La juramentación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, apelando a su condición de jefe del Parlamento para buscar la salida del poder del mandatario Nicolás Maduro, desató una avalancha de reacciones internacionales, la mayoría de apoyo, aunque la ONU pidió “diálogo” para evitar un “desastre”.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, abogó desde Davos al diálogo para “evitar una escalada que nos llevaría a un tipo de conflicto que podría ser un desastre para el pueblo de Venezuela y para la región”.

Ya la chilena Michele Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, clamó por una “solución política pacífica” para evitar “un desarrollo de muertos y heridos” en el país.

Estados Unidos lidera el respaldo a Guaidó, quien ante una multitud de seguidores en Caracas se comprometió formalmente a encabezar un gobierno de transición que ponga fin al mandato de Maduro con la organización de nuevas elecciones, facultado, según dice, por la Carta Magna.

Once de los 14 países del Grupo de Lima, un bloque de naciones americanas críticas de Maduro, también dieron el visto bueno a Guaidó: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú. Los tres miembros que no se sumaron fueron México, Guyana y Santa Lucía.

Ecuador, que también reconoció a Guaidó, espera que se llame a la brevedad a “elecciones libres y transparentes”.

De su lado, México y Uruguay divulgaron una nota conjunta en el que pidieron a “las partes involucradas (…) reducir las tensiones y evitar una escalada de violencia”, sin hacer reconocimientos políticos. También llamaron a “un nuevo proceso de negociación incluyente y creíble, con pleno respeto al estado de derecho y los derechos humanos”.

Cuba y Bolivia se mantuvieron leales a Maduro, quien asumió el 10 de enero un segundo periodo de seis años tras elecciones desconocidas al ser calificadas como fraudulentas por la oposición y medio centenar de naciones.

El Kremlin también apoyó este jueves al “presidente legítimo” Maduro y denunció una “usurpación del poder” por parte de la oposición. El ministerio ruso de Exteriores advirtió sobre una “injerencia extranjera destructora”: “una vía directa hacia la anarquía y el baño de sangre”.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan se comunicó telefónicamente con Maduro para expresarle su apoyo: “Hermano Maduro, mantén la cabeza alta, Turquía está a tu lado”, dijo.

De su lado, China, el principal acreedor de Venezuela, sostuvo este jueves que se opone a la injerencia externa y que “sigue con atención la situación” en el país.

“Llamado a la democracia”

Casi al mismo tiempo que Estados Unidos, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, feroz crítico de Maduro, tuiteó sus felicitaciones a Guaidó.

La Unión Europea (UE) urgió en tanto a escuchar al pueblo venezolano, que hizo un “llamado masivo a la democracia”, y pidió el inicio “de un proceso político que conduzca a unas elecciones libres y creíbles”.

De su lado, el presidente francés, Emmanuel Macron, aclamó la “valentía de centenas de miles de venezolanos que caminan por su libertad” frente a la “elección ilegítima” de Maduro y aseguró que Europa apoya la “restauración de la democracia” en Venezuela.

Mientras España estimó que las elecciones son la “única salida posible” a la crisis, Reino Unido destacó que “el gobierno venezolano debe respetar la autoridad de la Asamblea Nacional”.

La juramentación de Guaidó se produce cuando los europeos intentan promover un grupo internacional para buscar una salida negociada a la crisis en el país.

Varios países americanos declararon su respaldo a Guaidó en el Foro de Davos, donde esta semana mandatarios latinoamericanos y actores económicos pidieron soluciones a la crisis política, económica y humanitaria en Venezuela.

Desde Washington, el gobierno de Donald Trump, que en los últimos meses ha endurecido su posición contra lo que considera la “dictadura” de Caracas, reconoció enseguida a Guaidó e instó a Maduro a irse, advirtiéndole que “todas las opciones” están sobre la mesa si recurre a la fuerza para reprimir a los opositores.

En un comunicado Trump señaló que en su carácter de “única rama legítima del gobierno debidamente elegida por el pueblo venezolano”, la Asamblea Nacional invocó la Constitución para declarar a Maduro “ilegítimo”.

Un alto funcionario del gobierno de Trump fue más allá, diciendo bajo condición de anonimato que “todas las opciones” serán consideradas “si Maduro y sus secuaces eligen responder con la violencia”.

Poco después del anuncio, Maduro rompió las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Caracas y Washington carecían de embajadores desde 2010, y mantenían una tensa relación desde la llegada al poder del fallecido líder socialista Hugo Chávez en 1999.

Brasil, que desde la asunción de Jair Bolsonaro a principios de enero ha reforzado su sintonía con Estados Unidos en su rechazo a Maduro, también reconoció a Guaidó, señalando en un comunicado que “apoyará política y económicamente el proceso de transición para que la democracia y la paz social vuelvan a Venezuela”.

Con información de La Patilla

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