Con cerca de 500.000 habitantes, de acuerdo con cifras de la ONU, la ciudad celebra un nuevo aniversario ahogada en basura, con fallas prolongadas en servicios públicos como el agua, enferma culturalmente y con una proliferación de indigentes que sus propios habitantes no saben explicar.

Quienes habitan en la ciudad que albergó la famosa Batalla de La Casa Fuerte (combate feroz entre realistas y patriotas que dejó 600 muertos en el convento de Barcelona) afirman basados con una popular expresión que al eje metropolitano “le cayó la pava macha”.

Barcelona, según sus historiadores, creció sin una planificación urbana adecuada y esto trajo como consecuencia que su emblemático río Neverí sea en la actualidad un vertedero gigante de aguas residuales.

Yoleida Maraguacare es una típica barcelonesa de rasgos y apellido indígena, consultada por el equipo de Crónica.Uno, sobre el aniversario de la ciudad indicó que el agua y la basura son los principales padecimientos de la capital.

Si bien los servicios públicos tienen un papel preponderante en los calvarios de Barcelona, los ciudadanos consideran que la cuna que las vio nacer está enferma culturalmente y ha sido aprovechada por los políticos para enriquecerse.

Afirman es inaceptable el estado en que se encuentran la biblioteca Julián Temístocles Maza y el ateneo Miguel Otero Silva.

La proliferación de indigentes también se ha hecho notar. En todas las plazas y el bulevar de Barcelona es común verlos. Algunos ocupan los bancos de la plaza Boyacá, situada justo en frente de la Alcaldía, y los usan como baños públicos.

Pedro Benítez acusa a lo que él califica como “falta de gobierno”, la proliferación de indigentes en las calles.

Los barceloneses esperan que la ciudad que mira al mar, gane la batalla que enfrenta desde su fundación y termine de impulsarse como una gran metrópolis del siglo XXI.

Con información de Crónica Uno

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