Son 97 personas adscritas al Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal, quienes están prestos las 24 horas del día para atender cualquier desastre o siniestro que pueda presentarse, tanto en la ciudad capital como municipios aledaños; sin embargo la crisis no perdonó a este organismo de respuesta inmediata, pues sus funcionarios laboran con carencias de equipos para atender emergencias, entre ellos, falta de uniformes, botas, e implementos de protección.

 La Prensa Táchira

La pandemia del COVID-19 los puso en la primera línea de riesgo, aún así no paran de su cumplir con su trabajo, que a juicio del comandante Antonio Briceño, realizan por amor y servicio, tanto en el cuartel central como en las tres estaciones ubicadas en la plaza San Miguel, inmediaciones de la UNET y Terminal de Pasajeros.

La falta de insumos como, cauchos, baterías, entre otros limitan la movilidad de al menos dos ambulancias, y dos unidades de supresión de incendios, por lo que en la actualidad tienen operativos 10 vehículos para atender la demanda que se incrementa los fines de semana.

El pasado miércoles, les entregaron cerca de 100 uniformes, tras permanecer ocho años sin dotación por parte de la Alcaldía. Destacó que con autogestión han podido mejorar algunas carencias, que también han sido solventadas con algunas organizaciones no gubernamentales, quienes les han suministrado material quirúrgico para la atención prehospitalaria. «Nos hacen falta equipos de seguridad contra incendios y las mangueras, puesto que de acuerdo a las normas, cada efectivo debería tener uno» expresó. De acuerdo Briceño cerca de 72 bomberos cuentan con esta indumentaria.

Según estándares internacionales, debe existir un bombero por cada mil habitantes. Según el Instituto Nacional de Estadística, San Cristóbal cuenta con 301 mil ciudadanos, por lo cual se requieren al menos 301 héroes de azul, lo que viene a representar un déficit del 68%. Es por ello que Briceño hizo un llamado a los jóvenes para que pertenezcan a este cuerpo de seguridad.

Con 22 años de servicio, aseguró que la mejor decisión fue ser bombero, pues siguió el ejemplo de su padre quien prestó sus servicios por más de 47 años. «Si yo volviera a nacer, quisiera ser nuevamente bombero, porque me ha permitido tener grandes experiencias y ayudar a los demás» apuntó.

Esta es la misma opinión de Jhony Quintero, de 32 años, quien se formó como «bomberito» desde el año 2000, en la brigada juvenil. Señaló que con mucha vocación se ha entregado a esta profesión que le ha permitido ganarse la gratitud de quienes les ha salvado la vida. «Si piensas en grande llegarás muy lejos, y trabajando en equipo se pueden lograr muchas cosas» afirmó.

Con información de La Prensa de Lara

 

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