestas que, a su juicio, deberían luego someterse a una consulta incluso a través del sistema patria.

En esa reunión informó, no obstante, que la decisión final la anunciaría el gobernante Nicolás Maduro en esta semana del 7 al 11 de septiembre, reseñó el portal Crónica.uno.

A ocho días para que los estudiantes de educación inicial y primaria empiecen el año escolar 2020-2021, el próximo 16 de septiembre, la especialista en política pública de educación, Olga Ramos, puntualizó algunas de las razones por las que no considera viable que se regrese a las escuelas en los próximos meses.

Sin condiciones

Uno de los primeros señalamientos de la profesora fue que no sería posible aplicar una medida general para todos los planteles.

Opinó que la estructura de fases de flexibilización de la cuarentena, que además está sujeta al comportamiento del COVID-19, dificultaría la planificación de las actividades académicas porque el sistema educativo no está descentralizado.

“Tendría que haber un mapa de opciones desarrollado con anticipación”, expresó.

La coordinadora del Observatorio Educativo de Venezuela también expresó que aún si no hubiera coronavirus las clases comenzarían en condiciones “patéticas e inaceptables” debido al deterioro de la infraestructura escolar y la falta de servicios como agua o electricidad.

Sentenció que el mal estado de las escuelas no se resuelve con una limpieza como la que se pidió comenzar esta semana, sino que esta debió hacerse como mínimo desde el pasado 1° de agosto.

Ramos se preguntó cómo puede una escuela que no tiene agua garantizar el lavado de manos constantes o si quiera que los estudiantes, docentes y el personal puedan ir al baño, aún cuando trabajen en grupos reducidos.

Mencionó que durante el año escolar que culminó, hubo escuelas donde los docentes tuvieron que hacer colectas para poder pagar bidones de agua mientras acudían a revisar los portafolios o incluso para cocinar los platos el Programa de Alimentación Escolar (PAE).

Costos asociados

La analista recordó que de retomar clases a distancia debería cumplirse un programa de desinfección de todas las áreas para reducir el riesgo de contagio del virus SARS-CoV-2.

En este sentido se preguntó quién sería el responsable de pagar por esos insumos para la desinfección o quién pagará por un termómetro infrarrojo para medir la temperatura de los estudiantes, educadores y trabajadores que ingresen al plantel.

“Hay una serie de costos asociados a instrumentar esto que no están contemplados en ninguna parte”, dijo.

En tercer lugar hizo mención al programa Cada Familia Una Escuela, creado tras la suspensión de las clases cuando llegó la pandemia a Venezuela en el mes de marzo.

Para Ramos, el programa estuvo mal diseñado y se preguntó si se aplicaron mejoras, si se incorporaron instructivos para que padres y representantes puedan apoyar en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos.

Por último, pero no menos importante, destacó la realidad de los docentes.

Este domingo 6 de septiembre la Federación Venezolana de Maestros (FVM) aseguró que los docentes no están dispuestos a incorporarse a sus actividades con un sueldo menor de dos dólares quincenales, que además ha hecho que muchos tengan que abandonar sus puestos de trabajo y dedicarse a actividades que les permitan subsistir.

Concretamente existen el pago de la deuda de la convención colectiva del 280%, “con sus incidencias y recurrencia”.

“Los docentes no tienen cómo pagar los datos móviles, no tienen cómo pagar el pasaje para ir a las escuelas a corregir los portafolios”, señaló la profesora Olga Ramos.

Manifestó su preocupación por la imposibilidad de saber, en este momento, el nivel de aprendizaje de los estudiantes y consideró que será necesario resolver “los atrasos que hubo el año pasado y el antepasado”.

Con información de  Efecto Cocuyo

 

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