A través de un comunicado, Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, pidió este martes 15 de diciembre a las autoridades de Trinidad y Tobago detener los retornos forzados de migrantes venezolanos.

“Una vez más, hacemos un llamado a los gobiernos para que detengan las devoluciones en el mar en violación del principio de no devolución y la prohibición de las expulsiones colectivas y suspendan todos los retornos forzosos en medio de la pandemia de COVID-19 para salvaguardar la salud de los migrantes y las comunidades. Alentamos a los gobiernos a que, en cambio, proporcionen vías seguras y legales para que los migrantes regularicen su estatus y eviten el riesgo de deportación”, dice parte del documento.

Bachelet señala que es una “de las mayores pérdidas de vidas que involucran a refugiados y migrantes venezolanos que intentan cruzar el mar hacia Trinidad y Tobago”.

La funcionaria instó  a las autoridades de Venezuela y de la isla “a coordinarse y cooperar para proteger la vida y la seguridad de los migrantes y refugiados, incluso mediante operaciones de búsqueda y rescate efectivas en el mar e investigando de manera rápida, eficaz, exhaustiva y transparente este trágico incidente”.

A continuación el comunicado:

Nos entristece enormemente la noticia de que al menos 21 venezolanos que habían intentado llegar a Trinidad y Tobago murieron cuando su barco volcó frente a las costas de Venezuela. Las operaciones de búsqueda y rescate han continuado en medio del temor de que aún puedan faltar otras personas.

Esto representa una de las mayores pérdidas de vidas que involucran a refugiados y migrantes venezolanos que intentan cruzar el mar hacia Trinidad y Tobago, que en su punto más estrecho se encuentra a solo unos 15 km de Venezuela.

Según las autoridades venezolanas, durante el fin de semana se encontraron 21 cadáveres en aguas frente a la localidad de Güiria en el estado venezolano de Sucre. Hasta el momento, las autoridades han identificado a 19 víctimas, entre ellas cuatro niños. Según la información que hemos recibido, se dice que el barco en cuestión salió de Güiria en ruta a Trinidad y Tobago el 6 de diciembre.

Nos hacemos eco de los llamamientos del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones para que se realicen esfuerzos urgentes para detener a los contrabandistas y traficantes de personas que envían refugiados y migrantes en peligrosos viajes por mar.

También instamos a las autoridades venezolanas y de Trinidad y Tobago a coordinarse y cooperar para proteger la vida y la seguridad de los migrantes y refugiados, incluso mediante operaciones de búsqueda y rescate efectivas en el mar e investigando de manera rápida, eficaz, exhaustiva y transparente este trágico incidente. También es sumamente importante que los dos gobiernos se coordinen y cooperen con respecto a rutas migratorias seguras.

El mes pasado expresamos nuestra preocupación por la deportación de 25 venezolanos, entre ellos 16 niños, de Trinidad y Tobago, ya que se estaba presentando una demanda legal contra su expulsión. El grupo pasó un par de días en el mar antes de regresar a Trinidad y Tobago.

Una vez más, hacemos un llamado a los gobiernos para que detengan las devoluciones en el mar en violación del principio de no devolución y la prohibición de las expulsiones colectivas y suspendan todos los retornos forzosos en medio de la pandemia de Covid-19 para salvaguardar la salud de los migrantes y las comunidades. Alentamos a los gobiernos a que, en cambio, proporcionen vías seguras y legales para que los migrantes regularicen su estatus y eviten el riesgo de deportación.

Las vías de admisión y estadía deben ser coherentes con el derecho internacional de los derechos humanos y las consideraciones humanitarias e incluir el acceso al debido proceso y las garantías procesales.

Con información de El Impulso

 

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