Muy pocos venezolanos tendrán el privilegio de comer hallacas este año. Nicolás Maduro y su régimen se encargaron de arruinarle la Navidad a todo un país, arrebatándole la ilusión a 30 millones de personas, particularmente a los más pequeños de la casa.

Braulio Merino, dirigente regional de Primero Justicia en el estado Bolívar aseguró que Maduro y su combo “se empeñan en amargarle la vida a los venezolanos, en aterrorizarlos con el único propósito de atornillarse en el poder. Nos ha puesto a hacer colas interminables durante meses para conseguir comida o medicamentos, nos ha sometido a un proceso de estanflación que hasta ahora desconocíamos y en una sola semana confiscó millones de juguetes a una importadora y obligó a las autoridades del país a recoger todos los billetes de Bs.100 que estaban en circulación en un lapso de apenas 72 horas. Demasiados años ejerciendo el poder los ha corrompido, los ha enfermado, hasta el punto de que no les interesa si ese pueblo en nombre del cual hablan a cada rato, come, duerme o satisface sus necesidades. Es como si se escarnecieran del sufrimiento y la tragedia de los demás”.

El dirigente guayanés recordó a Luis XIV, el más poderoso monarca de Francia quien solía decir “El Estado soy yo” y que so pretexto de garantizar la seguridad del Estado, conculcó los derechos de sus súbditos para concentrar todo el poder en sus manos.

“Maduro decretó la Navidad a partir de noviembre, pero yo le pregunto ¿Navidades Felices? El plato tradicional navideño en tan sólo un año experimentó un aumento de más de 1.300%. ¿Quién puede comprar ingredientes para elaborar la comida más popular de la temporada si el salario mínimo es de Bs 27.092,10?”, interrogó el justiciero, para quien el gobierno ha infringido todos y cada uno de los derechos humanos de los venezolanos sin ningún prurito: la alimentación, la salud, la seguridad y la educación, entre otros.

El también economista de profesión recomendó a Maduro serenarse y pedir asesoría psicológica o psiquiátrica por el bien del país. “Deje de utilizar el poder para aterrorizar, para paralizar a la gente. Utilícelo para reconstruir a Venezuela. Da la sensación de que usted y los suyos sufren del Síndrome Hybris”, definido así por el legislador inglés Owen y Davidson, y cuyas características son la soberbia, la falta de conocimiento y la carencia de humildad, situación que los lleva a calificar como enemigos personales a quienes se oponen a él o a sus ideas.

En estos casos el poder no está en manos del más capaz aunque quien lo ostenta así lo crea y de acuerdo con lo expuesto por algunos psiquiatras, la condición necesaria para que aparezca el síndrome es la poca madurez psicológica en una personalidad con un mundo de gran subjetividad, insuficiente formación cultural, y un desarrollo humano frágil. Quienes la padecen suelen identificar su propio yo con la Nación, pierden el contacto con la realidad, y se otorgan licencias morales para superar cuestiones de practicidad, costo o resultado.

Merino no dudó en aseverar que 18 años en el poder enferma a quien lo detenta y a quienes se dicen “bolivarianos” y defensores del legado de Simón Bolívar, les recomendó leer el discurso que profirió en el Congreso de Angostura en 1819, particularmente el siguiente párrafo: “(…) La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado por mucho tiempo, los mande perpetuamente (…)”.

“Es hora de que en Venezuela se produzca un cambio de gobierno y de modelo. Si este año no podremos celebrar la Navidad como tradicionalmente lo hemos hecho, 2017 será mucho peor. No habrá sueldo que resista la hiperinflación que nos viene, no habrá comida ni medicamentos porque las pocas empresas, industrias y comercios que quedan, cerrarán sus puertas y todos estaremos en la calle comiendo de la basura”, concluyó.

FUENTE: PRENSA PJ HERES

FECHA: 16 DE DICIEMBRE DE 2016

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