Los altos costos de las frutas ahuyentan a los consumidores. Comerciantes de Caracas entrevistados por Efecto Cocuyo afirmaron que, debido a los precios, sus ventas se han visto perjudicadas. Las personas ya no compran la misma cantidad de frutas o simplemente ya no lo hacen.
De este rubro, los más populares son cambures, lechosas, guayabas, melones, piñas y fresas, cuyo consumo es menor que hace seis meses. La mayoría de los entrevistados afirman que las ventas de estos frutos bajaron hasta 70%.
El cambur se conseguía en enero entre 800 y 1.450 bolívares, dependiendo de la zona de Caracas. Ocho meses después, en algunos establecimientos se vende hasta en Bs. 4.000, 176% más que hace menos de un año, sin que eso signifique mayores ganancias para quienes lo comercializan directamente al consumidor final.
Consumidores culpan a los comerciantes o al Gobierno
“He disminuido la cantidad que consumo, no me alcanza el sueldo. Antes compraba naranjas, lechosa, patilla, cambur y durazno semanalmente, ahora compró una sola clase de esas frutas,” declaró para Efecto Cocuyo, Wilmer Rodríguez un vigilante de 57 años, quien vive en la parroquia 23 de Enero y hace sus compras en el mercado de Catia, donde fue entrevistado.
Para Rodríguez, los responsables de los aumentos de los precios son los distribuidores y los productores, quienes, en su opinión, encarecen las frutas por razones especulativas.
Un criterio parecido tiene Milagros Ramírez, quien ya no compra frutas en el mercado porque los precios son “imposibles”. La entrevistada pertenece a la comuna Las Flores de la Revolución de Catia y se encontraba a las afueras de un establecimiento de víveres, organizando a varias personas de su comunidad, para que compren diferentes productos marcados con Precio de Venta al Público (PVP) .
“Estamos esperando que el Gobierno nos dé los lineamientos para saber a qué precio se regulará la fruta. Los consumidores tenemos que hacerles un boicot a los comerciantes por los precios” expresó.
Helena Fariño, desde el mercado Guaicaipuro de Caracas, también manifestó que ya no compra la misma cantidad de frutas para ella y su familia. “En general he reducido el consumo de todos los productos debido a los precios, que se elevan por la ineficiencia del Gobierno nacional”, señaló. Sin embargo, para ella el responsable del descontrol de los precios es el Gobierno, “que no implementa políticas económicas efectivas” declaró Fariño.
Con poca oferta y mucha demanda
Tomino Benelici atiende en el mercado de Catia el negocio de su familia, que fue iniciado por sus padres hace 46 años. El comerciante le contó a Efecto Cocuyo que hace más de un año vendía en un fin de semana 10 cestas de cambures, pero para la fecha solo logra vender 3. “Hace dos años vendíamos 300 kilos de lechosa, ahora solo 50 en una semana” afirmó.
Benelici explicó que el problema se agravó cuando empezaron a escasear semillas y fertilizantes, puesto que los productores de frutas, al comprar los insumos muy caros, venden el producto a precios altos. “El problema se une al hecho de que estamos en épocas de lluvia, no hay casi cosechas y como la demanda es alta y la oferta escasa, los precios se elevan”, detalló el entrevistado.
Para el vendedor, quien trabaja en el negocio desde la adolescencia, los precios de las frutas pueden estabilizarse, “si se resuelve el problema de las semillas y los fertilizantes, ese es el problema raíz. Además, como no hay incentivos para los productores, quedan pocos, quienes al ver que son los únicos, ponen el precio que quieren. Si hubiera más productores, las frutas costarían menos, habría más oferta” aseguró.
Suben las frutas y también los alquileres de locales
Los comerciantes que tienen establecimientos, no solo se enfrentan a la disminución de sus ventas, también deben maniobrar ante el aumento de los alquileres de los locales, que se encarecen cada vez que sube el sueldo mínimo.
María Ferreira, quien tiene 20 años trabajando en el mercado de Catia, contó a Efecto Cocuyo que hace un año pagaba por el alquiler del local Bs. 20.000 mientras que, en la actualidad, le cobran casi 200.000 bolívares mensualmente. “No solo es que me venden las frutas más caras, sino que, además, debo pagar el alquiler, que lleva aumentando cada vez que suben el salario mínimo” aseveró.
Hace menos de un año vendía a la semana 40 kilos de lechosa, en la actualidad apenas llega a 20 kilos. “Muchas personas ya no compran frutas, porque no consiguen azúcar”, explicó. Según lo que ha escuchado de consumidores, prefieren comprar bebidas gaseosas que hacer jugos sin algún endulzante.
Altos precios también afectan a los puestos de la calle
Eugenio Gómez tiene una venta ambulante de frutas en La Candelaria desde hace 15 años y al igual que en los puestos fijos ya no vende tanto como antes. “Al comenzar el año cada dos días lograba comercializar hasta 15 cestas de cambures, por nombrar un furto, ahora solo cuatro cestas. Lo mismo pasa con las otras frutas. La gente dice que ya no le alcanza”, comentó a Efecto Cocuyo.
El vendedor opinó, al igual que sus proveedores en mercado Coche, quienes le han comentado la realidad en el campo, que para que la situación mejore se tiene que incentivar a quienes siembran las frutas. Muchos de los cultivadores han dejado de dedicarse a la fruticultura debido a la dificultad para conseguir los insumos necesarios.
En una venta de jugos y tizana en el mercado Guicaipuro, Julio Noguera, un despachador del local, conversó con Efecto Cocuyo y confesó, que desde hace seis meses las frutas han subido semanalmente, por lo que han tenido que ofrecer bebidas a precios más altos.
Los clientes del comercio ya no van seguido, algo que se nota con la cantidad de recipientes que venden en un día. “Aquí se vendía tres potes de 20 litros todos los días aproximadamente, ahora solo llegamos a uno” comunicó Noguera, quien también dijo que el establecimiento se ve en apuros por las presiones de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde).
Fuente: Efecto Cocuyo
Fecha: 18 de septiembre de 2017