Las insinuaciones de nuevas plataformas que reúnan a la oposición mayoritaria parecen quedarse estancadas, mientras se siguen concentrando bajo la dirección de Juan Guaidó. Un nuevo cambio en el esquema podría traer problemas si antes no es debidamente revisado, pero es necesaria una reinvención ante las circunstancias, opina el politólogo Benigno Alarcón Deza
La oposición venezolana no es ajena a las plataformas que reúnan a la mayor cantidad de partidos, sociedad civil, gremios y población bajo la premisa de una salida, a través de elecciones, a los dos mandatarios de turno en los últimos 22 años. Bajo distintas modalidades, el sector opositor logró unir fuerzas, e incluso lograr hitos electorales para arrebatar un poco de poder primero a Hugo Chávez y luego a Nicolás Maduro.
Desde la Coordinadora Democrática al Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL), pasando por intentos de agruparse bajo una tarjeta electoral -MIN Unidad- antes de lograr el andamiaje que significó la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la oposición ha apelado al discurso de unidad en las acciones para lograr sus objetivos políticos.
Recientemente, el dirigente y fundador de Voluntad Popular, Leopoldo López, asomó en una entrevista a un medio español la construcción de una nueva plataforma unitaria, aunque no ofreció mayores detalles de ello. Las intenciones de López fueron desinfladas por el mismo Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y mandatario interino reconocido por parte de la comunidad internacional.
En una rueda de prensa el pasado 3 de febrero, Guaidó enfatizó que la oposición no está “para descubrir el agua tibia en estos momentos”, por lo que no necesitan “una nueva unidad”, sino “una mejor unidad”. Aludió además a la comisión delegada de la Asamblea Nacional, el comité de la consulta popular, Frente Amplio Venezuela Libre como parte de las instancias que poseen para manejar los asuntos internos y la toma de decisiones de la oposición.
Benigno Alarcón Deza, politólogo y director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEP-UCAB), señala la necesidad que tiene en estos momentos la oposición de reestructurarse, pasado por una profunda revisión del actual momento político para plantear las mejores estrategias que lleven a su objetivo: una salida pacífica al régimen de Nicolás Maduro.
– Juan Guaidó dijo en días pasados que la oposición no está para discutir el agua tibia con esa propuesta de una nueva plataforma. ¿El Frente Amplio se puede seguir manteniendo? ¿Puede seguir en conjunto con el gobierno interino?
No sé si esa es la intención. Hay que recordar que en el Frente Amplio hay una diversidad de organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos. Los debates en la calle sobre estos temas, obviamente los hay dentro del Frente Amplio”
Creo que la oposición está en la necesidad de reinventarse y reestructurarse, ojo es válido reinventarse y reestructurarse manteniendo una identidad, unos nombres y unas etiquetas por decirlo así, o a veces cuando te reinventas y te reestructuras tienes que cambiar de nombre porque empiezas desde cero. Ya esto dependerá de la decisión de los actores políticos dependiendo básicamente del nivel de aceptación y prestigio que tiene una marca
Creo que tanto los partidos como cabezas de la sociedad civil que participan en una plataforma como esta (Frente Amplio) deben hacer estudios de opinión para ver que tan fuerte es su marca.
La realidad del asunto y sobre lo que no tengo duda es que la oposición debe reinventarse y reestructurarse. El tema nominativo va a depender básicamente con que cosas positivas o negativas la gente relaciona el nombre. En algunos momentos es saludable salvar el nombre porque tiene prestigio, lo que llaman “goodwill”.
– Veámoslo de esta manera. Cuando se está en un juego estratégico es un juego donde dos actores compiten para lograr un objetivo, donde básicamente no puedes lograr el objetivo siguiendo unos pasos debido al que se opone. Cada vez que se mueve en una pieza en el tablero, estás frente a otro tablero. La estrategia es dinámica al igual que el juego, y no puedes negarte a ello.
Aquí la situación es parecida. La oposición se marcó una estrategia en el año 2019 distinta a la de 2015, que era una estrategia electoral con buenos resultados. En el 2017 la estrategia electoral no funcionó y entonces en el 2019 se planteó una estrategia distinta que se trató de impulsar y ejecutar durante dos años. Llegado el año 2021 tienes un tablero conformado de manera muy distinta al que tenías en 2019. Siendo realistas, tienes que entender esa realidad pero si pretendes desconocer que las piezas se han movido y que hay cosas que puedes seguir tratando de hacer y otras que no, evidentemente si no reconoces esas diferencias estás condenado al fracaso.
Lo que es fundamental aquí es que la oposición comprenda el tablero que tiene hoy en día, las semejanzas o diferencias que puede tener con el tablero anterior y trate de ajustar su jugada a la realidad.
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Con información de Tal Cual